Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Humberto Musacchio

LA REPÚBLICA DE LAS LETRAS

Diputados piratean a Paz

La Comisión Especial para Conmemorar el Centenario del Natalicio de Octavio Paz presentó la “plataforma de internet” a la que se podrá acceder por computadora o teléfono celular. Todo aquel que la quiera consultar, dijo la diputada Sonia Rincón Chanona, tendrá a su disposición “la obra del Premio Nobel de Literatura”. El señor Jorge Cordero, representante de la empresa que preparó la página, dijo que ésta se realizó aprovechando los recursos digitales “para montar todas las obras completas del escritor”, de tal manera que pidió a los asistentes al acto que se imaginaran “caminando en la calle o viajando en el transporte público y ¿por qué no?, descargar?El laberinto de la soledad?para leerlo en el teléfono celular”. La página contendrá también 35 escritos “relativos a personalidades relacionadas” con el poeta y cartas de varios escritores. En fin, que en esta fiesta a la que todos asistieron con garfio, pata de palo y parche en el ojo, el broche de oro lo puso un tal Ezequiel Zabalua, de la empresa Zetabe INteractive Agency (así, en inglés), quien, mentirosito, afirmó que todo lo que está en internet “es libre de uso” (sic) y hasta se atrevió a soltar otras falacias, como esa de que por citar “todas las fuentes de hipervínculos”, porque “la plataforma no tiene ningún fin comercial” y por citar “los derechos en el glosario de la página estamos cubiertos en cuanto a derechos de autor”. Pronto se enterarán los señores Cordero y Zabalua de que independientemente de si hay o no negocio de por medio, es un delito hacer uso de la obra de uno o más autores sin pagar derechos ni contar con autorización por escrito del autor o sus herederos. Igualmente es delito que la Cámara de Diputados difunda textos protegidos por la legislación autoral votada precisamente por diputados y senadores.

Con AMLO decayó la cultura

Cuauhtémoc Cárdenas Batel, asesor cinematográfico de Miguel Mancera, declaró que “a partir de Andrés Manuel López Obrador, la política cultural en la ciudad ha decaído, ha sido regresiva. Se desmantelaron procesos que estaban funcionando y no se sustituyeron por otros”. Para el nieto de don Lázaro, los nombramientos en la Secretaría de Cultura del DF “han sido más por acuerdo político” y se ha procedido a descentralizar la actividad cultural “sin una política que acompañe la descentralización”, de tal modo que se quitó presupuesto a la Secretaría de Cultura (de mil millones que tenía se redujo a la mitad) para entregarlo a las delegaciones, que “lo gastan en cualquier actividad” (para acarreos políticos, fiestas del día de las madres, jardinería y cuanta cosa se le ocurra al respectivo delegado). En otras administraciones se compraron los cines París, Alameda y Latino para exhibir películas mexicanas, pero luego fueron vendidos y el Fideicomiso para la Promoción y Desarrollo del Cine Mexicano “sigue sin funcionar desde 2009, cuando fue creado”, dijo Cárdenas Batel, pues en las administraciones de López Obrador y Marcelo Ebrard fueron secretario de Cul-tura personas y personajes sin aptitud para el cargo ni interés en el fomento cultural.

Réquiem por Emmanuel Carballo

Uno de los personajes centrales del grupo de Fernando Benítez, la celebérrima “mafia” de los años 50 y 60, Emmanuel Carballo, acabó por distanciarse de sus viejos compañeros y puso casa aparte. Dirigió con Alfredo Leal Cortés el suplemento?Artes-Letras-Ciencia?del diario?Ova-ciones, trabajó como editor de Empresas Editoriales, la firma de Rafael Giménez Siles, y fue tan atinado que aquellos jóvenes que incluyó en la colección de autobiografías se convirtieron todos, sin excepción, en figuras de las letras mexicanas: Vicente Leñero, Juan Vicente Melo, Sergio Pitol, Tomás Mojarro, Gustavo Sáinz, Juan García Ponce, Salvador Elizondo, Marco Antonio Montes de Oca, José Agustín, Carlos Monsiváis y algún otro que no recuerdo. Después, Carballo fundó Editorial Diógenes y otra vez mostró su gusto y su buen ojo al publicar a Parménides García Saldaña, a Margarita Dalton, a Orlando Ortiz y a varios más. Maestro de esos que prestigian a la UNAM, profesor durante diez años de la Escuela de Escritores de la Sogem, muy ameno conferencista, crítico atinadísimo e implacable, entrevistador agudo y ensayista de polendas, todo eso y más fue Emmanuel Carballo, quien deja otra valiosa lección: hay que hablar claro aunque se pierdan amigos. De ese tamaño era el maestro tapatío.

Omisión de la AMACC

El 27 de mayo, la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas entregará los Arieles en el Palacio de Bellas Artes. Se concede Ariel de Oro al director Arturo Ripstein y al actor Ernesto Gómez Cruz, lo que está muy bien, y se rendirá homenaje al escritor y guionista José Revueltas y a María Félix, pésima actriz pero a fin de cuentas un mito de nuestro cine, al cumplirse 100 años del nacimiento de ambos. Cabe preguntar por qué no se incluyó en los homenajes a Efraín Huerta, hombre que en el periodismo se mantuvo estrechamente ligado al cine y su gente, crítico que empleó los seudónimos de?Filmito Rueda?y?Fósforo,?entre otros, o que publicó sin firma, sobre todo en El Fígaro, cientos de comentarios sobre lo que veía en la pantalla. Por si algo faltara,?El Gran Cocodrilo?fue actor en la película?A la busca, mediometraje de Alberto Bojórquez en el que Efraín hace el papel de papá de la protagonista. Sencillamente es inadmisible que se le margine de los homenajes. Por fortuna, en la librería Rosario Castellanos del Fondo de Cultura Económica (Tamaulipas y Benjamín Hill), el 5 de junio se inaugurará la exposición?Un poeta del alba, con fotografías y objetos personales; el día 9 habrá una sesión de lectura en voz alta de la poesía de Huerta y el 7 y 8 de junio en el Cine Lido se celebrará un ciclo cinematográfico con películas que reseñó el maestrazo de Silao.

Breviario…

Invitado por Raúl Díaz, este miércoles, a las 19 horas, el autor de esta columna estará conversando con los asistentes a la tertulia chocolatera de la librería El Juglar, de Manuel M. Ponce 233, colonia Guadalupe Inn, a tres cuadras del metro Barranca del Muerto o, para quienes lleguen por Insurgentes, cerca de la parada Olivo del Metrobús. Allá nos vemos.

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