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El primer reto de todo gobernante, hacer funcionar a su equipo de trabajo: Zeferino

 Primera parte * El viernes pasado –media hora después de formalizar la entrega de su administración a su sucesor Alberto López Rosas–, el todavía alcalde Zeferino Torreblanca Galindo concedió a El Sur una entrevista en la que se definió como un ex empresario que como político aspira a ser un estadista; habló de promover la participación de la sociedad como vía para elevar la calidad de vida de la población; se dijo más perredista, más de izquierda que muchos perredistas.

Fue una entrevista en la que, además, aceptó responder que haría si fuese el gobernador de Guerrero y salió al paso de críticas que lo señalan de desconocer el estado, de no tener sensibilidad social y de creer que puede gobernarlo como si fuese Acapulco.

A continuación, la entrevista que se efectuó en la amplia oficina del alcalde de Acapulco en el edificio del parque Papagayo.

–¿Cómo percibe el futuro de Acapulco?

–Veo un Acapulco con los grandes pendientes que tiene, con las grandes complicaciones que siguen existiendo, con el gran rezago, pero hay para poder resolver miles de necesidades de los pobres. Un Acapulco que está teniendo un gran repunte, ha revivido, tiene otra vez su crecimiento, hay grandes inversiones en la oferta extrahotelera, están las cadenas comerciales aquí establecidas, las marcas California, Kentucky Fried Chicken, Super G, la Europea, Farmacias Similares, Carrefoure, estamos en otro momento, en una etapa especial.

–Ha dicho que por el momento se va a la banca y que no daría consejos a la nueva administración pero ¿hay la intención de Alberto López Rosas para consultarlo?

–No sé si hay la intención de consultarme para conocer las experiencias en estos tres años, sólo digo al presidente municipal electo que si algún día llega a preguntarle a Zeferino, no para que dé un consejo, pero sí para hacer una reflexión o le diga su experiencia, estoy absolutamente dispuesto, pero más allá de eso no pretendo influir en nada ni opinar si no soy requerido para ello.

–De acuerdo con su experiencia, ¿cuál es el primer problema que encontrará López Rosas?

–En lo económico, en lo material, no creo que vaya a tener mayores problemas de los normales, no hay mayor rezago en materia de recursos, se deja funcionando limpia, equipos de seguridad, CAPAMA.

“Zeferino no acabó con los baches ni con todas las necesidades, lo más importante sea quien sea el presidente municipal, es hacer funcionar su equipo de trabajo, más que tapar baches, alumbrado, más que lo demás, eso se tiene que dar, el problema sustantivo que tendrán que enfrentar es hacer funcionar a su equipo de trabajo, son de diversas disciplinas, algunos no se conocían antes y se conocieron aquí, algunos no trabajaron nunca en la administración pública y tendrán que entender”.

–Cuándo usted llegó lo calaron los priístas, era una situación distinta porque era la alternancia de un partido a otro, ¿prevé algo similar con el nuevo alcalde, de un nuevo grupo o corriente que quiera causar algún problema?

–Creo que lo van a estar calando diario de diversas maneras, lo van a estar probando muchos de las actores políticos pero también los de la prensa; los que de alguna manera tuvieron una separación con Zeferino Torreblanca; algunos que no encontraron abrigo en las formas viejas de hacer política, también lo probarán en esa parte.

“Está claro y supongo, pero no quiero ser agorero de desastres, que varios de los grupos van a intentar probar hasta dónde el presidente municipal puede llegar y qué acciones o medidas tomará en las circunstancias que se le presenten.

–¿Qué tanto se puede avanzar en estos tres años?

–Yo creo que se puede avanzar mucho; si nosotros demostramos que se avanzó algo, en este tramo de tres años creo que se puede avanzar más. Hoy hay presupuestos más dirigidos y etiquetados, hay una administración razonadamente trabajando, no tendrá que emplear tiempo al interior como yo tuve que hacer, tendrá que abocarse más hacia fuera.

–¿El llamado a no volver a prácticas clientelares es un mensaje al sucesor?

–No, digo que no podemos recuperar las viejas prácticas como hacía el otrora sistema político en el poder, que tenía el control del sector rural y las capas más marginadas en la medida que entregaban dádivas y bajaban la obra pública a través de dirigentes tradicionales, esas prácticas no pueden volver. Yo me refería al pasado, hacia atrás no hacia adelante (y) no podemos permitir reeditar los viejos vicios del pasado.

“Somos un producto probado”

–¿Esta visión que impulsó en los tres años en Acapulco puede reeditarse en todo el estado?

–Yo creo que sí porque finalmente se han probado varias cuestiones y los pobres siguen existiendo; hay millones de pesos invertidos en salud, en programas de empleo temporal y la pobreza sigue más acentuada en Guerrero, no creo que haya menos expulsados a trabajar a Estados Unidos, no creo que los niveles nutricionales hayan mejorado. Me arriesgaría a cambiar las formas, a cambiar la política tradicional del asistencialismo para combinarlo con una política más ecléctica en la que hagamos participar a la sociedad y elevemos los niveles de vida de la población.

