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Ocupa San Miguel Tecuiciapan 3 mil 130 hectáreas que pelea con San Agustín Oapan y que el TUA le negó

Cientos de hombres, mujeres, niños, ancianos se mantienen en el lugar con alguna herramienta en la mano con las que dicen están dispuestos defenderse

 

Zacarías Cervantes

San Miguel Tecuiciapan / Tepecoacuilco

En la cima de un cerro está escrita una frase que en 1926 era una declaración de guerra: “Viva Cristo Rey”. Sin embargo, los habitantes de San Miguel Tecuiciapan no se preparan para luchar en contra de un gobierno que los persigue por su religión como en la época de la Cristiada. En esta comunidad nahua cientos de hombres, mujeres, niños y ancianos empuñan palas, picos, azadones, barretas, palos y todo lo que les pueda servir para luchar para defender sus tierras.
Pelean 3 mil 130 hectáreas que el Tribunal Unitario Agrario número 51 (TUA-51) de Iguala entregó el 29 de abril en una resolución al núcleo agrario de San Agustín Oapan, pero sólo en el escritorio, porque en los hechos la sentencia no ha sido ejecutada y los comuneros de San Miguel Tecuiciapan las tienen en posesión.
Ayer, en una asamblea general, acordaron que no cederán “ni un milímetro a costa de lo que sea”.
Las tierras en conflicto son las mismas que el ex gobernador René Juárez Cisneros pretendía entregar en su sexenio a la empresa General Motors para una pista de pruebas en la zona del Alto Balsas.
Entonces, los habitantes de San Miguel Tecuiciapan las defendieron igual, encabezados por Guillermo Álvarez Nicanor y Marcelino Díaz de Jesús, originarios de ésta comunidad y dirigentes del desaparecido Consejo Guerrerense 500 Años de Resistencia Indígena.
Pero hoy, ambos son acusados de “traidores” pues los habitantes del lugar sospechan que a cambio de algún recurso cedieron las tierras a sus vecinos de San Agustín Oapan mediante una “negociación oscura”.
El comisario de Bienes Comunales, Joel Casiano Jacobo advirtió ayer en las afueras del pueblo, precisamente allí donde mantienen tomadas las tierras que el TUA-51 resolvió ceder a San Agustín Oapan, que no van a permitir que les quiten sus tierras que mantienen en posesión desde antes de 1940.
“El pueblo está decidido que no va a dejar esta parte que quiere San Agustín, porque nosotros no les hemos ido a quitar nada a ellos, por el contrario, les estamos dando un pedazo de tierra, son 120 metros más de donde están nuestras mojoneras los que les estamos cediendo y que se conformen con eso”, dijo.
Rodeado de cientos de hombres, mujeres, niños, ancianos, todos con alguna herramienta en la mano, con las que dicen están dispuestos defender sus tierras. El representante de los comuneros, informó que la mañana de ayer sostuvieron una asamblea para determinar las acciones que realizarán luego de que el TUA-51 emitió su resolución el 29 de abril pasado en la que dio el fallo a favor de San Agustín Oapan.
Agregó que en esa reunión hubo solamente dos acuerdos, uno, no ceder sus tierras y dos defenderlas manteniéndolas en posesión a costa de lo que sea.
La mayor parte del terreno en disputa se encuentra en un extenso plan a orillas del pueblo que actualmente ya se encuentra ya se encuentra parcelado y dividido con corrales. Cada uno de los comuneros ha tomado una fracción del predio dispuestos a defenderlo “hasta sus últimas consecuencias”.
Desde el plan los comuneros muestran el cerro Cuatolo y el Tenantl, uno al extremo del otro y que sirven de mojoneras naturales para reconocer que a partir de allí hacia el oriente corresponde a San Miguel Tecuiciapan, al poniente, “los de San Agustín puede tomar todo lo que quieran, es de ellos”, dijo un anciano que portaba un azadón en las manos.
Justo en medio del Cuatolo y del Tenantli, hay una lomita en la que con piedras pintadas de blanco escribieron la leyenda que puede verse desde todo el pueblo: “Viva Cristo Rey”. Uno de los habitantes dice que nadie sabe quién la escribió, “nomás amaneció allí”, aseguró y agregó que aunque el conflicto nada tiene qué ver con la religión, igual van a defender sus tierras.
Otro de los habitantes dice que todos saben que estas tierras siempre han pertenecido a San Miguel Tecuiciapan, pero que por los “líderes corruptos” se fueron cediendo poco a poco a los de San Agustín Oapan que “primero se los rentaron, después se los prestaron y así poco a poco se fueron apropiando de ellos hasta que los reclamaron como suyos ante las autoridades agrarias”.
