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Recibe José Agustín cálido homenaje en la Feria del Libro Guerrerense en Taxco

*Su obra es una de las mejores carnadas para atraer a los jóvenes a la lectura, afirma en Casa Borda el también escritor Enrique Serna. Es un “guerrero de la literatura”, dice Martínez Núñez

Claudio Viveros Hernández

Taxco

“¡Hombre! Muchas gracias, deveras…”, soltó feliz, sonriente y contagiante el escritor acapulqueño José Agustín en el  homenaje qu se le brindó en la histórica Casa Borda de esta ciudad.
“Realmente, lo primero que pensé cuando me dijeron de esto es que estos cuates guerrerenses están medio locos…”, confió en su particular estilo con humor auténtico e irreverente, del homenaje que se le preparó y él rubricó en la Feria del Libro Guerrerense, lo que vivió en esta jornada artística y cultural de reconocimiento en su tierra donde se sumó el escritor de grandes novelas históricas Enrique Serna a quien elogió el acapulqueño como un “escritorazo sensacional y una de las plumas más firmes que tiene actualmente la literatura mexicana”.
La directora del Centro Cultural Taxco, Rosario Cambray, atendió al escritor de la contracultura desde su llegada a esta ciudad la tarde del sábado. Con él llegó ayer al auditorio donde el público lo esperaba con ansia para verlo, escucharlo y pedirle un autógrafo. Prolongados aplausos lo recibieron cuando se desplazó tranquilo a la mesa del presídium que él encabezó al lado de su amigo Enrique Serna y el secretario de Cultura, Arturo Martínez Núñez.
Después de la bienvenida y las palabras de Cambray García, quien exaltó la grandeza y virtudes de José Agustín para la literatura mexicana y universal con su obra, además de resaltar los objetivos de la Feria para reconocer a los escritores surianos y convertirse en escenario de proyección para los jóvenes escritores y promover los libros de los guerrerenses, el secretario de Cultura, Martínez Núñez, lo llamó un “guerrero de la literatura”. Afirmó que José Agustín “porta sangre suriana y más aún se identifica con el espíritu rebelde y plebeyo de nuestro pueblo. Es irreverente por excelencia; un inconforme nato que ha sabido hacer de las letras un recurso imprescindible de lucha, de transformación, de cambio, de crítica”, y evocó sus raíces al añadir que el homenajeado es de cepa revolucionaria, de educadores, artistas y sobrino del pintor y muralista musical suriano Agustín Ramírez, autor de canciones convertidas en himno de los guerrerenses.
Ante públicos diversos entre los que una mayoría fueron jóvenes, que llenaron el lugar, Martínez Núñez aseveró que Guerrero se engalana con este homenaje y en un viaje por el tiempo, asentó que desde 1964, cuando salió su primera novela La Tumba lo han leído muchos miles y durante estos días lo han gozado y sufrido tantos o más durante el banquete de libros que es la Feria de Taxco.
En un breve recuento, dijo que su obra forma parte de la revolución cultural de los años 60, “es uno de los líderes de la contracultura de esa generación de escritores de la ruptura con los moldes, paradigmas y de las cadenas del desarrollismo y de la solemnidad”.
Sobre las etapas que le tocó vivir el escritor, Martínez Núñez agregó que “el 68 es el movimiento cultural, social, político más importante y trascendente de la segunda mitad del siglo XX y el sello generacional mar-ca a sus escritores” que devinieron también en el lenguaje en la literatura y en las diferentes expresiones de las artes por aquella genuina revolución cultural sin tabúes y donde los jóvenes “predicaron nuevas libertades y las ejercieron fumando mota, haciendo el amor, exhibiendo la belleza nueva”.
De esa generación, valoró que José Agustín “es un rockero cultural en el mejor sentido del concepto si es que existe y lo tiene”, y de esto comentó que una muestra es cuando “irrumpe desde La Tumba hasta nuestros días” al que calificó como un septimopisista, un joven septuagenario, que cumple 50 años de escritor, por lo que hoy “él sobrevive lúcido y productivo en plena creatividad”. En su mensaje, el funcionario le dijo: “José Agustín nuestro pueblo y el gobierno te admiran y rinden este sencillo homenaje mucho más que merecido por todos los placeres y las delicias, también por las perturbaciones de tu obra”. A manera de cierre, repitió las palabras del homenajeado en Arma blanca, una excelente novela sobre Pepe Revueltas y una cita que el escritor inventó con sus expresiones: “el máximo logro de un escritor es comunicarse en la más profunda intimidad con alguien que no conoce, que está en otro sitio y quizá en otra época”, a lo que añadió el secretario de Cultura: Esta es la magia de la inmortalidad.
Por su parte, el escritor Enrique Serna manifestó su alegría porque el estado de Guerrero “le brinde un homenaje a uno de los escritores que más admiro, porque creo que la función de las instituciones culturales siempre debe ser iniciar a los niños y adolescentes en la lectura”, que es el propósito de esta Feria del Libro.
“La obra de José Agustín es una de las mejores carnadas que tenemos en la literatura mexicana para logara que los adolescentes se acerquen sin temor a los libros y queden seducidos por ellos, porque es una literatura que les confronta muy directamente con las inquietudes que ellos mismo tienen, sobre todo, me refiero a la vertiente juvenil de la obra de sus comienzos de José Agustín, muy precoces con La tumba escrito a los 16 años y De perfil que escribió tres años después”, expresó.
A pesar del tiempo transcurrido, apuntó que “estas novelas siguen estado vigentes porque la exploración de la mentalidad juvenil que hay en ella no ha cambiado, los jóvenes siempre tienen esa mezcla de pasión, rebeldía, el enfrentarse a una serie de descubrimientos a su edad, el toparse con una realidad bastante adversa para ellos”.
Destacó que este contexto lo era en los años 60 con el autoritarismo político en que José Agustín escribió estas novelas y “lo sigue siendo ahora con una crisis económica atroz que prácticamente condena a la mayoría de los jóvenes al desempleo a pesar de que tengan muy buenas credenciales académicas”.
José Agustín fue agasajado como lo merece en Taxco donde ha estado en varias ocasiones y en su juventud filmó y dirigió una de sus primeras películas. Como detalle de este homenaje se llevó una pluma de plata grabada con su nombre y con base de obsidiana, una cajita de Olinalá y un paquete de libros que le entregó el secretario de Cultura. El final se extendió con una enorme fila de la gente que pidió autógrafos y fotos. José Agustín gozó a plenitud su homenaje.

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