Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Carlos Pérez Aguirre

Corrupción, desatención y demagogia

Una vez más, como ya es costumbre el gobernador Ángel Aguirre desapareció en momentos cruciales. Una vez más la respuesta del gobierno estatal y de los funcionarios dependientes de él, fue nula.
Como en ocasiones anteriores el gobernador no existió después de sismo que afectó diversas zonas de la entidad y tampoco después de la severa tromba que castigó de nueva cuenta a la capital Chilpancingo.
La indolencia y la desatención fueron nuevamente la única respuesta contundente del ejecutivo estatal, vamos, ni siquiera los otros dos cogobernadores de apellido Salgado registraron por lo menos su existencia –al parecer a uno solmente le interesan los momentos en que se pueden reprimir estudiantes indefensos y al otro cómo recuperar las confiscaciones que le hicieron en el DF a un familiar cercano. La población de nueva cuenta ante la desidia gubernamental actuó por su propia cuenta, tal y como está sucediendo ante la indiferencia de este gobierno ante el crecimiento de la llamada delincuencia organizada.
En este caso no llegó a la población afectada ningún tipo de ayuda –seguramente las despensas rescatadas en el DIF estatal y los electrodomésticos de Finanzas, ahora estarán echándose a perder en otro lugar.
Ya es una constante la falta de atención del gobierno estatal ante los desastres naturales, solo por recordar algunos casos: el Paulina en Acapulco, cuando Juan Salgado Tenorio, impuesto en la alcaldía por el ahora gobernador, se esfumó (y hoy le reconoce su brillante desempeño en el desastre, y lo premia como flamante director de uno de los mas importantes sistemas de enseñanza para nuestros jóvenes, ¡vaya ejemplo a seguir para la juventud!).
Más recientemente ante los pasados desastres causados por la lluvia, el propio gobernante cantaba –como autentico Nerón– en vez de avisar y atender de inmediato a la población afectada. Y en estos días de nueva cuenta se repite el libreto.
Pero adicionalmente tenemos que ser muy enfáticos. Una gran parte de las obras que evitarían nuevas desgracias aun no están concluidas e incluso muchas ni siquiera han iniciado –aunque en este problema tienen corresponsabilidad el gobierno estatal y el federal. Por ello han surgido espontáneas manifestaciones de inquietud y descontento.
La ciudadanía observa por un lado la falta de atención evidente de parte del gobierno estatal, pero por otro lado Ángel Aguirre con su descomunal demagogia anuncia millonarias acciones, aunque la mayor parte correspondan a los programas tradicionales de gobierno, sin que exista inversión directa de los millonarios recursos que recibe el gobierno estatal y que discrecionalmente “maneja” Jorge Salgado y familia –por que habrá de investigarse el número de familiares directos que están incrustados en la secretaria de finanzas.
Por ello el ciudadano observa la evidente contradicción del gobernante que nunca atiende a la población en la emergencias, que es donde se supone debería ser mas patente la acción del gobierno estatal, e incluso ve como se le esconde y ningunea la ayuda, y por otro lado el mismo gobernante trata de convencer y dibujar mediante discursos y oratoria una acción que no se palpa.
Ya escucharemos en ese conglomerado aplaudidor y falto de independencia en que se convierte el congreso de Estado, cómo construye el gobernador un monumento a la demagogia y a las apariencias. Pero la contundencia de sus actos evidentemente será más elocuente que cualquier ejercicio de demagogia.

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