De los últimos líderes que recuerdan citaron a Guillermo Álvarez Nicanor, ex dirigente del Consejo Guerrerense 500 Años de Resistencia Indígena y ex delegado de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), así como Marcelino Díaz de Jesús, también ex dirigente del Consejo Guerrerense y actual Procurador de Defensa del Campesino (Prodecam), del gobierno del estado a quienes acusan de que mediante “negociaciones oscuras” venían cediendo las tierras a los de San Agustín Oapan.
Argimida Pineda Matías, una de las mujeres que se encuentran en defensa de las tierras, dijo que no saben cuánto dinero recibieron, “porque solamente ellos lo saben y no lo van a decir”, incluso dijo que el regidor de la comisaría Esteban Bartolo de Jesús, que es de su gente, “fue a declarar a Chilpancingo que sólo somos 30 personas las que no queremos dejar las tierras, pero aquí ustedes vean cuántos somos, no somos 30 personas”, dijo.
A su vez, Socorro Juárez Nicanor, también acusó al regidor de la comisaría municipal a quien le exigió “que le pare porque los habitantes no van a ceder estas tierras, él dice que a San Miguel Tecuiziapan solamente le corresponden 65 hectáreas, pero eso es mentira, de nosotros son las 3 mil 130 y no las vamos a soltar”.
Informó que por esa postura del regidor la mayoría del pueblo ya lo desconoció.
La dirigente también acusó al presidente municipal de Tepecoacuilco de filiación panista, Antonio Galarza Zavaleta, de quien dijo que está apoyando a los de San Agustín Oapan y al grupo de San Miguel Tecuiziapan que está de acuerdo en que las 3 mil 130 hectáreas se entreguen al otro núcleo agrario.
Denunció que incluso existen demandas penales en contra de cuatro personas que están defendiendo las tierras por el delito de “daños y despojo”. Las averiguaciones previas se integraron en contra de las hermanas Socorro y Sidronia Juárez Nicanor, así como Juana Jacobo Nicanor y René Herrera Alvarez.
Socorro Juárez, demandó que el presidente municipal Galarza Zavaleta saque las manos del conflicto “porque éste es un conflicto agrario en el que nada tiene que ver ni le compete”.
Los habitantes también demandaron la intervención del gobierno del estado para que se retire al Ejército, pues denunciaron que por las noches han ido soldados al lugar en donde se instala el campamento, afuera del pueblo, a preguntar por algunas personas cuyos nombres llevan en una lista.
Aunque ayer no se vio presencia de los militares, los habitantes aseguraron que son constantes los recorridos que realizan afuera del pueblo, a partir de que los habitantes reforzaron el plantón que simboliza la toma de las tierras que están en conflicto con San Agustín Oapan.
Mientras tanto, el abogado Raymundo Castro Aparicio informó que por la vía legal también van a proceder y que van a solicitar un amparo en contra de la resolución del TUA para combatir el contenido de esa resolución que “fue mal aplicada desde el escritorio y sin que se acudiera a verificar en el lugar de los hechos donde está el terreno”.
“Aquí legalmente lo que procede por la indebida ejecución es ampararse, porque la tierra ya está ocupada por los habitantes de San Miguel Tecuiciapan y es lo que hemos acordado, que vamos a meter varios medios legales”, dijo.
Habitantes de la localidad, aseguraron que de 1949, cuando comenzó el conflicto por las tierras, han muerto 7 campesinos de San Miguel por defender estas tierras.
Uno de ellos fue Damián Vázquez, quien cuando fue a comprar rebozos a San Agustín Oapan lo privaron de su libertad y días después lo encontraron en el fondo del río amarrado a una piedra. Su muerte ocurrió en 1965.
Otro fue don Rafael Aguilar, quien cuando fue a visitar a su amigo Pablo Avilés, entre éste y su hermano Eligio Avilés lo mataron, después lo descuartizaron y lo echaron en una bolsa, Su cuerpo lo encontraron dos semanas después, en ese mismo año de 1965.
También fue asesinado Ponciano Muñoz, quien fue privado de su libertad cuando fue a una fiesta a San Agustín Oapan y de allí lo sacaron, lo mataron y lo fueron a tirar al río.
El abogado Aparicio Castro, dijo que al parecer a eso le están apostando las autoridades, “que haya más muertos para poder intervenir”. Dijo que este conflicto más que la vía legal requiere de la intervención política de las autoridades estatales y federales, “de lo contrario va a seguir creciendo hasta que detone en más violencia”.

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