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La presa del Cerrito Rico, peligrosa para 500 familias de Chilpancingo

 * Ayer bajó su nivel, cuando paró la lluvia

Zacarías Cervantes, corresponsal, Chilpancingo * A 60 años de que fue construida, al parecer sin estudios técnicos y con material deficiente, la presa del Cerrito Rico, ubicada al norte de esta capital, se ha convertido en una amenaza para unas 500 familias que habitan en las márgenes del río Huacapa que atraviesa esta ciudad.

La presa, que ha empezado a rodearse de la mancha urbana, fue construida en 1942 en el sexenio del gobernador Rafael Catalán Calvo, quien con la obra pretendió ayudar a decenas de campesinos que en las márgenes del río Huacapa sembraban maíz, frijol, calabaza, jitomate, tomate y pastura para ganado. Sin embargo, nunca funcionó para eso y, por el contrario, fue causa de la inundación de cultivos de temporal.

Hoy, a 60 años de su construcción, se ha convertido en una de las peores amenazas para cientos de familias que viven en las márgenes del río Huacapa, quienes en varias ocasiones en los últimos 25 años han sufrido inundaciones y cuando menos en una ocasión hubo pérdidas de vidas humanas.

El peligro de un desbordamiento del agua que almacena de las afluentes de las barrancas que llegan de los municipios de Heliodoro Castillo, Leonardo Bravo y de Chilpancingo volvió a sentirse en los últimos tres días luego de que el agua rebasó su nivel “normal” por las lluvias que no cesaron durante cuatro días.

Desde la presa hasta la colonia La Cinca, al sur de esta capital, habitan en las márgenes del río Huacapa unas 500 familias, según el registro de la Dirección de Barrios y Colonias de Chilpancingo, quienes de ocurrir el desbordamiento de la presa podrían sufrir inundaciones o incluso ser arrasadas por la corriente.

“La cortina no reúne las condiciones técnicas como para soportar el almacenamiento de agua de más del 50 por ciento de su capacidad porque se construyó con piedra caliza de la región y no se hicieron estudios técnicos”, recuerda Alberto Ruz Guevara, uno de los periodistas que en ese tiempo cubrían la información de acontecimientos como éste.

Auxiliado en sus recuerdos por el también periodista Héctor Contreras Organista, Ruz Guevara señala que la cortina de la citada presa fue construida por los soldados de la 35 Zona Militar. “Como el gobernador era general les pidió el apoyo a los militares para que participaran en la construcción, pero que yo recuerde no se realizó algún estudio técnico, creo que ni ingenieros participaron en la construcción”, dijo .

Lo que se pretendía con esa presa era que las tierras del valle de Chilpancingo se cultivaran no solamente en temporal sino que fueran también de regadío, pero el proyecto resultó contraproducente porque en tiempo de lluvias los cultivos se inundaban, mientras que en tiempo de secas el agua se trasminaba hacia Zumpango y la humedad era aprovechada para los campesinos de esa localidad pero no por los de Chilpancingo a quienes se pretendió beneficiar.

Debido a ello, a partir de 1960 se le pretendió dar otra utilidad al agua que se almacenaba. Grupos de ciudadanos con el apoyo del gobierno estatal y municipal sembraron tilapia y patos, esto último para que el lugar se convirtiera en un atractivo turístico para los visitantes, aprovechando que en los alrededores de la presa mucha gente iba también a cortar toronjil. Pero tampoco funcionó el proyecto, toda vez que por lo accidentado del terreno mucha gente caía al agua “y hubo muchos muertos ahogados”, recuerda Ruz Guevara.

Así, la presa se convirtió en una obra que no funcionó “y ahora no le sirve en nada a la gente de Chilpancingo”, dice por su parte Héctor Contreras, quien recuerda que en diferentes épocas grupos de ciudadanos han pedido a los gobiernos que retiren la cortina “porque representa un peligro” para la gente que vive cerca del río Huacapa, “pero todos han puesto oídos sordos”.

La antigua construcción actualmente no está a cargo de ninguna dependencia gubernamental, federal, estatal o municipal, para darle mantenimiento y sólo cuando representa peligro como los últimos días existe coordinación pero sólo para monitorear el avance del almacenamiento del agua, abrir las compuertas y para alertar a las familias que viven en las márgenes del río.

Aún así en varias ocasiones ha habido desbordamientos e inundaciones. Lo que se recuerda como una tragedia ocurrió en 1985 cuando la presa se desbordó y el agua provocó inundaciones en cientos de viviendas a lo largo de la ciudad por donde atraviesa el río.

En esa ocasión se registraron tres pérdidas de vidas humanas y más de 150 familias fueron evacuadas por soldados del Ejército mexicano quienes las trasladaron a tres campamentos que improvisaron en las instalaciones de la 35 Zona Militar.

“Veíamos pasar arrastradas por el agua estufas, tanques de gas, camas, roperos, animales”, recuerda Francisco Domínguez Cruz, uno de los niños que fue rescatado de las corrientes del río por un soldado que lo llevó hasta las instalaciones de la Zona Militar a reunirlo con su familia.

Hace siete años se recuerdan también inundaciones debido a que la corriente del río se desbordó y alcanzó hasta más de 10 metros de su cauce normal.En los últimos cuatro días hubo también alarma entre las familias que viven en las márgenes debido a que nuevamente el agua rebasó el nivel normal de la presa, lo que motivó que personal de la Comisión Nacional del Agua, Protección Civil estatal y municipal, así como policías preventivos mantuvieran a la presa en monitoreo permanente.A partir de ayer el agua disminuyó su nivel al terminarse las lluvias y el riesgo volvió a disiparse.

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