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El director de Filosofía de la UAG las desaloja sin motivos, denuncian comerciantes de comida

Lourdes Chávez

Chilpancingo

Comerciantes de comida en la Unidad Académica de Filosofía y Letras, de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), con 29 y 27 años de trabajo en la escuela, fueron desalojadas por el director Justino García Téllez, quien con apoyo de trabajadores de una obra en construcción desarmó sus casetas de venta.
Por la tarde, Isabel García Garduño y Gloria Mota Cipres denunciaron que el director, aprovechando el periodo vacacional de Semana Santa, desmanteló sus puestos de comida y sacó sus muebles de la escuela, a pesar de que las comerciantes tienen el aval del Consejo de la Unidad Académica, para continuar trabajando en el lugar.
Recordaron que en diciembre de 2011, García Téllez les dijo que tenían que retirarse porque así lo ordenó el Jurídico de la UAG, pero ellas hablaron con la secretaria particular del rector, Anabela Latabán Campos, quien investigó y les aseguró que no había ninguna orden contra ellas, afirmaron.
Sin embargo, Gloria Mora indicó que el 3 de diciembre el director ordenó que quitaran los techos de sus casetas y rompieron los pisos de sus tiendas, y en respuesta interpusieron una denuncia contra él por daños ante una agencia del Ministerio Público; añadió que en este periodo les han robaron en tres ocasiones el cableado de luz que directamente pagan en la Comisión Federal de Electricidad.
Asimismo, denunció que el pasado 31 de marzo un hombre armado con una pistola que portaba a la vista, acompañado de herreros, incluso con su esposa y sus hijos, intentó desmantelar el lugar, retiró uno de los candados de los puestos de comida, pero le advirtieron que existe una demanda contra el director y el lugar estaba sujeto a una investigación, y el joven desistió.
Gloria Mota consideró que el director pretende sacarlas de este lugar para meter a otras personas a trabajar en la escuela.
La comerciante informó que cuando llegaron a la unidad académica, el director con unos 15 trabajadores de una obra en construcción en ciudad universitaria, estaban terminando de desvalijar sus puestos, y cuando lo encararon García Téllez las ignoró. Detalló que el director llevaba un machete y una pinza tipo cizalla recién comprados.
Al lugar llegaron moradores de la casa de estudiantes Othón Salazar Ramírez, quienes apoyaron a las comerciantes y evitaron que trabajadores de una empresa refresquera se llevaran las láminas de la caseta y los muebles que iba a recoger por instrucciones del director.
Gloria Mota informó que cuando el director tomó el cargo les pidió una cuota de 2 mil 500 pesos al mes por trabajar en el lugar, pero finalmente acordaron en una reunión cerrada un pago mensual de mil pesos, porque los costos de los alimentos en los puestos universitarios son muy económicos.

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