López Rosas y perredistas van ante el arzobispo a misa en la Catedral

 * Entre los asistentes, la presidenta del PRD Beatriz González, las posibles funcionarias María de la Luz Núñez y Rossana Mora, los síndicos electos Marcial Rodríguez y Fernando Donoso, los regidores electos Norberto Refugio Chamú, José Luis Morales, Nicasio Prudencio Elasio, Jacinto Ortiz, Germán Farías…

Aurelio Peláez * El arzobispo Felipe Aguirre Franco dedicó su homilía de este domingo a recordar el debate que se dio al interior de la Iglesia católica por la Teología por la Liberación. Frente a él parte del próximo gobierno municipal al que se ofreció la misa de ese día, encabezada por el alcalde electo Alberto López Rosas.

En la catedral de Nuestra Señora de la Soledad, en el Zócalo, la misa de 10 de la mañana fue la ocasión para reunir a los políticos que entran en este próximo gobierno, el segundo que llega por el PRD. Extrañó que el arzobispo haya escogido el tema de la Teología de la Liberación para su sermón, sobre todo porque pareció como un caso ajeno al equipo lopezrosista.

En primera fila estuvo López Rosas y su esposa María Eugenia Díaz; el síndico electo Marcial Rodríguez Saldaña y la ex alcaldesa de Atoyac, María de la Luz Núñez Ramos, a quien se da como la segura próxima secretaria general del ayuntamiento. En la banca aledaña, también frente al sitio de oficio de la misma, la madre e hijas del alcalde electo.

Entre los asistentes algunos regidores de la próxima administración, como Germán Farías, José Luis Morales Torres, Nicasio Prudencio Elasio, Jacinto Ortiz Luviano y Norberto Refugio Chamú. En la banca detrás del alcalde, la presidenta del PRD en Acapulco, Beatriz González Hurtado y Rossana Mora Patiño, a quien se apunta como la probable secretaria de Desarrollo Social municipal. Fernando Donoso, síndico electo, quien escuchó la misa de pie con su familia.

Aguirre Franco, en su mensaje, recordó que en 1968, durante la asamblea del episcopado en Medellín, Colombia, “la opción preferencial por los pobres causó grandes discusiones y hasta divisiones al interior de la Iglesia”, y que “no faltaron quienes pensaron que la única forma de que ya no hubiera pobres era lanzarse a la guerrilla, para cambiar sistemas políticos y económicos opresores”, como en Colombia, donde varios sacerdotes tomaron las armas. Otros grupos en tanto optaron por aliarse a los conservadores. Que en casi todos los casos promovieron gobiernos militares.

Dijo que: “Afortunadamente, hoy hemos llegado a un mayor equilibrio, avalado por el mismo Evangelio, rectamente interpretado por el Santo Padre (Juan Pablo II) y por los obispos que estamos en comunión con él. El amor y servicio a los pobres no es algo optativo. Es una obligación para el que desee vivir como discípulo de Jesús”.

Antes, había dicho a los políticos asistentes que era deber de la convicción de los cristianos descubrir la desigualdad: “En la fe encontramos los rostros desfigurados por el hambre, consecuencia de la inflación, de la deuda externa y de injusticias sociales; los rostros desilusionados por los políticos, que prometen pero no cumplen; los rostros humillados a causa de su propia cultura, que no es respetada y es incluso despreciada; los rostros aterrorizados por la violencia diaria e indiscriminada”.

Todos los asientos de la iglesia se ocuparon, por lo que algunos de los fieles quedaron de pie. Algunos de los asistentes a la ceremonia como que eran ajenos a la liturgia, entre ellos el síndico electo Marcial Rodríguez, quien al pedir Aguirre Franco que los presentes se hincaran, no acertó qué hacer. López Rosas, como algunos más, quedó de pie, bajó las manos tomándolas y también el rostro. Marcial se quedó sentado en su silla.No obstante, sí se formó para recibir la hostia, como no lo hizo López Rosas.