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Fallece el pintor y escultor tecpaneco Víctor Otero

 Xavier Rosado * El pintor y escultor Víctor Otero Gutiérrez falleció el tres de octubre en Acapulco a causa de un accidente, sin embargo, su familia lo sepultó en Tecpan de Galeana, su lugar de origen, el miércoles pasado, después de recuperar su cuerpo que permaneció cinco semanas en la fosa común de la Cruz Roja.

Las circunstancias de su muerte son desconocidas por sus familiares, entre ellos el caricaturista y colaborador de El Sur, Luis Otero Gutiérrez.

Nacido el 16 de septiembre de 1965 en Tecpan, se distinguió, según recordó su hermano Luis, por ser y diferente.

“Desde niño hacía cosas diferentes a lo que hacíamos nosotros, se iba al monte a escarbar y sacaba piezas prehispánicas de barro y le gustaban los fósiles. Se iba con la gente vieja del pueblo y platicaba con ellos, se subía a la sierra y allá se la pasaba. Era bien ingenioso se vestía de payaso con otros dos chavos y se iban al Zócalo a hacer teatro por iniciativa de él”, narró Luis, uno de su nueve hermanos.

Victor Otero estudió la primaria y la secundaria en Tecpan de Galeana y culminó su preparación artística en el Instituo Politécnico Nacional, graduándose en la facultad de Artes Plásticas.

Su inquietud polifacética lo llevó a estudiar en la escuela de Ciencias del Mar en el estado de Sinaloa, pero a causa de su labor como dirigente estudiantil tuvo que dejar inconclusos sus estudios de biología marina.

“Viajó a muchos lugares por su propia cuenta, vivió en Zihuatanejo y tenía una casa frente a la colonia Nueva Era, aquí en Acapulco, ahí fueron sus últimos domicilios. Anduvo por Guadalajara y en varias ciudades de Estados Unidos, una vez platicó que había ido a España y a Francia”, comentó.

Agregó que el artista se distinguió desde muy temprana edad como una persona con talento creativo. “Desde que tenía ocho años hasta que terminó la secundaria ganó premios nacionales y estatales de escultura en arena, ganó también un concurso de cuento que convocó la UAG, un concurso de poesía en Zihuatanejo”.

“A mi hermano no le gustaba decir ‘gané esto’, él concursaba para ganar y ganaba, no le gustaba que lo fotografiaran”.

Con la colaboración del diseñador Francisco Rojas, escribió un libro que nunca llegó a la imprenta, lo manufacturó el mismo y lo empastó manualmente. El título es El libro de Noé y él mismo se encargó de la distribución.

Víctor Otero fue caricaturista del Diario 17 y de El Sol de Acapulco, su cartón se llamaba Los esclavos de Otero, hacía análisis político y escribía sobre temas diversos de actualidad.

También colaboró con el proyecto Mar de poesía que conjuntó textos de grandes poetas con murales pintados por él, en distintos puntos del puerto de Acapulco.

Una de sus últimas obras públicas fue El nacimiento marino que se instaló en la playa Papagayo en diciembre de 2001.

“Queremos hacer una propuesta pública para invitar a la comunidad cultural a que se vuelva a hacer este mismo nacimiento que se dañó con las lluvias, a manera de homenaje y para que la gente siga recordando a mi hermano”, propuso Luis.

También recordó que todos los trabajos que le ofrecían a Víctor los rechazaba porque esto implicaba tener una responsabilidad y él era una persona libre y muy intensa.

“En una ocasión me comentaron que lo querían tener a cargo de una sección en un diario local porque era muy inteligente, pero me dijeron que no aceptó ‘porque no le gustaba la oficina’”, ejemplificó el dibujante.

Respecto a su obra pictórica, Luis Otero comentó que el trabajo de Víctor no se limitaba a un tema, a un género o a una sola técnica, “era un pintor muy versátil, que bien podía pintar un paisaje realista hasta una pintura abstracta, recuerdo que una vez vi un cuadro en el que pintó una bota de la que salía un tucán, a lo mejor porque le gustaba mucho a él andar de botas”.

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