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Donde la asamblea elige a los funcionarios

 Aurelio Peláez * –En esa lista hay muchos hombres, no se está respetando el 50 por ciento de los espacios a las mujeres –le dijeron a Genaro Vázquez Solís, a la mitad de la Asamblea Comunitaria, en donde éste puso a consideración su propuesta de funcionarios que había acordado antes con el Consejo municipal del PRD.

No obstante, como paradoja, un sector las mismas mujeres dieron la batalla más fuerte para cerrar el paso a Catalina Rangel, una de las cartas que se veían como propias de Genaro Vázquez, para ocupar la Dirección del DIF municipal.

–Su marido ya tiene un puesto.

–No es justo que una familia tenga dos cargos –se decía en la asamblea, en alusión a que ésta es esposa de Braulio Pimentel, quien con Catalina se han hecho cargo del PRD en el municipio desde que éste se fundó.

–El partido no debería pedir cuotas –se reclamaba.

Fue tal la discusión que fue la única votación en la asamblea donde hubo la sospecha de que se mal contaron los votos.

Incluso, el propio Vázquez Solís intercedió por ella, en la única defensa abierta que hizo de una de las propuestas de funcionarios:

–La compañera no tiene la culpa de ser la esposa de Braulio –quien había sido nombrado antes director de Desarrollo Rural.

Pero a Catalina Rangel, quizá la mujer activista más visible del PRD y en la campaña de Genaro, no pasó. En su lugar se designó a Elvira Natividad Galeana, oriunda de Pueblo Hidalgo, la comunidad tlapaneca que le aportó unos mil votos a la candidatura del PRD.

 II  

De uno o hasta en grupos de seis, por espacio de cinco horas la Asamblea Comunitaria de San Luis Acatlán fue evaluando a las propuestas para funcionarios de la nueva comuna, que a partir de este primero de diciembre encabezará Genaro Vázquez Solís.

Apenas tomó protesta Vázquez Solís como alcalde constitucional, sin fiesta de por medio caminó el espacio del Palacio Municipal a su casa, descansó poco menos de una hora y luego fue a presidir la asamblea, donde ya lo esperaban unos 600 delegados de las 42 comunidades del municipio y de los barrios de San Luis Acatlán.

La toma de protesta finalizó a las 12 del día, donde terminó sentado a su lado el ex candidato del PRI a alcalde, Santa Cruz Nava Lezama, previo jaloneo de los propios priístas que acusaron de traidores a sus regidores entrantes, José Luis Salais y Sonia Venus Vargas.

La asamblea comunitaria comenzó a las dos de la tarde –demoró su inicio la instalación del equipo de sonido– y terminó alrededor de las 7 de la noche. La lista de propuestas de Vázquez Solís, acabada apenas a las cinco de la mañana de ese domingo en reunión con el Consejo municipal perredista, acabaría con algunas modificaciones.

El cabildo, regidores del PRD y síndicos, fueron testigos de la evaluación que hizo la asamblea de los futuros funcionarios. Apenas hubo roces entre el voto de los de las comunidades indígenas y el de la ciudad, en dos casos. En el consejo municipal del PRD se había decidido asignar la Dirección del Rastro a un integrante de la Policía Comunitaria. Se dijo que para evitar que ahí entrara ganado robado. Los de “abajo” les recordaron que “el Rastro está en San Luis”, y se nombró a un oriundo del lugar. También defendieron la Dirección de Panteones y se pospuso el nombramiento del comandante de la Policía, pues unos promovían que se nombrara a un integrante de la Policía Comunitaria, para reconocerle su existencia, y otros evaluar un estatuto que les permita un reconocimiento legal, más allá de asignarles el cargo. Se votó por darle un voto de confianza al presidente municipal y al cabildo para decidir al respecto.

La primera hora de la asamblea fue para afinar el procedimiento de votación. Se eligió como presidente de la misma a Mauro Mosso, y como secretario a Amadeo Vázquez. Cada uno electo en votación distinta. Luego, también uno por uno, se designaron a cinco escrutadores. Genaro Vázquez explicó que en algunos cargos había una sola propuesta, y en otros se dejaba la decisión a la asamblea.

Señaló que los criterios que se habían tomado en el Consejo municipal del PRD para conformar la lista a discusión eran “trayectoria política en el PRD y como reconocimiento a su lucha y consistencia política; sus méritos profesionales y su trabajo en campaña a favor del gobierno comunitario”.

