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Jeremías Maquines

APUNTES DE UN VIEJO LEPERO

 * El patito feo

A Genaro Vázquez le ratificaron la rebotación de su constancia de mayoría y de la dirigencia estatal del PRD, de sus líderes y candidatos electos no salió ni siquiera un pujido como protesta.

En los hechos, parece que a nadie le importa la suerte que corra el alcalde electo de San Luis Acatlán, pero ni siquiera a las diputadas valientes y críticas del gobernador que también estuvieron en la misma condición de Genaro y que por la solidaridad social y el apoyo de los dirigentes de su partido lograron recuperar su constancia de mayoría, tampoco han dicho nada en defensa del hijo del más conocido guerrerense en toda la historia de este estado. Todos han guardado silencio; desde que les entregaron las actas a las dos diputadas, a Genaro lo dejaron solo como al patito feo con sus indios y el acoso del Ejército.

Es inaudito que el PRD no haya encabezado una ofensiva real, es decir, verdadera, en defensa del la autoridad electa de San Luis Acatlán. Por el contrario, los perredistas sólo han emitido unos balbuceos timoratos y evasivos. Pero es más sospechoso –como sospechoso será todo en lo que se meta de aquí en adelante la dirigencia estatal del PRD–, que “por no hacerle ruido al gobernador” haya dejado fuera del “paquete de negociaciones” a Genaro Vázquez. Tal parece que el interés de la negociación y el compromiso arrancado al gobernador a cambio de mantener un buen comportamiento, sólo alcanzó a llegar hasta Acapulco.

Pero quizá este ensañamiento contra la voluntad del pueblo de San Luis y contra su alcalde electo, sea como –ironizando– dijo Genaro el otro día en la redacción de El Sur: “Mi error quizá fue no levantar el teléfono y hablar con René; no hacer acuerdos en lo oscurito”.

Y quizá Genaro tenga razón. Su discurso y su actitud son muy diferentes, por ejemplo, al del alcalde y síndico de Acapulco, Alberto López Rosas y Marcial Rodríguez Saldaña, o del alcalde de Azueta, Amador Campos Aburto, coincidentemente los dos ex priístas y los dos con hartos deseos de que René Juárez asista a su toma de protesta, porque “sería un buen mensaje a la ciudadanía” dijo Amador.

Es decir, en la mente de estos alcaldes está firme la idea de que la ciudadanía que apaleó a los candidatos del PRI el 6 de octubre, pero que principalmente votó contra la administración de René Juárez y su política de a toda madre, y que depositó en sus alcaldes electos la confianza para que encabecen gobiernos distintos y distantes de las prácticas priístas, va a estar encantada y feliz por la cordialidad y la zalamaría que muestran sus representantes por René Juárez, y que cuando llegue el gobernador a la toma de posesión de estos alcaldes, la gente se va a tomar de la mano y van a entonar aquella cancioncilla que Yuri cantaba en los 80 que dice: “Siempre vendrán tiempos mejooooreeees”.

Pero volvamos a Genaro que yo creo fue bien tonto porque él también debió haberle dicho a los dirigentes del PRD que le dijeran al gobernador que él igual lo invitaría a su toma de protesta y que no sería un alcalde exigente y respondón como lo fue Zeferino Torreblanca. Sino que todo lo contrario, privilegiaría lo político sobre la exigencia real del pueblo que lo eligió. No haría obras sino mucha política. Y de plano si hubiera sido así, hoy estaría dando gracias al Señor en la catedral de Acapulco porque el gobernador se condolió y ordenó a sus magistrados que le devolvieran su constancia de mayoría. Y zinzalabín, hasta ya la hubiera mandado a enmarcar para ponerla en la sala de su casa.

Pero no fue así, y como siempre, los argumentos fueron bobalicones, contradictorios y estúpidos. El día que se dictó la sentencia no había ningún abogado ni dirigentes del PRD, consigna una nota de Hugo Pacheco. Ese día la magistrada Virginia López dijo que Genaro apenas cambió de residencia el pasado 26 de febrero de Chilpancingo a San Luis y que incumple el requisito de tener cinco años de residencia. Pero el argumento más idiota que he oído en los últimos días es este: “Aceptar que Genaro fuera alcalde, era como permitir que un extranjero viniera a gobernar en cualquier lugar donde fuera favorecido por la voluntad popular porque violaría la Constitución”. Con esto lo que dice la magistrada es que la gente es estúpida; pero ya se vio que no porque no vota por candidatos en los que no confía, por eso no eligió al candidato priísta de San Luis, ni en Acapulco a Rodríguez Escalona, y etece, etece.

