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Carlos Pérez Aguirre

Un oscuro informe

Sumamente congruente con su proceder resultó el ejercicio del llamado informe de gobierno que realizó Ángel Aguirre en el recinto del Congreso del Estado de Guerrero que, como sabemos tuvo lugar en tinieblas, en la penumbra, en la oscuridad.
Tal vez el incidente del “apagón” fue un llamado a cumplir con el enorme listado que en sus demagógicos discursos de campaña prometió resolver el priista con disfraz amarillo, uno de ellos fundamental en el sentir colectivo y de elemental justicia que además es emblemático sobre todo al rendirlo en la tribuna de ese congreso, el compromiso de que resolvería el artero asesinato de quien fuera su presidente, Armando Chavarría.
Pero no, ese compromiso es uno más que tampoco ha cumplido y ni siquiera mereció alguna mención sobre avances o procedimientos realizados al respecto.
Habrá que recordarle que él fue beneficiario directo de ese lamentable echo y que las líneas de investigación tienen que revisar todas las posibles vertientes, por ello, por afectarle directamente, debería ser uno de los principales interesados en resolverlo de la manera mas veraz, transparente y no sumirlo en la oscuridad de la desatención y hacer todo lo posible para que sea olvidado.
¿Por qué, cuál es el interés de gobernador para no resolverlo y hacer todo para que se olvide?
Pero así como esta relevante investigación está en la total oscuridad, así también se sumió en esa penumbra vergonzante la falta de respuestas, respecto a los resultados de las investigaciones –si es que las hay– sobre los asesinatos de diversos luchadores sociales que se han suscitado durante su gobierno. Pero más aún, se minimizó la problemática delincuencial y las denuncias de colusión con las estructuras de gobierno. Este tema fundamental en la realidad actual de la entidad simplemente pasó casi sin mención, cuando la prensa nacional ha sido enfática en señalar a diversos personajes cercanos al poder como responsables o coadyuvantes en este tema de la inseguridad. En este informe, por sus características, se dio cuenta del color grisáceo de la gestión de Ángel Aguirre; entre los detalles chuscos o de humor negro, destaco la mención del mismo gobernante de que no tenia temor a los fenómenos naturales, según dijo –seguramente eso pasa cuando se está durmiendo, de vacaciones fuera de la entidad o con las secuelas de una literal tormentosa fiesta–, pero la población evidentemente que sí le tiene temor a esos fenómenos, máxime si aquellos que por obligación desde el gobierno estatal deberían prevenirlos y atenderles, no lo hacen y, además, esconden para otros fines –hasta ahora no aclarados– la ayuda que se envía de diversas instituciones y personas altruistas.
Pero de esas despensas descomponiéndose en bodegas del DIF no se señaló absolutamente nada, ni de los electrodomésticos encontrados en una bodega de la Secretaría de Finanzas ¿Por qué? Debería haber habido una explicación sobre tal hecho, pero nada, ni responsables ni aclaración.
Otras situaciones oscuras fueron la falta de mención sobre el numero de parientes y amigos del gobernador y gobernantes alternos que están incrustados en las nóminas o contratos que asigna el gobierno estatal.
Lo que debe quedar claro es que la población quedó complacida, puesto que existió un asomo de justicia en lo que quería ser un evento de lucimiento del gobernador como es costumbre en los gobiernos priistas, pero no fue así, los “apagones” pusieron en su nivel al multicitado informe, o sea un informe oscuro… en penumbras.

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