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Las iglesias son de todos los partidos: Aguirre Franco

 * Celebra que los políticos vayan a la Iglesia y manifiesten su fe en público * Elogia el gobierno de Zeferino Torreblanca y su obra pública

Aurelio Peláez * El arzobispo de Acapulco, Felipe Aguirre Franco, señaló que el gobierno del presidente municipal Zeferino Torreblanca, que concluye este mes de noviembre, fue de “un comenzar a caminar por los senderos de la democracia, que necesita todavía ajustes”.

Entrevistado luego de la homilía de este domingo en la Catedral de Nuestra Señora de la Soledad, en la que estuvo presente el alcalde electo Alberto López y varios de los futuros ediles, así como la presidenta del PRD en el municipio, el arzobispo afirmó que “también ha habido un buen servicio, sobre todo si lo contemplamos en la obra pública que ha realizado. Es muy laudable la obra pública en Acapulco”.

–¿Entonces a Acapulco le fue bien por lo que llama el cambio democrático? –se le preguntó.

–Le va bien mientras más unido esté a sus autoridades y a sus ciudadanos. Mientras más solidario. Mientras más egoísta se haga más mal le va. Si Acapulco es egoísta, tendremos un Acapulco que no sabe recibir al turismo, querrá explotar al turismo, pero no se preocupará por tener una ciudad limpia, agradable, dispuesta, segura.

Explicó que con Zeferino Torreblanca hubo una relación muy cercana. “Cuando yo llegué él ya estaba como presidente, él me recibió aquí. Si él me recibió era justo que yo lo fuera a despedir en este mensaje (el informe de gobierno del pasado viernes) y aquí agradecerle lo que ha hecho por todos, del Acapulco que yo formo parte”.

En cuanto al alcalde electo Alberto López Rosas, afirmó que “es un hombre conciliador, es un hombre que suma, no es un hombre de choque”, y señaló que “si el señor presidente municipal electo conjunta estos esfuerzos, no solamente sostendrá o mantendrá la obra realizada sino que la proseguirá y la perfeccionará. El mismo señor Torreblanca dijo que (López Rosas) podrá superar con creces el esfuerzo que hemos hecho”.

–¿Usted estuvo el pasado jueves en un acto con el PAN (donde inauguró sus oficinas estatales en Acapulco); el viernes en el informe de Zeferino Torreblanca, y ahora con funcionarios perredistas. ¿Se está consolidando ese Estado laico, se da la transición sin confrontaciones?

–Sí, primero para que se demuestre que las iglesias son de todos los partidos. No sería una iglesia coherente si como me dijeron una vez, ‘nosotros somos católicos, apostólicos y priístas’.

Sostuvo que “no busco notoriedad sino acompañar a todos los que son colegas como servidores de la comunidad, porque si estamos unidos los que servimos, el pueblo gana”.

Afirmó que en últimas fechas con los políticos “ha habido un acercamiento más eficaz, y se ha ido perdiendo este temor a veces reverencial o que era una especie de acercamiento a la Nicodemus –quien fue de noche a hablar con Jesucristo por miedo a los judíos– y aquí ahora los políticos no, ahora vienen a la Iglesia y no les da temor a manifestarse”.

El arzobispo recomendó a López Rosas a coordinarse con los gobiernos estatal y federal para atender los principales problemas de la ciudad, entre ellos el de la inseguridad pública.

Habló a propósito de una pregunta sobre el problema de la prostitución infantil, del trabajo periodístico presentado por El Sur sábado. Explicó que “el Acapulco que deseamos y esperamos del próximo presidente municipal y que pedimos a las autoridades no es el que atrae a los demás porque (el puerto sea) un centro de prostitución, de drogadicción. Aquí lo decían los medios, que tenemos hasta unas 20 salas en donde diariamente hasta las 12 de la noche se están exhibiendo las películas de las más sucias y denigrantes para la dignidad humana. No deberían existir ese tipo de espectáculos. Nuestras mismas leyes no lo permiten”.Ejemplificó además con el caso del Zócalo, donde por una iglesia y dos escuelas, existen cantinas y unos 30 centros de prostitución.

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