“Nosotros, si me vale decirlo en términos comerciales, somos un producto probado, ya saben como funciona, y podemos aprovechar este producto, esta práctica que es válida para cualquier municipio adaptándolo a las circunstancias de cada lugar (porque) son los mismos seres humanos, hacen la misma práctica de siempre, siembran lo mismo en un estado donde la siembra de maíz es importante y para el autoconsumo, no veo porqué no se puedan aplicar las prácticas allá donde haya maíz de alto potencial, insistir en cambiar los cultivos tradicionales.

“A lo mejor en Tierra Caliente en lugar de sembrar turbérculos se siembra melón o en lugar de papaya maradol sembraran productos de acuerdo con las condiciones de la tierra y de los microclimas del estado”.

–¿Se cree conocedor del estado?

–No puedo decir que conozco cada rincón, pero lo conozco en términos generales y se lo debo a la política. He ido para arriba y para abajo.

Programas sociales con una nueva directriz

–Por el momento se va a la banca de los desempleados como lo ha dicho, pero en enero regresa para ponerse a disposición de su organización el Frente Cívico de Acapulco, ¿qué tiene planeado hacer en política?

–Están una serie de reuniones pendientes con grupos sociales que de antemano han pedido que esté con ellos, y conformaremos un grupo de trabajo para colaborar con los nuevos presidentes municipales, para tratar de llevar nuestra experiencia a todo Guerrero a través de este equipo. Más que político se convierte en técnico, pero finalmente la política la hará Zeferino al difundir, al comentar, y al reflexionar junto a los alcaldes las experiencias de este gobierno.

–La ciudadanización en el estado no es homogénea, y cuando usted pide a los presidentes del PRD no esperar recursos del gobierno federal o estatal, está al parecer sugiriendo que cobren impuestos, nuevas tarifas cuando la mayoría gobernará municipios pobres, ¿no le parece que no es aplicable en Guerrero un planteamiento así?

–No, yo no quiero traspolar el diagnóstico de Acapulco a Malinaltepec, Metlatónoc, Xochistlahuaca o San Miguel Totolapan, sería no tener la mínima idea de la realidad del estado de Guerrero, donde en algunos lugares ni castellano hablan como en Tlacoapa. Me refiero a que el sistema antiguo era la entrega de recursos y en las zonas marginadas el trato puede ser distinto. Nadie es tan pobre que no pueda participar, desterremos esas prácticas y que no esperen que el gobierno del estado les esté dando fertilizante y recursos materiales cuando debemos acostumbrar a nuestra gente que si no pueden pagar impuestos que por lo menos aporten esfuerzo y trabajo.

El ahora ex alcalde ejemplificó entonces con su experiencia en la zona rural de Acapulco donde, recordó, no cobró impuestos ni licencias de funcionamiento y pidió a los campesinos trabajar en el mantenimiento de obras como el sistema de agua potable. “Es justo que el comisario organice a la propia población, que aporten trabajo para el mantenimiento, para que el gobierno no tenga más adelante que invertir para mantenerla; son esquemas que hacen participar y ser corresponsable a la población”.

Señaló que en municipios como Pungarabato son fáciulmente detectables negocios con expendio de alcohol que no pagan licencia de funcionamiento, o como Zihuatanejo y Chilpancingo donde “sigue habiendo gente que tienen canonjías y privilegios”.

No son éstos, dijo, municipios de La Montaña, que tienen otros problemas. “A eso me refería no para exprimir a los más pobres con impuestos, derechos y aprovechamientos sino trabajar y que no esperen al gobierno paternalista de orientación tutelar que no ha resuelto los problemas de los pobres”. Lo que pasa, abundó, es que muchas veces los alcaldes no se arriesgan a enfrentar los problemas para cobrar a los ciudadanos lo que corresponde a los ayuntamientos “para no pagar el costo político”.

–¿Se critica entonces que sean programas desvirtuados, al servicio de un partido, de líderes sin escrúpulos, no la existencia misma de los programas sociales?

–Exacto, yo soy el principal impulsor de esos programas, y pongo el ejemplo de que gracias a la eficiencia de la administración en la sequía del año pasado Zeferino pudo ayudar con más de 3 millones de pesos entregando más de 300 kilogramos a cada ciudadano que fue devastado por la sequía, de otra forma no se pudo entregar porque el Fonden (Fondo Nacional de Desastres Natuales del gobierno federal) nos excluyó y fue gracias a los ahorros (del gobierno municipal) que se entregó.

“Tan creo en los programas sociales que cambiamos el esquema de entrega de becas y orientamos el 60 por ciento de los programas al medio rural donde están los pobres; tan entendimos los problemas del campo que en los primeros dos años incrementamos el porcentaje que establece la norma del Ramo 33 del 10 al 15 por ciento; tan creímos que hicimos 17 centros de salud en Apalani, Apanhuac, Cerro de Piedra… ya separados del gobierno del estado.

“Creo profundamente en otra mística de servicio social, lo que no creo es en la retórica y el abuso que se hace de los programas sociales y el pensar que todo se resolverá con puro discurso. La izquierda debe pasar de las discusiones interminables a ser buen gobierno y dar resultados a la población, que incluye (la aplicación de) los programas sociales para los pobres”. (Nelly Bello, Ossiel Pacheco y Juan Angulo).

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