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Piden priístas fiscalizar al gobernador

 * En reunión de consejeros estatales del PRI de la Zona Centro con Apreza, el astudillista Roberto Torres Aguirre plantea alejar a su partido de caciques como Figueroa y Aguirre * También pidió expulsar a quienes dañan la imagen de su partido, y cita el caso de Pedro Pablo Urióstegui  

Hugo Pacheco León, corresponsal, Chilpancingo * Los miembros del Consejo Político Estatal del PRI que representan a municipios de la Zona Centro, pidieron ayer a los aspirantes a presidente y secretaria general del tricolor, Héctor Apreza Patrón y Silvia Romero Suárez, respectivamente, que se sancione y expulse a los militantes que han dañado la imagen de ese partido como en el caso de Pedro Pablo Urióstegui de Teloloapan y alejar al priísmo de los caciques “y apellidos como Figueroa y Aguirre”, así como perderle el miedo al gobernador y a los alcaldes para fiscalizarles los recursos públicos.

La reunión, de unos cincuenta consejeros estatales, así como de “cuadros distinguidos” con Héctor Apreza y Silvia Romero, se realizó a las 10 de la mañana en el restaurante Casa Grande de esta ciudad, para escuchar a la única fórmula registrada para los dos principales cargos del PRI estatal, sobre su visión de partido y programa de trabajo.

Silvia Romero en su intervención dijo que decidió participar en la elección por el reclamo del priísmo en especial de la mujer, “sacrificando” la diputación federal por el distrito 04 con cabecera en Iguala, cargo de representación popular que desempeña.

Mientras que el candidato a presidente estatal del PRI, Héctor Apreza explicó que sus recorridos por las diferentes regiones del estado es con la finalidad de acercarse a la militancia y a los consejeros para pedirles el voto por la fórmula, a pesar de ser los únicos contendientes, pues dijo que era necesario escuchar lo reclamos y propuestas para su partido.

Sin rodeos les dijo que el reto del PRI es la “salvación” y por eso las reuniones y la cercanía con a militancia y la estructura, en la que todos deben caminar con el mismo objetivo: el reposicionamiento del tricolor en la elección federal del 2003.

Aceptó Héctor Apreza que en las elecciones del pasado 6 de octubre donde la oposición avanzó a 25 diputados en el Congreso del Estado y a 36 ayuntamientos “fue un jalón que nos dieron los guerrerenses”.

Luego fijó las tareas a que deberán sumarse todos en lo que será su dirigencia: actualizar los comités directivos municipales del PRI donde se hará valer la paridad de género, las cuotas a los jóvenes e indígenas.

Asimismo, realizar “una gran cruzada” por la reconciliación “de la familia priísta” por las confrontaciones causadas por la elección interna de candidatos a diputados locales y alcaldes, “por el triunfo del 2003”.

También revalorar a la militancia que se siente marginada en cada proceso interno de selección de candidatos, quienes serán tomados en cuenta con base en el acercamiento que tendrían con ellos la “dirección itinerante” en que convertirá al Comité Directivo Estatal (CDE).

Y considerando que “la fuerza del PRI es la sociedad” hizo el compromiso de encabezar las gestiones de lo que reclaman los ciudadanos, pero que en caso de que no hay respuesta “tomaremos las plazas y calles para protestar por atención a la gente”.

Héctor Apreza les dijo que el CDE no será más “el club de amigos”. Y con eso se ganó a los consejeros que le aplaudieron fuerte.

“Luchar por la gente, no por los huesos”

Como nunca los consejeros estatales priístas, dijeron lo que tanto años se guardaron.

Uno de los asistentes al acto, identificado con el grupo del senador Héctor Astudillo Flores, el joven ex diputado local Roberto Alvarez Heredia, fue contundente con sus propuestas.

El que fuera uno de los responsables de Comunicación de la campaña del ex candidato del PRI en Acapulco, Ernesto Rodríguez Escalona, primero se refirió a los resultados electorales adversos del pasado 6 de octubre, que dijo, deben obligar a tomar decisiones dentro de este partido, como el de “hacer a un lado liderazgos desgastantes, en especial debemos expulsar a gente como Pedro Pablo Urióstegui, en donde el partido ni siquiera se ha deslindado de ese personaje”.

Pidió que la Comisión de Honor y Justicia analice el caso de Pedro Pablo Urióstegui, del cual reconoció que tiene 800 votos, pero que eso le perjudica más al partido en el estado.

Y se lanzo: “También debemos alejarnos de apellidos como los Figueroa y Aguirre para que resurjan los apellidos de hombres del campo y de colonos, nombres y apellidos nuevos, porque como dicen en la Costa Chica ‘los que ya bailaron, que se sienten’, y haya relevos en la militancia”.

Luego resaltó la necesidad de modernizar las campañas electorales porque los actos de los candidatos son ante militantes del mismo partido que acuden a los actos de la mañana, de la tarde y en la noche, “lo que se necesita es luchar por la gente no por los cargos o por los huesos”.

