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Ocupa Guerrero el sexto lugar en pérdida de ecosistemas : Klimek

 Sergio Ocampo Arista, corresponsal, Chilpancingo * En la Segunda Semana Nacional de la Conservación, el delegado federal de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Octavio Klimek Alcaraz, calificó como preocupante la situación ambiental que se presenta en el estado de Guerrero “perdemos anualmente alrededor de 40 mil hectáreas de selvas tropicales, y 14 mil en bosques templados”.

Entrevistado luego de participar como ponente en el evento efectuado en el auditorio de la Facultad de Ingeniería, señaló que se siguen dando problemas de sustentabilidad en las ciudades, sobre todo con el agua, y la contaminación que producen las aguas negras y los desechos sólidos.

También existen problemas en el medio rural, a partir de que el avance en la frontera agropecuaria en los últimos años fue intenso, al menos en el periodo de 1993 al año 2000, ya que Guerrero es el sexto estado a nivel nacional en la pérdida de ecosistemas naturales, sobre todo en las áreas de selvas tropicales secas, más que en bosques templados.

Señaló que en promedio cada año se pierden alrededor de 54 mil hectáreas de vegetación natural, por lo que se requiere ahora impulsar procesos para frenar el avance de la frontera agropecuaria “estamos actualmente ordenando los bosques de Guerrero, para que las comunidades forestales que realmente aprovechan estos bosques de manera ordenada y regular, vivan de los intereses del capital de los bosques, y en esto ya tenemos trabajando año y medio”.

Otro programa que se impulsa por parte de la Semarnat es el de Ecoregiones que se impulsa de manera coordinada con la ONU en la Montaña; también en la Costa Grande se realiza el programa de Desarrollos Regionales, el de Conservación y Manejo Forestal, el de Conservación Comunitaria, para que las comunidades adopten procesos de conservación de su territorio.

Klimek Alcaráz aseguró que a pesar del panorama y de datos críticos, se está trabajando en la línea correcta a diferencia de hace dos años cuando no existían programas de conservación en la entidad “estamos hablando de cerca de 80 millones de pesos anuales en bolsas de proyectos a las comunidades, y eso antes no existía”.

Por lo que se refiere al problema de los ríos, resaltó que es necesario impulsar junto con las autoridades municipales, para que más allá de los programas tradicionales de agua potable y alcantarillado, participen en procesos de saneamiento, y propuso que se dejen de descargar aguas negras directamente a los ríos “hay recursos federales para ese tipo de proyectos como el Promagua que impulsa la Comisión Nacional del Agua (CNA) y que otorga el 50 por ciento por pago de derechos que se regresan a los ayuntamientos en materia de inversión”.

En ese sentido mencionó que se requiere de la voluntad política de los ayuntamientos, y que no caigan en los esquemas tradicionales de gastar recursos públicos en obras que no son prioritarias para la sustentabilidad.

Con relación a los problemas que se presentaron con la contaminación del Río Mezcala, provocada por el ingenio azucarero Emiliano Zapata, expresó que es un problema de cuenca, de tipo interestatal y de desarrollo histórico, ya que durante muchas décadas se propició un crecimiento a costa de los ecosistemas y de los grandes ríos.

Todas las subcuencuas que drenan, y que vienen de Puebla, Tlaxcala, y Morelos, como es el caso del Río Amacuzac, tienen problemas de descarga de grandes ciudades, y ese asunto se tiene que impulsar como problemas de corte estatal y federal, en donde se debe exigir que no se entreguen aguas con problemas fuertes de contaminación “no queremos que vuelva a suceder un problema como el que sucedió con el ingenio, en donde tuvimos una queja social fundamentada por ese tipo de descargas”.

Y aunque precisó que el Río Mezcala no ha llegado a una completa contaminación, de todos modos no se compara con el Río Huacapa en Chilpancingo que es una cloaca “ aquél todavía por los volúmenes que maneja desde el punto de vista hidráulico, tiene un proceso de regeneración natural, pero se debe bajar el nivel de contaminantes de las ciudades e industrias que están en la parte alta de la cuenca del Balsas”, concluyó.

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