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Infructuoso encuentro entre Nogueda Otero y habitantes de la Fuerza Aérea

 * Se dividen los colonos: unos le piden que acredite la propiedad; otros le niegan toda representatividad * Acusaciones de ¡traidores! y ¡vendidos! entre ambos grupos * “La justicia ya dijo que esto es mío, y tan dijo que esto es mío que existen órdenes de aprehensión”, les dice * Si fueran precaristas, estos coches y las casas de material, no estuvieran allí”, señala a los reporteros

Aurelio Peláez * El ex gobernador Israel Nogueda Otero se reunió ayer, por tres horas, con los representantes de la colonia Fuerza Aérea, el asentamiento que ocupa 37 y media hectáreas colindantes con la laguna de Coyuca, que reclama como suyas. El encuentro, según se vio, resultó infructuoso.

Aunque en un principio acordaron mantener una mesa permanente de negociaciones –hubo el convenio para reunirse este miércoles 4 de diciembre–, Nogueda Otero no había variado su postura. Les pidió que desalojaran y les ofreció encargarse él de reubicar sus pertenencias en otro lugar.

De lado de los precaristas hubo dos posiciones: la de pedir al ex gobernador que acreditara la propiedad del predio para hacer una propuesta de compraventa, y la que le negó representatividad y exigía una mesa de negociaciones en la que estuviera presente un representante del gobierno estatal.

Pero Nogueda Otero insistió que el gobierno del estado nada tiene que ver en el conflicto más que como ejecutor de la ley, que en este caso implicaba la ejecución de las órdenes de aprehensión.

Por la tarde, el grupo afín a Gloria Gallegos, la esposa de David Molina Francisco, fundador de la colonia y actualmente preso, mediante un comunicado de prensa informó que no sostendría más reuniones con Nogueda Otero.

¡Carajo, aquí me insultan!

El encuentro se dio un día después de que un centenar de policías antimotines estatales y de la Judicial se apostaron cerca de la colonia.

Entre los vecinos se pensó que era con intenciones de desalojarlos; según Nogueda Otero, la fuerza pública iba a cumplir unas 15 órdenes de aprehensión contra los dirigentes de la Fuerza Aérea.

El ex gobernador dijo que por eso acudió ese miércoles a la colonia cuando fue enterado de la presencia policiaca, “para tratar de resolver ese asunto por la vía del diálogo. Hay orden de aprehensión contra los señores y yo vengo a dialogar con ellos para evitar esa situación y tratar de llegar a un acuerdo”.

Pero la postura que llevó el ex gobernador no ofrecía espacio a la negociación: “desalojen y  me llevo a la policía”.

En principio fue un ultimátum de dos horas que se pospuso hasta ayer a las 8 de la mañana, luego de un acuerdo promovido, entre otros, por el dirigente Elías Flores Olea (conocido con el sobrenombre de Blanco) y el presidente del Consejo Estatal del PRD, Adolfo Plancarte Jiménez.

Nogueda Otero estuvo puntual ayer a la entrada de la colonia. Fue acompañado por unas cuatro personas, entre ellas su abogado, Aquiles Flores. En la entrada le esperaban unas cien personas. No fue precedido ya por antimotines, sino por la división de los colonos.

Gloria Gallegos, quien mantiene en la colonia las posiciones de David Molina –que éste comunica vía telefónica desde la cárcel– fue acompañada esta vez por la ex diputada local Rosario Merlín y el dirigente del Frente Popular Revolucionario, Omar Garibay Guerra.

En principio, el grupo de Gallegos fue hostil al de Elías Flores y a Adolfo Plancarte Jiménez. No se pusieron de acuerdo en quién sería interlocutor ante Nogueda Otero, y Elías Flores y sus seguidores se retiraron al interior de la colonia.

–¡Traidores! ¡Vendidos! –les gritaban sus compañeros. Y es que en una asamblea presidida por Gloria Gallegos, ya por la tarde del miércoles, había la versión de que Elías Flores había llevado a la policía para desalojarlos, en contubernio con el mismo Israel Nogueda. Esto, a pesar que el mismo dirigente se enteró de la presencia de los antimotines en una conferencia de prensa ese día en el Zócalo, y había conminado a sus compañeros a regresar a la Fuerza Aérea para defenderla.