Sobre la fiscalización de los recursos públicos, Roberto Alvarez demandó dejar de lado “las actitudes complacientes hacia nuestras autoridades, el partido debe convertirse en una contraloría para vigilar y transparentar el gasto, eso lo debemos hacer con el gobernador y los presidentes municipales”.

Reclamó que un ejemplo de que su partido no supo ser oposición es que Acapulco permitió al alcalde del PRD, Zeferino Torreblanca Galindo “en sus tres años, pregonar en los medios que pavimentó calles y que esa es su gran obra, cuando por el otro lado dejó son atender el problema del empleo, sin que el PRI dijera nada”.

Antes uno de los disidentes de la CNC, Antonio Colín, le pidió a Héctor Apreza y a Silvia Romero dejar de lado el “amiguismo, el compadrazgo y el dedazo”.

Además de pedirles desterrar “el cacicazgos que ha marginado a la militancia y debemos pedirles a los funcionarios de gobierno que no se cierren a la gestión, como si los recursos fueran suyos”, reclamó.

Otro líder de la CNC disidente, Evencio Romero comprometió sumarse a la reconciliación que busca realizar Héctor Apreza y Silvia Romero, pero les pidió perder el temor y exigir que el gobernador y los presidentes municipales, rindan cuentas a los guerrerenses y al partido, “y no convertirnos en cómplices de la corrupción que dañan al partido y fue uno de los motivos del voto en contra”.

Y les exigió que en la definición de candidaturas a diputados federales para el 2003, no sean “inducidos por el gobernador ni por los grupos de poder”.

Por la Organización José Francisco Ruiz Massieu que dirige, René Román demandó hacer a un lado la “demagogia y la simulación de los dirigentes para alcanzar la unidad del partido”.

Destacó que por la historia de las elecciones pasadas del 6 de octubre, quedó claro que el PRI perdió por la división provocada por el proceso interno y que por ello se requiere democratizar la elección interna, así como convertir el Consejo Político “en una instancia deliberativa y no un instancia legitimadora”.

Por el CIM, la ex diputada Generosa Castro Andraca se congratuló que la fórmula que encabeza Héctor Apreza se respetar la paridad de género, llevando a Silvia Romero en la secretaría general.

Mientras que el ex secretario particular del rector de la UAG, Nelson Valle, Bernardo Campos Espíritu se lanzó contra dirigentes de su partido que amenazan con irse del PRI sino les dan candidaturas. Al lado de él se movió incómodo, el ex candidato a alcalde de Chilpancingo, el ex diputado local Mario Moreno Arcos quien al no obtener la candidatura amagó con contender por el PRD.

Del Frente Juvenil Revolucionario, Francisco Ruiz Catalán pidió que el PRI participe en la UAG, porque la FEUG se está llevando todo el presupuesto destinados a los estudiantes “y en las casas de estudiantes los obligan a votar por el PRD”, cuando los estudiantes priístas luchan “por la excelencia académica”.

Por su parte, uno de los emblemáticos priístas, Celso Valenzo Miranda, con más de 40 años de militancia, comprometió a Héctor Apreza y a Silvia Romero a impulsar la lucha por el cambio en el PRI, para lo cual  dijo: “estamos dispuestos a desparramarnos por el estado para lograrlo, pero si nos miente seré el primero en reclamárselos”, les advirtió.

El ex diputado Ernesto Vélez Memije participó para resaltar la trayectoria de Héctor Apreza en su corta vida política en el PRI que lo legitima para dirigir el partido, señaló.

Y al final, el ex alcalde de Chilpancingo, ex diputado federal y ex diputado local, Jorge León Robledo se manifestó por crear nuevos cuadros políticos, “y no llenar los porcentajes de cuotas con mujeres, hombres y jóvenes improvisados, que sólo aprende a ser seudocaciques tratando de emular a los grandes caciques del partido”.

Y llamó a evitar “chantajes y rencores al partido de parte de inconformes y debemos acabar con el corporativismo”. Además propuso que si se va fiscalizar al gobernador y a los presidentes municipales, también de hacerse con el partido para tener legitimidad en los reclamos de transparentar los recursos públicos.

Al final, no hubo respuesta de Héctor Apreza ni de Silvia Romero, sólo las gracias.

Estuvieron en el desayuno priístas como el ex alcalde de Chilpancingo, José Luis Peralta Lobato, los presidentes de los comités directivos municipales de Chilpancingo, Chilapa, Eduardo Neri, Juan R. Escudero, Leonardo Bravo, Quechultenango y Tixtla.

Asimismo, priístas como Hugo Cesáreo Astudillo, Elpidio Pacheco Rosas, Cuauhtémoc Tavarez, Miguel Angel Mercado Durán, Marco César Paris, Pedro Catalán, René Betancourt, Raúl Arcos Adame, Mario Moreno Arcos, Ernesto Sandoval Cervantes, Reyes Betancourt, Cesar González Guerrero y Abel Echeverría.Todos dijeron que votarán por los candidatos únicos a presidente y secretaria general del PRI estatal, en el Consejo Político del próximo domingo 8 en esta capital.

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