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 Reaparece Sánchez Barrios en una misa de agradecimiento en Zumpango

* Mantiene sus aspiraciones a ser el candidato del PRI a gobernador, dice

* El diputado local con licencia muestra dificultades para hablar y caminar * Ofrece una comida a unos 500 simpatizantes
Zacarías Cervantes, corresponsal, Chilpancingo n Con dificultades para hablar y caminar, el ex presidente de la Comisión de Gobierno del Congreso del Estado, Carlos Sánchez Barrios, participó ayer en actos públicos por primera vez desde el 2 de julio pasado, cuando se desbarrancó la cuatrimoto que manejaba solo en un camino de Cochoapa el Grande, municipio de Metlatónoc.
El ex secretario de Desarrollo Social del gobierno del estado acudió ayer a una misa de acción de gracias en la catedral de Santiago Apóstol de Zumpango y posteriormente ofreció una comida en su casa, en donde reiteró que aspira a ser el candidato del PRI a gobernador.
A la misa y a la comida acudieron poco más de 500 personas, entre familiares, amigos, simpatizantes, en su mayoría habitantes de esa población; hubo muy pocos funcionarios del gobierno estatal.
La misa de las nueve de la mañana fue para “dar gracias a Dios por el mejoramiento de la salud de Carlos”, dijo uno de sus familiares en la Parroquia de Santiago Apóstol ubicada en el centro de Zumpango, la cabecera del municipio de Eduardo Neri, que resultó insuficiente para albergar a quienes acudieron a solidarizarse con el aspirante a la candidatura a gobernador y tuvieron que permanecer en la explanada del templo donde se colocaron bocinas.
El diputado local se sentó en la primera fila acompañado de su esposa Martha García y de sus familiares más cercanos, dispersos dentro de la iglesia y otros afuera. Allí se encontraban el diputado federal, Mario Moreno Arcos, de los principales promotores de la precandidatura; la directora estatal del DIF, Paula Sánchez Reyna, así como su hermano, el alcalde de Eduardo Neri, Bertín Sánchez, ambos, primos del legislador, y la primera una de las colaboradoras más cercanas del gobernador René Juárez Cisneros. Acudieron, asimismo el titular de la Secretaría de la Juventud, Raúl García Leyva, la subsecretaria del deporte, Alma Rocío López Bello y el recién designado secretario técnico del Consejo Político Estatal del PRI, Marco Antonio Leyva.
Afuera de la iglesia una banda de música, danzas de los manueles y de los chinelos esperaban que terminara la misa para amenizar el recorrido desde ahí hasta la casa de Sánchez Barrios ubicada en la calle Ignacio Rayón a unos 3 kilómetros, en donde en la calle y en los patios de las viviendas vecinas se habían colocado mesas para los invitados que degustarían pozole y mezcal.
Al culminar la misa, todavía dentro de la iglesia, familiares, amigos y seguidores en general del aspirante a la candidatura se acercaron para desearle “felicidades”, decirle “estamos con usted”, pedir “que se mejore”, o saludarlo con el “que tal, como se siente usted”, entre otras frases de aliento escuchadas por el aspirante priísta.
Finalmente, auxiliado por dos personas caminó hacia la salida de la iglesia. Su paso era lento y dificultoso, y de vez en cuando perdía el control de sus movimientos, pero tomado del brazo seguía adelante.
Afuera, cientos de sus seguidores lo recibieron con vivas, porras y aplausos y desde ambos extremos de la valla que le improvisaron, le arrojaron confeti.
En el pórtico de la iglesia Carlos Sánchez tomó el micrófono y con una voz pausada y evidentemente con dificultades para hablar agradeció a los presentes su asistencia a la misa y a “Dios por dejarme vivir después del accidente que tuve en La Montaña”.
Agregó: “Tengo limitaciones pero sé que las voy a superar con el favor de Dios y espero que muy pronto pueda reanudar mis actividades en el Congreso con toda mi capacidad. Tengo dificultades pero todas superables, lo vamos a lograr”, señaló, provocando la euforia de sus simpatizantes que lo vitoreaban.
El también ex alcalde de Eduardo Neri volvió a caminar unos 15 metros hacia donde ya lo esperaba un Jeep Liberty color negro con el presidente municipal Sánchez Reyna al volante. En ese vehículo se transportó hacia su casa, al frente los danzantes y atrás una banda de música y cientos de sus seguidores que lo seguían vitoreando.
En su domicilio un grupo de sonido amenizaba el ambiente y varias mesas habían sido ocupadas por los invitados que ya degustaban el pozole y el mezcal servido.
El aspirante a la gubernatura fue auxiliado nuevamente para bajar de la camioneta y tomado de los brazos fue encaminado hacia la puerta de su casa. En ese trayecto quienes le ayudaban permitieron que los reporteros le plantearan tres preguntas.
–¿Cómo se siente, señor?
–Con una infinita alegría, me da mucho gusto verlos y saludarlo a todos –contestó pausadamente, evidentemente por la dificultad para mover su lengua.
–¿Tiene confianza en que se va a recuperar?
–Claro, tengo confianza en que puedo superar todas las dificultades.
–¿Quiere todavía ser gobernador?.
–¡Claro, ¿quién lo duda? –dijo ya en el umbral de su casa.

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