No obstante, la inquina ya estaba soltada y le tocó hasta el mismo Adolfo Plancarte: “Traidor”, les gritaban, ante la complacencia de la misma Rosario Merlín y de Omar Garibay.

Retirado el grupo de Elías Flores, Israel Nogueda intentó aún intervenir:

–Estamos buscando soluciones para que esto tenga un final feliz –dijo.

–¡No nos venga a intimidar! –le gritó Rosario Merlín.

–Yo no los vengo a intimidar, yo los escuché ayer.

–¡Los niños lloraban! –le gritaba la ex diputada, parada frente a él.

–¡Yo llegué después de que la policía estaba aquí! –insistía el ex gobernador, subiendo el tono de su voz.

–¡Los niños lloraban!

–¡Usted no estaba aquí ni sé quién es! –respondía Nogueda Otero.

–¡Nos vino a intimidar, los niños lloraban! –le gritaba Merlín.

–¡Carajo! –gritó el ex gobernador, buscando espacio entre la gente para retirarse.

–¡Queremos una mesa de negociación con el gobierno del estado! –gritaba a su vez la ex diputada.

–El gobierno del estado no tiene nada que ver aquí, es conmigo, y ya me voy porque esta señorita me está ofendiendo.

En tanto, entre los asistentes había gritos al ex gobernador de “ladrón”, “muestra los papeles de que eres propietario”.

–Yo no me hago responsable de lo que pase –dijo Nogueda Otero.

–¿Qué nos va a pasar?

–Lo que va a pasar es que los van a detener –contestó, abriéndose espacio entre la gente y buscando su camioneta, ubicada a un costado de la carretera Pie de la Cuesta-Barra de Coyuca.

–¿Quién le dio terreno a la diputada para que nos representara? –se reclamó desde abajo.

Al retirarse, Nogueda Otero fue abordado por reporteros, a quienes dijo que los colonos “desgraciadamente están mal informándolos que yo vengo a amenazarlos; yo no, yo vengo a defenderlos para que no se ejecute ninguna acción del gobierno hasta que yo dialogue con ellos, pero ellos mismos están divididos y demagógicamente mal informados”.

Señaló que “ayer se presentó un representante del PRD, ahorita está esta niña, que no sé quién es, diciendo que yo vengo a intimidar. Si yo quisiera intimidar yo no hubiera venido, porque las órdenes de aprehensión ya están”.

Explicó que “ayer muchas señoras que no veo aquí me dijeron: ‘señor, venga mañana y vamos a dialogar, queremos comprar, queremos estar allí’. Ahorita me salen con que vengo a intimidarlos, a amenazarlos, entonces simplemente no los entiendo”.

Explicó que “desde un principio yo he sido institucional, llevan 23 meses aquí y yo no he hecho ningún acto de presencia, yo presenté mis elementos de propiedad ante la justicia. La justicia ya dijo que esto es mío, porque tan dijo que esto es mío que existen órdenes de aprehensión”.

–¿Les trae una propuesta? –se le preguntó.

–No traigo ninguna propuesta, ellos quedaron que se iban a juntar, pero hay dos o tres grupos aquí, yo no sé ni quién sea el mayoritario, pero yo así no puedo dialogar.

Nogueda Otero fue hostigado además por presuntas reporteras del grupo de Gloria Gallegos, que lo videogrababan, a quienes dijo que “hay una situación y usted lo oyó, me está filmando. Si fueran precaristas, estos coches que están alrededor y las casas de material que se están haciendo, no estuvieran allí”.

–Elías Flores se reunió con usted y trajeron a los policías –le dijo la otra presunta reportera.

–Yo ayer aquí lo conocí. Eso es lo que nos daña, las intrigas. Por desgracia ustedes están divididos y divididos van a estar débiles.

–Denos la oportunidad –le comenzaron a pedir.

–Queremos dialogar –le decían.

–Ahí está la comisión –le explicaban.

