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Moisés Alcaraz Jiménez

El parto de los montes

   Muchas expectativas se crearon en torno a la integración de la 57 Legislatura local. Diversos sectores sociales fincaron sus esperanzas en un nuevo Congreso supuestamente más plural y diverso, donde todo indicaba que se gestaría el tan ansiado equilibrio de poderes y desde donde se podrían de verdad fiscalizar los recursos públicos para hacer más transparente la rendición de cuentas.

La nueva correlación de fuerzas parlamentarias hizo pensar en un órgano Legislativo realmente independiente de los otros poderes, un órgano con grandes posibilidades de ejercer de manera autónoma las atribuciones y facultades que le corresponden de acuerdo a nuestra constitución para convertirse en un verdadero contrapeso al poder omnímodo y metaconstitucional en que históricamente han incurrido los titulares del Ejecutivo.

Sin embargo, la tibieza y mediocridad con que ha actuado la oposición ha causado malestar e inclusive desesperanza entre quienes votaron por ella. Esa actuación ha permitido que a pesar de su sensible disminución de fuerzas el PRI continúe manteniendo su dominio en el Poder Legislativo ante la pasividad y casi complacencia de sus adversarios que, después del lamentable papel desempeñado, han sido catalogados como pusilánimes y, para muchos, indignos depositarios de la confianza ciudadana.

Existe la creencia generalizada en el sentido de que más que un acierto de los operadores políticos del tricolor, la vigencia de la supremacía de este partido en el órgano legislativo se debe a una oposición que ha cometido graves errores y ha caído en serias deficiencias que la hacen aparecer como inepta e ignorante de los asuntos parlamentarios y que sin ningún rubor reconoce que “les faltó experiencia” para acordar en mejores términos sus posiciones en las comisiones legislativas, además de otros asuntos que han hecho aparecer a esta oposición como tibia y muy mediocre.

Por ello se ha pensado que son éstos una especie de diputados de lento aprendizaje, que han demostrado tener pocas cualidades y virtudes para desempeñar tan importantes cargos.

En el mejor de los casos se ha hablado de una oposición “chamaqueada”. No obstante, lo más delicado y que debe preocupar y ocupar mucho a la oposición es la otra versión que flota en el ambiente: aquel duro señalamiento que insiste en que esta oposición no tiene nada de inexperta, sino que es más proclive a la coptación que la anterior, lo cual es sumamente delicado puesto que estaríamos hablando de diputados que han caído tempranamente en el descrédito y la desconfianza popular, que han generado dudas y sospechas en su entorno, legisladores con piel de lobo que resultaron ser dóciles ovejas.

Sobre el cúmulo de errores y desaciertos cometidos, algunos legisladores de las fracciones opositoras al PRI pretenden explicar las causas de su desastrosa actuación. Sin embargo, los que deberían ser razonamientos convincentes, han resultado argumentos infantiles. Aún se le debe a la ciudadanía una explicación seria y creíble, con argumentos sólidos, de lo que realmente sucedió al momento de integrar las comisiones legislativas, porque lo que hasta ahora se ha dado no son razonamientos propios de personas pensantes y antes que aclarar el entorno oscuro de las negociaciones, esas explicaciones más bien ofenden la inteligencia humana.

Hay quienes opinan que los únicos responsables de esa exhibición de ineptitudes, son los propios electores por haber elegido a unos pobrecillos enanos del parlamento que fueron mandados a luchar contra unos gigantes tricolores que han abusado de la debilidad e “inexperiencia” de sus oponentes.

Es verdad que no haber integrado un frente común en el Congreso no es atribuible sólo al PRD, pero queda de manifiesto que este partido carece de la más mínima capacidad para llegar a acuerdos con las otras fracciones y no tiene operadores políticos de calidad que hagan valer la fuerza que el PRD tiene ahora en el órgano legislativo.

Se habla de soberbias, prepotencias e ineficacia de quienes encabezan a este grupo parlamentario; no obstante, lo que podría estar afectando el trabajo legislativo del PRD son nuevamente las sectas y tribus que desde ahora velan armas para la lucha interna por la gubernatura en el 2005, que piensan que tienen ya en la bolsa pero que, sin embargo, actuaciones como las aquí comentadas son mensajes negativos que se emiten al electorado y que alejan al sol azteca de esa posibilidad.

El PAN, por su parte, ha confirmado que tiene una doble faceta. Ante los medios aparenta ser de oposición, pero sus diputados, en los asuntos de mayor trascendencia, muestran su corazón que no es azul, sino tricolor y votan en consecuencia.

En lo que corresponde al PRI, independientemente de todo lo sucedido, este partido ha demostrado una vez más que no es un instituto muerto o en agonía, sino una organización política viva, muy actuante y que ante adversarios “inexpertos” reafirma su capacidad de recuperación y las posibilidades que tiene de conservar el poder en el 2005.De los demás partidos se conocen los antecedentes de sus diputados. Júzguelos usted mismo amable lector ¿Qué espera de ellos?

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