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Jesús Vargas Vargas

Consensos para la gobernabilidad

 (Segunda y última parte)  

 Las demandas de la sociedad pueden ser de expresión y representatividad política, de bienestar social, de justicia y seguridad pública, de trasparencia, eficiencia y honestidad de los gobiernos, de generación de ingresos, de inclusión en los mecanismos de la toma de decisiones, de apertura y diálogo por parte del gobierno o de atención y sensibilidad política por parte de los servidores públicos, aunque también son muy importantes las demandas políticas que surgen al interior del mismo sistema de gobierno como son el respeto a la división de poderes, a las jurisdicciones y atribuciones, que son propias de las situaciones de gobiernos divididos.

Así, la primera consecuencia de las elecciones del 6 de octubre que vendrá a impactar en el esquema actual de la gobernabilidad es el nuevo comportamiento de la gente hacia el gobierno, sea municipal, estatal o federal, debido a que ya no estará dispuesta a ser el ente pasivo al que se le podía envolver con demagogia de derecha o de izquierda, ahora la ciudadanía ha decidido no solo diversificar a través de su voto la responsabilidad de los gobiernos municipales y de sus representantes populares en el Congreso local, también ha decidido practicar el ejercicio electoral de la alternancia como ocurre en municipios como Tixtla, Zirándaro, Iguala, Juan R. Escudero, Petatlán, Ajuchitlán del Progreso, entre otros.

En esta nueva relación política los gobiernos y los representantes populares deberán  estar más cerca de la gente atendiendo sus problemas, involucrándola en los mecanismos de la toma de decisiones y del diseño de las políticas públicas, así mismo deberán incrementar su capacidad de respuesta y eficiencia para evitar que las demandas de la sociedad se desborden y se rompa el equilibrio de la gobernabilidad.

Esto implicará también, por supuesto, una mayor responsabilidad por parte de la ciudadanía y sus organizaciones a la hora de manifestar sus inconformidades ante la insuficiente respuesta gubernamental, porque ahora tendrá que ubicar bien la esfera de responsabilidades, canalizar adecuada e institucionalmente sus demandas y saber esperar al próximo proceso electoral para expresar su rechazo a la forma en que se conduce un partido en el gobierno.

Un segundo resultado de las elecciones en el actual esquema de la gobernabilidad, es que ésta ya no será responsabilidad sólo de un nivel de gobierno ó poder público, ahora será responsabilidad de los diferentes niveles de gobierno y poderes públicos con diferentes perfiles partidistas.

La gobernabilidad ya no podrá ser generada en condiciones de gobierno unificado, esquema que funcionó cuando el ejercicio de gobierno se realizaba orientado por un solo propósito, visión o interés partidista y en el que el mantenimiento del equilibrio dependía en buena medida del bajo nivel de politización de la población, de la escasa circulación de información, de una débil oposición y una nula competencia política electoral, lo que provocó gobiernos desinteresados en dar respuestas eficientes a las demandas de la sociedad, tendientes a la corrupción, autoritarios, competentes de sí mismos, que no necesitaban poner a consideración del público ni de ningún otro poder las decisiones que adoptaban, en los que la política es considerada todavía un obstáculo para sus intereses.

En condiciones de gobiernos divididos la gobernabilidad depende de la capacidad de generación de consensos, de cogobernar o de gobernar compartiendo responsabilidades,  por ello es importante que se retome la propuesta de impulsar un acuerdo político que clarifique las responsabilidades de los gobiernos, que defina mecanismos claros de comunicación entre sociedad, actores políticos y gobernantes, que establezca la responsabilidad de los partidos políticos y representantes populares de servir como interlocutores entre la sociedad y las instancias de gobierno, que  comprometa la disposición de los gobiernos para cogobernar y generar consensos, pero sobre todo en el que se pongan con letras mayúsculas las grandes aspiraciones, metas y objetivos de Guerrero en los que coincidimos todos, para que sirvan de faro hacia donde todos queremos llegar aunque partamos de diferente puerto.

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