Segundo, es una ocurrencia vil y burda contra alguien que presentó como pruebas de su residencia oficios de gestión de obras, introducción de energía eléctrica; documentos de compra venta de terrenos, posesión de un terreno ejidal, y la más contundente, una constancia de residencia firmada por el alcalde y secretario del ayuntamiento. Pero aparte de todas esas pruebas de su residencia, hay otra: el hostigamiento y la vigilancia que lleva a cabo el Ejército en las inmediaciones de su casa, allá en San Luis, que como bien dice Genaro, “ellos sí saben donde vivo”.

Y tercero: si como razona la magistrada, el error de Genaro fue sacar su credencial de elector el 26 de febrero, entonces el acierto de Gloria Sierra fue solicitarla el 10 de mayo del mismo año, y no creo que la diputada haya presentado pruebas más contundentes de su arraigo que las expuestas por Vázquez Solís. En fin, ya todos sabemos que aquí el hecho no se trata de quién presenta las mejores pruebas para exigir justicia, sino de cómo se negocian estos asuntos con el gobernador.

Lo cierto y lo que está al fondo de la olla de esta decisión aberrante, es la propuesta de gobierno de Genaro de apoyar y legitimar a la policía comunitaria que se ha opuesto a los abusos que cometen tanto personal del Ejército como las corruptas y bestiales policías estatales, y es también el significado mítico que tiene su nombre y figura para las comunidades rurales de la zona donde logró el voto que lo eligió para ser alcalde. Un significado que todavía perturba el subconsciente de las castas políticas locales. Mal hace el PRD en no defender con contundencia este triunfo.

Pero también hizo mal al entrarle a la negociación en lo oscurito con René Juárez de donde salió dócil y mal posicionado. El costo político y social que ese partido tendrá que pagar por su acercamiento negociador con René Juárez lo vamos a ver reflejado en el Congreso estatal, en las elecciones de diputados federales, y en la falta de calidad moral para exigir al Ejecutivo local el cumplimiento de la ley.

El PRD también hizo muy mal en alegrarse cuando al PAN le negaron las diputaciones que por ley le correspondían; hoy, el costo de esa idiotez es que un PRI disminuido se apoderó de la presidencia del Congreso local donde colocó al rústico de Sánchez Barrios. La posición del PAN es lógica: ¿cómo puede aliarse con gente que festejó su desgracia y sobre todo con gente con poco oficio político que con soberbia y al último minuto intenta tejer acuerdos?, pues no. Pobres diputados perredistas, no están a la altura del voto que los eligió, y pobres guerrerenses, siempre representados por los más torpes.

Pero para qué desgañitarnos tanto, si lograr una alianza con el PAN no está entre los planes de la actual dirigencia estatal del PRD que se rige por los criterios y deseos de uno de los aspirantes a gobernador que prefiere tortilla tricolor a comer con PAN. La lógica simple de la actual dirigencia perredista es que si se consolida desde el Congreso una alianza PRD-PAN, el único beneficiado en la aún larga carrera por la gubernatura sería Torreblanca Galindo, sólo así puede entenderse la burla por la desgracia panista. Y sin alianza, el fortalecido sería el senador Armando Chavarría quien cuenta con la obediencia de los dirigentes partidistas y el apoyo del gobernador quien reza al Pato Donald para que no haya alianza, porque sólo una alianza puede hacer perder al PRI en Guerrero, y esa, por supuesto, no la encabezaría Chavarría.

La Contra: Recibí del investigador Jesús Guzmán Urióstegui una de las mejores y más bellas ediciones que he visto en el estado, más cuando se trata de una edición municipal. Teloloapan, entre el tezcal y la sal, es la monografía de este municipio finamente impresa y meticulosamente cuidada. Los textos bien escritos y las fotografías son de Guzmán Urióstegui, quien es miembro de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, sección Guerrero. Este es un libro que alegra y motiva las ganas de conocer este bello lugar. La edición de mil ejemplares fue editada por profesionales de la edición en la ciudad de México y patrocinada por el actual ayuntamiento de Teloloapan, muy bien.

Este sábado 16, se presenta el libro de poemas Duros pensamientos zarpan al anochecer en barcos de hierro de este yo, en la librería Macondo en Chilpancingo a las 7 de la noche, no faltes, habrá entrega de despensas y bicicletas; estarán como presentadores el señor Juárez y Fox, ¡claro que sí!, ¿cómo lo adivinó?, tomados de la mano.

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