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Comparecerán judiciales que detuvieron a un implicado en el caso del decapitado

 Jorge Nava * Dos agentes de la Policía Judicial del Estado (PJE) fueron llamados a comparecer al Juzgado Quinto Penal sobre la detención de Luis Manuel Navarrete Arellano, presunto copartícipe en el homicidio de una persona cuya cabeza cercenada flotó en la playa Condesa, el 11 de enero de este año.

Los agentes son Francisco Javier Felipe Rodríguez y Angel Bernal Romero, quienes se encontraban bajo el mando del ahora comandante regional de la PJE, Alfredo Camacho Millán, cuando detuvieron a Navarrete Arellano, el pasado 12 de enero, en la ciudad de México.

El oficio de comparecencia lo envió la primera secretaria de Acuerdos del Juzgado Quinto, Blanca Rosa Hernández Guillén, sobre el expediente penal 121-1/2002 abierto por la muerte del agente de Seguros Comercial America, David Enrique Guzmán Urrutia, asesinado el 9 de diciembre de 2001, después decapitado y mutilado en el Morro de la playa Condesa, presuntamente por Navarrete Arellano y otros tres desconocidos más, quienes están identificados por la PJE y ya se tienen sus retratos hablados, según consta en actas.

El 13 de enero de este año, Navarrete Arellano, al declarar ante el juez, aseguró ser “inocente” y que la víctima se dedicaba a “vender mariguana a los gringos en la Condesa”.

La fecha para que los agentes acudan al juzgado a declarar fue establecida por la primera secretaria de Acuerdos, Hernández Guillén, a las 10 horas del 29 de enero del próximo año.

En el oficio en el que se requiere su presencia, Hernández Guillén advierte a los servidores públicos que de no acudir se les aplicará una medida de apremio, que consistiría en una multa de hasta 30 días de su salario.

Navarrete Arellano, de 20 años de edad, originario del Distrito Federal, asegura en sus declaraciones asentadas en el expediente penal que fue detenido en la colonia Nativitas, de la delegación Tlalpan, por tres amigos de la víctima, entre ellos uno de nombre Carlos, “que se dedica a vender droga” en la ciudad de México, mismos que lo “golpearon y entregaron a la Judicial de Guerrero”.

Al rendir su declaración preparatoria ante el juez quinto de lo penal, Emilio Ramos García, Navarrete Arellano aceptó “tener conocimiento” del homicidio de Guzmán Urrutia por dos personas a las que sólo conoce como El Chory y El Patas.

Relató en esa ocasión que dichas personas asesinaron a Guzmán Urrutia cuando estaba a bordo de una lancha en altamar, lugar donde destazaron el cuerpo para luego esconderlo en ocho bolsas de plástico, mismas que tiraron en los acantilados de la colonia Mozimba.

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