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Hasta mil platillos diarios vendieron en Semana Santa restauranteros de Caletilla

Salvador Serna

Durante la pasada Semana Santa y lo que ha transcurrido de la de Pascua, los turistas nacionales han abarrotado los 40 restaurantes y fondas del mercado Santa Lucía de playa Caletilla, disparando la demanda de diversos productos alimenticios en tres rubros, como los desayunos, almuerzos y comida corrida.
“Gracias a la calidad del servicio, la estabilidad del precio por platillo y la frescura de los alimentos del mercado Santa Lucía, llegamos a vender por establecimiento, hasta mil platillos diarios promedio en un horario de 12 horas, es decir de 8 de la mañana hasta las 8 de la noche”, dijo en entrevista la empresaria restaurantera, con 47 años de experiencia gastronómica, Ana Paula Castillo.
La alta afluencia de turistas nacionales en la semana mayor, registrada en el rubro de ocupación hotelera de la Zona Tradicional de acuerdo con las mediciones de la Secretaría de Fomento Turístico (Sefotur), que argumentó un 7.7 por ciento de aumento en comparación con el año 2011, alteró las variables de frecuencia de los comensales, aportando el disparo de la demanda de alimentos servidos al momento.
De acuerdo con datos aportados por las locatarias, el segmento gastronómico con mayor demanda (77 por ciento) por parte de los turistas nacionales fue el de la comida corrida, gracias a su riqueza y variedad en mole rojo de pollo, caldo de pollo, carne de puerco, pollo frito o en salsa verde, chuleta de puerco, huevos con chorizo con su orden de papas fritas, que se cotizan en un precio que oscila entre los 45 y 50 pesos.
En segundo lugar, se registró un empate técnico, ya que los turistas se decantaron por igual por la comida a la carta y los infaltables mariscos frescos.
Por 50 pesos, los turistas nacionales pudieron elegir a la carta, el comer filete, milanesa, bistec frito, bistec en salsa verde, bistec a la mexicana, pechuga empanizada, pollo frito con papas y cecina.
Los combinados de mariscos como el Vuelve a la Vida, sopa de mariscos, camarones empanizados, camarones al ajo, camarones a la diabla, pulpo a la diabla o enamorado, que se ofertaron a tan solo 100 pesos.
En medio de la comida corrida y los mariscos, se colocó para paladares más exigentes las especialidades de la casa, como el filete relleno de mariscos con un precio de 140 pesos; así como también el turismo clase mediero tuvo para gastar 60 pesos en un platillo de pechuga rellena, milanesa o filete o pechuga con papas fritas.
Los desayunos también gozaron de alta preferencia en los gustos culinarios de los turistas nacionales, que por tradición llegan a los restaurantes y fondas desde las 8 de la mañana, con el objetivo de disfrutar por completo del día.
Enchiladas, tacos de pollo, huevos con jamón, salchicha, a la mexicana o rancheros se disputan los paladares de miles de turistas, que buscan degustar el sazón guerrerense.

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