Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Florencio Salazar Adame

Madurez

   El demagogo Cleón era el más violento de los ciudadanos… su política coincidía con la irracionalidad popular. Ikram Antaki.

 El cambio de autoridades municipales realizada el pasado primero de este mes, tuvo un ambiente de razonable tranquilidad, con la obvia excepción de Teloloapan.De la casi docena de ayuntamientos con conflicto, algunos de ellos lo fueron por asuntos ajenos al proceso electoral. Trabajadores municipales tomaron como rehenes a sus jefes como forma de presión para que les fueran cubiertos salarios y prestaciones de fin de año.En todo caso, incumplimiento de pago a trabajadores municipales y conflictos postelectorales, traducen la débil institucionalidad que hay en el estado.

Por una parte, se advierte la falta de previsión presupuestal de las autoridades salientes y la desconfianza de la plantilla laboral hacia las nuevas comunas, sobre todo cuando son de distinto signo partidario a las reemplazadas.

Por otra, la intolerancia de los partidos derrotados expresada en bloqueos de carreteras y toma de palacios municipales para obtener puestos administrativos; clara muestra de que sigue viva nuestra subcultura política, manifestándose a través del voluntarismo y el chantaje.

Los partidos que ejercieron tal presión fueron el PRI y el PRD. El partido oficial siempre ha denunciado los actos vandálicos de los perredistas, pero ahora cae en el mismo vicio. En posible que, asumiendo ya su papel de oposición en Guerrero, estime que la ruta del sol azteca, le permitirá recuperar terreno. Craso error, pues sólo acelera su caída por el desfiladero.

El PRD pudo justificar sus movilizaciones con el argumento del fraude electoral priísta que, real o supuestamente, le arrebataba triunfos. Pero repetir el mismo numerito, ahora que gobierna a más de la mitad de la población de la entidad, significa que no ha captado el mensaje de confianza que le trasmitió la población en las urnas.

¿De qué sirven, entonces, las instancias jurisdiccionales y que se acuda a ellas si de cualquier manera se tratará de vulnerar la voluntad ciudadana? Examinar objetivamente los últimos resultados electorales, permitirá al PRD saber cuál es su realidad y lo que le espera de persistir en esa conducta.

Cito de memoria las cifras de las elecciones de gobernador, presidente de la República y las recientes locales. En 1999, el PRI obtuvo 414 mil votos y el PRD 400 mil; en las presidenciales, PRI 380 mil y PRD 360 mil; en las de octubre pasado, PRI 360 mil y PRD 340 mil. Es decir, ambos partidos han venido bajando en su votación, lo cual puede interpretarse como cruzamiento de votos entre PRI y PRD, y que los sufragios que ellos han perdido se han ido al PAN.

En efecto, el PAN pasó 20 mil votos en 1999 a 180 mil con Fox (elección atípica) y alcanzó 80 mil en la reciente. El blanquiazul gobierna hoy 5 municipios y ha alcanzado 4 diputaciones. Esto también conviene que lo consideren los panistas, para que no frustren un crecimiento sostenido aceptando caballos de troya o pensando en alianzas, que le provocarían perder credibilidad como partido por su falta de confianza en el futuro.

Los guerrerenses estamos hasta el gorro de la violencia política. Si está en nuestro temperamento ser así, dominemos el nervio; si nuestra historia lo explica, no lo justifiquemos más; si la torpeza política de algunos dirigentes lo instiga, reclamémoslo como sociedad.

Hay muestras de madurez política. El llamado a la concordia de Alberto López Rosas al asumir la Presidencia Municipal de Acapulco; las invitaciones a adversarios políticos de los alcaldes priístas de Coyuca de Benítez Joel Lozano Balanzar, a su informe de gobierno; y de Chilpancingo, Saúl Alarcón Abarca, a su toma de posesión. Actos de voluntad que son signos modestos pero significativos, de que puede y debe desarrollarse entre los guerrerenses la cultura de la civilidad, la tolerancia y la inclusión.

La pluralidad es la unidad en la diversidad, es el diálogo y el acuerdo entre que aquellos que, por opuestas que sean sus posiciones políticas e ideológicas, pueden convivir ejerciendo sus derechos políticos. Esta es tarea todavía pendiente. Exige ejercicio político de la mejor factura y la primera responsabilidad, aunque también de todos, es de quienes dirigen.

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