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En plantón, vecinos de Tixtla urgen al alcalde que cancele la instalación de una antena de telefonía celular

Vecinos del barrio de El Camposanto, inconformes con la instalación de una antena de telefonía celular de la empresa Movistar en la zona urbana, urgieron la intervención del alcalde, Gustavo Alcaraz Abarca, la cancelación de la obra por los efectos secundarios que puede tener sobre la salud.
Tras una asamblea de vecinos la noche del miércoles, precisaron que detuvieron a 15 trabajadores (no a tres como se difundió en la edición de ayer), entre ellos dos encargados de la obra que comenzaron a realizar las excavaciones en un terreno particular la semana anterior. Detallaron que se fueron a las 4 de la madrugada de ayer, luego de firmar una minuta de acuerdos, donde aceptaron cancelar los trabajos.
Aseguraron que en garantía, dejaron un tráiler de remolque con una revolvedora de cemento, sin placas, que sólo tiene la leyenda Pro Mezcala Concretos, UR-14, estacionado afuera de la casa número 42.
Sin embargo, señalaron que esta medida será insuficiente para detener la instalación de la antena, así que desde el miércoles por la noche se quedaron en plantón en la calle Igualdad en espera de la confirmación definitiva de la suspensión.
Los vecinos, que se negaron a dar sus nombres, informaron que a las 11 de la mañana el alcalde acudió al plantón de vecinos, y les aseguró que no habría obra si ellos no estaban de acuerdo.
Pero recordaron que el Ayuntamiento ya había puesto sellos de clausura, ignorados por los trabajadores que siguieron entrando y saliendo del domicilio, porque las calcomanías de clausura se colocaron sobre las puertas, y no en el lugar donde se forman los pliegues para abrirla.
Es decir, los trabajadores no tuvieron necesidad de romper los sellos para continuar su trabajo, y los vecinos se sintieron burlados por las autoridades municipales.
Sobre la obra, explicaron que el jueves de la semana pasada notaron que llegaron a demoler una casa de adobe que tenía como tres o cuatro años deshabitada, e hicieron un hoyo de tres metros cuadros, con la misma distancia de profundidad, a puerta cerrada.
Descubrieron de qué se trataba cuando, el domingo, un trabajador nuevo preguntó a los vecinos por el lugar donde se iba a instalar la antena de telefonía, y ese mismo día realizaron una asamblea entre vecinos.
Como resultado, una comisión de vecinos fue al Ayuntamiento a preguntar por la obra y el alcalde les dijo que no tenía conocimiento porque no habían pagado permisos en el Ayuntamiento y autorizó la colocación de sellos de clausura.
Sin embargo, el miércoles llegaron con tubos a vaciar el cemento para la plancha donde colocarían la antena, y los vecinos convocaron a otra asamblea esa misma noche y luego confrontaron a los trabajadores.
Indicaron que también se tocaron las campanas de la iglesia y llegaron más vecinos de los barrios de Santa Cecilia, San Antonio, San Lucas y de la colonia Niños Héroes, a sumarse a la inconformidad, porque todo se realizaba en secreto y con prisa para evitar las protestas que se suscitan en otros lugares por este tipo de obras.
Aunque se pidió la presencia del alcalde, indicaron que a medianoche llegó el director de Desarrollo Urbano, René Sánchez Gudiño, quien se puso de lado de la empresa, porque decía que la antena de telefonía no provoca daños a la salud.
Después de eso, indicaron que la Policía Comunitaria de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC), que opera en la cabecera municipal, se acercó a apoyar a los vecinos y cuidó el campamento hasta la madrugada.
Advirtieron que si no se cancela la obra o la llevan a un cerro fuera de la mancha urbana, la inconformidad va a crecer en la población, porque la mayoría todavía no sabe de la intención de colocar la antena en medio de sus domicilios. (Lourdes Chávez / Tixtla).

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