–Esa no es la comisión, no es representativa –respondió Israel Nogueda.

–Ahorita viene Blanco.

–¡Blanco! ¡Blanco! –se escucharon gritos.

–¿Allí está? –preguntó el ex gobernador, y se paró. Le hablaron a Elías Flores. Del lado de Rosario Merlín, Garibay y Gloria Gallegos hubo silencio.

“Pues por personas como ustedes volvemos a hablar. Si quieren aquí o en un lugar neutral”, dijo y sugirió un restaurante en Pie de la Cuesta. “Armen una comisión de cinco de cada grupo y los espero”.

Al retirarse, Gloria Gallegos reclamó –molesta– por el apoyo de un sector de los colonos a Blanco: “Yo no voy a esa comisión, no sé por qué la gente insiste en seguir a quien los negó”. Y no fue.

“Más vale mal arreglo que buen pleito”

–¿Y tú qué haces aquí, a quién vienes representando? –fue lo primero que reclamó Rosario Merlín a Adolfo Plancarte, ya solas las dos comisiones en el restaurante Tres Marías, de Pie de la Cuesta.

–Vengo como delegado de Ramón Sosamontes, el subsecretario del partido –respondió el presidente del Consejo Estatal.

Ya en el restaurante, Nogueda Otero hubo de esperar una hora a que la comisión se pusiera de acuerdo, primero para limar asperezas, y luego para tener una postura común ante el ex gobernador. Estaban Merlín y Garibay por el grupo de Gloria Gallegos. Plancarte, Flores y José Sánchez, por el otro.

Después de ello se reunieron. El ex gobernador los invitó a desayunar, y antes de tocar tema los entretuvo por otra hora contando anécdotas de la política. Les habló de su relación con el dirigente de colonos Alfredo López Cisneros, de quien se dijo amigo.

Después, pasó al tema de los terrenos. Les dijo que es propietario de las 37 hectáreas, de las cuales 32 tenía en un fideicomiso de venta con Bancomer, y que el fiduciario es Santander.

La plática transcurrió cordial. Nogueda Otero demostró tener aún oficio político y mantuvo el encuentro en forma cordial. Después, presentó su propuesta, que no había variado: “Desalojen y yo les llevo sus propiedades a donde quieran”.

Del otro lado, el argumento de que el ex gobernador no era el propietario de todo el predio ya no era contundente, en especial porque Israel Nogueda les había dicho que tenía el aval del banco para negociar.

Las comisiones le pidieron tiempo para tomar una postura. Nogueda Otero se acercó a los reporteros que le esperaban y reiteró que “las cosas van bien, en principio. Como dicen los abogados, más vale un mal arreglo que un buen pleito”.

Cinco minutos después se volvió a instalar la mesa. Las comisiones le pidieron tiempo para consultar con la asamblea de colonos. Esta a cambio dijo que pediría a las autoridades que desistieran de ejecutar órdenes de aprehensión de aquí al miércoles, fecha acordada para la próxima reunión.

La despedida fue entre sonrisas y saludos. “Si hubieras sido político hace 30 años hubiéramos tenido buenos acuerdos”, dijo Nogueda Otero a Adolfo Plancarte, quien antes de retirarse dialogó con algunos reporteros, lo que valió la inconformidad en su ausencia de Rosario Merlín. “Compañeros, no se vale que Plancarte dé conferencia de prensa, aquí nadie es vocero de nadie. La comisión tiene que hacerle un severo extrañamiento”.

Por la tarde, el grupo de Gloria Gallegos emitió un comunicado de prensa, firmado por Rosalío Vilchis y Alma Juárez, en donde afirman que “hasta este momento (la asamblea) no reconoce la propiedad de estas tierras que poseemos en ninguna persona física o moral, hasta en tanto las autoridades respectivas no resuelvan el derecho legal para quien las ostente, ya sean los ejidatarios, el Lic. Nogueda Otero, o cualquier otra persona”.

Por tanto, acuerdan: “No establecer ninguna negociación de manera directa con el Lic. Nogueda Otero… Que cualquier negociación o diálogo deberá hacerse sólo con la participación de un representante del gobierno del estado”.

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