Los primeros en pasar ante la asamblea fueron Ramiro Anzo, para Oficial Mayor, y Nicolás Apreza, para la Tesorería. Ambos eran conocidos y no hubo de la asamblea alguna otra propuesta. En donde hubo más de un candidato, estos hicieron una breve intervención informando de su currículum: “Yo soy Edmunda y soy ama de casa”; “Me llamó Jerónimo, no termine la primaria, pero soy de trabajo”; o como Olivia Hernández, que compitió por la secretaría de la Mujer: “Las mujeres siempre hemos sido explotadas, esa es la verdad, hay que luchar contra eso”. Ganó.

Para Juez de Registro Civil se propuso a Pedro Oropeza, ex candidato a regidor de la planilla y miembro de las comunidades. En Desarrollo Rural, se presentó como candidato a Braulio Pimentel, secretario general del PRD, ex candidato a alcalde y promotor de la cooperativa Luz de la Montaña. Cada fin de votación se cerraba con aplausos y abrazos a los recién designados funcionarios. Testigos de la votación fueron la señora Consuelo Solís, madre del alcalde y esposa de Genaro Vázquez Rojas, el comandante guerrillero fundador de la Asociación Cívica Guerrerense (ACG), y Armando Escobar Zavala, ex subsecretario de Educación estatal, invitado para asesorar proyectos educativos de la nueva administración.

La Dirección de Protección Civil se dejó a la asamblea, y se designó a Salvador Rodríguez Vázquez, de la ciudad, por Víctor Figueroa, de Pueblo Hidalgo. En la secretaría general, el Consejo municipal perredista propuso a Marcelino Reyes, de Pueblo Hidalgo, y para la dirección de Agua Potable la asamblea dejó la decisión en el cabildo, toda vez que la parte urbana no cuenta con este servicio.

Así se fueron votando además las direcciones de Deportes, Salud, Cultura, Cómputo e Informática, Panteón, Defensoría de la Tercera Edad, Desayunos Escolares y Procuraduría de Defensa del Menor. El acuerdo de la asamblea fue además de que en las áreas en donde los titulares eran hombres, se nombrara como segundo en el puesto a una mujer.

 III  

–A ver compañeros, la mesa propone reponer la votación porque hubo algunos que votaron dos veces –propuso Genaro Vázquez a la asamblea, luego de que Catalina Rangel se inconformó con el conteo que había asignado la mayoría de los votos de los delegados a Elvira Natividad, de Pueblo Hidalgo.

–¡No, no!, ¡Que se respete la democracia! –gritaban, sobre todo un sector de mujeres de la cabecera municipal. De ese lado estaban los familiares del propio alcalde.

Catalina era la propuesta del PRD para ocupar el DIF municipal. Es enfermera de profesión, con trabajo de partido y conocimiento de la región. Apenas su nombre por parte de Vázquez Solís, hubo reclamos a la propuesta:

–¡No es justo que haya dos de una familia en el gobierno! –le decían.

–La compañera tendrá muchos años de servicio al partido, mis respetos, pero debería dejar el cargo para otra –explicaba una ante el micrófono.

–¡Su esposo ya tiene cargo, para qué quieren más! –se oía de otro lado.

Eran voces de mujeres.

Alguien terció, sugiriendo que la madre de Vázquez Solís aceptara el cargo. Esta declinó, explicando que dedicaría su esfuerzo a instalar una biblioteca en el municipio. Genaro Vázquez insistió en que era una propuesta a la asamblea, que no era una decisión tomada. Finalmente se hicieron otras cuatro propuestas. A la hora del levantamiento de boletas de votación, se percibió que Catalina obtenía la mayoría. Pero los escrutadores dieron otra cifra: 162 para ella, y 180 para Elvira. Hubo entre aplausos y desconcierto. Catalina protestó: hubo mal conteo de un lado, de donde estaban los familiares de Genaro Vázquez. Doña Consuelo Solís, ya en la escandalera de quienes se negaban a una segunda votación, ya entre dos, como se sugirió, también aceptó haber visto que algunos votaron dos veces, como reconociendo el mal conteo.

Insistir en que se aceptara una segunda votación llevó cerca de 20 minutos. Las mujeres se habían amotinado ante la mesa. Que no, decían. Genaro pedía votación depositando boletas. Nada. “No hay que tener miedo a la democracia”, pedía doña Consuelo. Igual. La mesa no cedió en su decisión de hacer una segunda ronda electiva. Finalmente se acepta, aunque otra vez a boleta levantada. Ya se han retirado varios delegados, son cerca de las seis de la tarde y ya casi no hay luz. Los escrutadores dicen: Catalina 169 votos; Elvira 258. Estalla el griterío. Catalina regresa a su lugar y se sienta cerca de Braulio, quien le besa en la frente.

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