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En Coahuayutla hay mil 200 familias afectadas por el sismo que no han sido atendidas por las autoridades

*En un recorrido por algunas comunidades, se constata la situación que actualmente viven los damnificados, pues sus casas, en su mayoría de paredes de bloques de adobe y techos de tejas, están visiblemente dañadas

Brenda Escobar

Coahuayutla

En el municipio de Coahuayutla, las familias damnificadas por el sismo de 7.2 grados ocurrido el 18 de abril, claman por ayuda gubernamental, pues la mayoría de las casas afectadas se cayeron y en las menos, las paredes están requebrajadas.
El municipio de Coahuayutla, ubicado en Costa Grande, es el de mayor territorio en la entidad, con una superficie de 4 mil 511 kilómetros de metros cuadrados, y actualmente cuenta con 15 mil habitantes.
A ocho días de que ocurrió el fuerte movimiento telúrico, hay mil 200 familias perjudicadas en diferentes regiones; de la sierra: Terrero, El Pantano, Nueva Cuadrilla, Lomas Blancas, El Aguacate, La Vainilla, San Rafael y Valle Grande; de la ribera del Balsas: Olivos, Catarina, El Balsas, Galeritas y La Soledad; del centro del municipio: Barrio de Lozano o El Rosario, El Reparo, Los Pinos, La Quiringucua, El Recodo, Santa Rita, La Pedregosa, Terrero y El Pantano. Estas comunidades están en espera de que se les brinde ayuda, para reparar o reconstruir sus casas.
Durante un recorrido guiado por el presidente municipal de Coahuayutla, Everardo Barrón Ríos, por algunas de las citadas comunidades, se constató la situación que actualmente viven las familias afectadas, pues sus casas, en su mayoría de paredes de bloques de adobe y techos de tejas, están visiblemente dañadas.
En la cabecera municipal, de la colonia Tres Leches, el señor Nicolás Huitrón García contó que el día del sismo “todos nos asustamos, hubo gente que se desmayó, los niños y las mujeres lloraron del miedo”.
Dijo que él y su familia “nomás vimos cómo empezaron a caerse las tejas y las paredes se abrieron, qué más nos quedaba que encomendarnos a Dios”.
Otro afectado, Heyvi Salas Barbosa, comentó que su vivienda y las de muchos de sus vecinos no están en condiciones de ser habitadas, pero que en sus mismos terrenos “nos arrimamos donde se puede, donde no nos vaya a caer una teja o la pared, para dónde más nos vamos, nadie ha venido a ayudarnos”.
Agregó que el día del temblor, luego de que éste cesó, los militares que están asignados en Coahuayutla por la operación Guerrero Seguro, “anduvieron recorriendo las casas, y en las que pudieron, ayudaron a levantar las tejas, pero nada más”.
En la comunidad Barrio de Guzmán, a unos 20 minutos de la cabecera municipal, la casa de los señores Otoniel Torres Izazaga y Elvira Izazaga León, construida de adobe y teja, está en riesgo de derrumbarse; las paredes están completamente cuarteadas y muchas de las tejas se cayeron; sus camas están debajo de una parte del techo que no se afectó, pero corren el riesgo de que en cualquier momento una de las paredes les caiga encima.
Don Otoniel opinó que el intenso temblor “fue para que nos acordemos de Dios”. Agregó que afortunadamente él y su madre, doña Elvira, una mujer de avanzada edad, lograron salir de su casa antes de que empezaran a caer las tejas y a abrirse las paredes, “si no, nos hubieran matado”.
En la comunidad siguiente, Barrio de Lozano, la vivienda de David Baldovinos Hernández tiene todas las paredes de adobe cuarteadas y partes del techo sin tejas. Contó que luego del temblor, le dio tristeza ver cómo su casa quedó inservible.
Dijo que aunque su casa es de adobe, requiere de dinero para comprar los materiales restantes para construirla de nuevo, por lo que lamentó que se ha dado cuenta “por las noticias que salen en la televisión, que el gobierno federal habla de que van ayudar a los que salimos afectados por el temblor, pero acá los únicos que han venido a tomarle fotos a las casas dañadas han sido los trabajadores del Ayuntamiento, y si usted conoce Coahuayutla, sabe que es un municipio pobre”.
Se dolió de que “mañana va a tener ocho días de que tembló, y seguimos esperando la ayuda, aunque sea con algo, pero que nos ayuden”.
En lo que coincidieron los entrevistados es en que están dispuestos a poner su mano de obra, si el gobierno les ayuda con el material para rehabilitar o reconstruir sus casas.
El presidente municipal, Everardo Barrón, informó que pese a que desde el primer día que ocurrió el sismo, notificó al gobierno estatal de la situación en su municipio, “hasta ahora nadie ha venido a verificar. Se dijo que en la declaratoria de zona de desastre sólo 10 municipios habían sido incluidos, pero no Coahuayutla, eso nos puso a nosotros en desánimo porque este es un municipio pobre que no tiene la posibilidad de salir adelante por sí solo”.
Agregó que para él, como alcalde, “estos días han sido difíciles, estamos hablando que hasta ahorita sabemos de mil 200 casas afectadas, algunas de ellas se cayeron por completo y otras están cuarteadas, aunque uno quiera ayudar a toda la gente damnificada, no puedo, porque no me alcanzan los recursos; hoy mi director de Protección Civil fue a una reunión a Zihuatanejo, de allá me habló para decirme que Coahuayutla ya está incluido en los municipios afectados y que una brigada de la Sedesol vendría a hacer un censo, los estamos esperando, porque hasta ahorita no han llegado”.
Barrón Ríos manifestó que “vamos saliendo de una cuando ya estamos en otra, con la tormenta Manuel nos fue muy mal; la carretera de La Unión a Coahuayutla está en malas condiciones, los parches que tiene de tepetate se pusieron por parte del gobierno municipal, y hasta la fecha seguimos esperando que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, así como la Comisión de Infraestructura Carretera y Aeroportuaria del Estado de Guerrero (CICAEG), apliquen los 50 millones de pesos etiquetados del Fondo Nacional de Desastres para la rehabilitación de la carretera”.
El alcalde advirtió que de no aplicarse en estos días, “tendremos una situación difícil en la temporada de lluvias, que ya no tarda; la carretera se va a trozar de nuevo y ahora sí vamos a estar completamente incomunicados; me he cansado de ir cada ocho días, tanto a las oficinas de la SCT como a las de la CICAEG, y siempre me dicen lo mismo, que para la semana que viene, y de ahí no salen; yo quiero aprovechar para pedirle al director del Fonden que venga a Coahuayutla, para que vea en las condiciones en las que está la carretera”.
La carretera federal La Unión-Coahuayutla tiene una extensión de 70 kilómetros, la mayor parte de esa vía es de curvas muy cerradas y peligrosas; fue pavimentada durante la pasada administración del ex gobernador Zeferino Torreblanca Galindo, como una promesa de campaña.
Durante la visita a esa cabecera municipal, se contaron cuando menos 30 tramos trozados y que representan un riesgo para los automovilistas.

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