Tomás Tenorio Galindo

OTRO PAIS

*Aborto, Aguirre y Congreso arrodillados

La Iglesia católica expandió ayer su campaña contra la despenalización del aborto en Guerrero, al dedicarle el editorial de su semanario?Desde la fe, una publicación que edita la arquidiócesis de la ciudad de México y se distribuye en las parroquias de la capital.
La jerarquía eclesiástica afirma que el gobierno de Ángel Aguirre Rivero utiliza la iniciativa sobre el aborto para “tapar la incapacidad y fracaso de la agonizante administración estatal”. Es, por lo tanto, “una cortina de humo, un ardid y distractor cargado de los clichés y mañas populistas encubridoras del gobierno que olvidó a sus mujeres, de la realidad del estado castigado, hambriento, empobrecido y depredado por los responsables” de garantizar el bien común.
Asegura también que la despenalización del aborto “en nada cambiará la realidad del pueblo guerrerense urgido del desarrollo frustrado por la corrupción del gobierno perredista, haciendo de la entidad un polvorín inestable por los rezagos sociales y la ausencia de oficio político”. Sostiene que de esa manera el PRD “sacraliza la cultura de la muerte”, y se pregunta: “¿Qué se puede esperar de entidades donde las cifras de crímenes, extorsiones, robos, secuestros, levantones, violencia y corrupción van irremediablemente a la alza?”
Tiene razón la Iglesia en el diagnóstico que presenta del estado, sometido a todos esos flagelos, pero en cuanto al aborto solamente reproduce un dogma de fe que ha demostrado estar rebasado por la realidad social de México y de Guerrero, esa realidad que tan bien describe en?Desde la fe. Por otra parte, esta presión ejercida desde el centro del poder eclesiástico contra el gobierno de Aguirre podría haber sido innecesaria, como se verá.
Al contrario de lo que se habría esperado, no son los panistas los llamados a jugar el papel decisivo en el eventual impedimento de las reformas propuestas por el gobernador para legalizar del todo la práctica del aborto durante las primeras 12 semanas de gestación, sino el propio Aguirre y los diputados de la fracción del PRD en el Congreso local, al menos un número importante de ellos y con capacidad de interponer su voto en contra.
Lo anterior se deduce de la pasividad mostrada por Aguirre Rivero para defender la iniciativa, y de su indiferencia ante el choque que se produjo en su gobierno entre la secretaria de la Mujer, Rosario Herrera Ascencio, y el secretario de Salud, Lázaro Mazón Alonso, quien acometido de la enfermedad del oportunismo político o de un conflicto de conciencia inexplicable en un médico, no sólo se negó a firmar la iniciativa como le correspondía hacerlo en cumplimiento de sus funciones institucionales, sino que se ha propuesto sabotear la aprobación de las reformas incluso mediante la propagación de mentiras completas sobre el número de muertes de mujeres a causa de abortos clandestinos. Según Mazón, sólo una mujer ha muerto en dos años por ese motivo en el estado, mientras los datos proporcionados por la secretaria de la Mujer indican que por cada mil mujeres que son hospitalizadas por complicaciones derivadas de abortos clandestinos, 50 mueren; y que entre el año 2000 y el 2010 fueron?5 mil 416 las mujeres internadas, lo que significa que en ese periodo son 250 las que pudieron haber muerto.
La política de manos caídas que adoptó Aguirre en relación con la despenalización del aborto parece tener el propósito de no ahondar el quebranto que produjo en esas relaciones el envío de la iniciativa al Congreso, pues según el reclamo de los obispos se había comprometido con ellos a no enviarla. De ahí que los diputados del grupo aguirrista, que obedecen al gobernador, como Alejandro Arcos Catalán, hayan asumido la tarea de frenar el procesamiento legislativo de la iniciativa.
De hecho, y en sincronía con esas señales provenientes del Palacio de Gobierno, la fracción de diputados del PRD parece ya dispuesta a rechazar la aprobación de las reformas sobre el aborto, o a mantenerlas en la congeladora?parlamentaria hasta que acabe esta legislatura. Así lo dio a entender con toda claridad David Jiménez Rumbo, a cuya corriente pertenecen seis diputados perredistas, suficientes para hacer mayoría con los aguirristas, los del PRI y los del PAN.
Pero las torpes y aldeanas maniobras del gobernador y las excusas empleadas por los diputados locales para dar largas a la despenalización del aborto chocan con el peso abrumador de los argumentos que ofrece la experiencia internacional en esa materia. Dado que es de sobra conocida su volatilidad política, todos ellos pueden hacer a un lado uno de los puntos históricos del movimiento de las mujeres y de la izquierda mexicana, pero no pueden ignorar la tendencia y el pensamiento mundial, que en los últimos cincuenta años y con argumentos científicos y sensibilidad social han venido doblegando el oscurantismo de la Iglesia católica para establecer en un centenar de países –en todos los del primer mundo, por principio de cuentas, y en la ciudad de México que comprueba que sí es posible hacerlo– la despenalización del aborto en las primeras 12 semanas como un derecho de las mujeres.

Otra vez Jorge Camacho Peñaloza

En otro momento y en otros temas sería plausible la propuesta del diputado panista Jorge Camacho Peñaloza de realizar foros de consulta para orientar la decisión del Congreso, pero es evidente que ese planteamiento no es más que una maniobra para demorar lo más que se pueda y complicar el procedimiento legislativo de la despenalización del aborto. Ya había resplandecido en el pasado el fundamentalismo de Jorge Camacho, pero ahora parece haber encontrado un tema más a modo para hacer brillar el conservadurismo típico de los panistas que tanto le cuesta al país.

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