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Ozomatli y Roger Sánchez, brillan en la primera noche del AWSF

 Juan Carlos Moctezuma R. * La noche inaugural del Aca World Sound Festival todos los caminos parecían llevar al Aztlán…Los cinco escenarios dispuestos para esa experiencia musical que tuvo que esperar dos años para volverse a repetir pero que quedó inconclusa al ser cancelada la noche del sábado, se convirtieron en sagradas mecas para los seguidores de las nuevas religiones rítmicas: Drum ‘n’ bass, world beta, hip hop, break beat, en el Million Wishes; Rock y DJ’s alternativos en The Big Stage; garage, deep, progressive y acid en el House Arena; acid jazz y ritmos latinos en el Chill Out Oasis, y ritmos tribales, cuasi hinópticos en el Psycho Solar.

Cinco sitios rituales para una pléyade de peregrinos del nuevo siglo –unos 15 mil – en busca de esas hipermodernas deidades sonoras en que han convertido a los DJ’s y a los rockeros, eclécticos y electrónicos.

En cada escenario rigieron esa primera jornada los postulados de: bailarás hasta el amanecer; te embriagarás toda la noche; experimentarás con sustancias químicas; amarás a los unos y a las otras; no habrá lugar para el odio y el rencor, y, brindarás paz a todo creyente que se cruce en tu camino.

Y esa primera y única noche de festival estuvo destinada sólo para unos cuantos líderes espirituales de los alrededor de 12 mil asistentes: Ozomatli, Roger Sánchez y José Padilla, quienes oficiaron desde el púlpito/escenario un evangelio pleno de ritmos y bailes que gozosos disfrutaron los elegidos de esa noche.

 Ozomatli, regreso al Aztlán

 El combo angelino Ozomatli encontró sólo unos cientos de deseosos en el escenario Million Wishes a quienes terminaron convenciendo de sus bondades musicales emanadas del eclecticismo propagado por esa tendencia conocida como el world beat.

Una decena de latinos, afroamericanos y sajones, conforman esta banda ganadora del Grammy que esa noche lograron elevar al cielo una plegaria cargada de sonoridades funkeras, afroantillanas, reggeosas, hip hoperas y hasta folcklóricas.

Desde los primeros golpeteos al bajo y el brillante sonido de los metales, la banda marcó su raya como herederos de un sonido que rescata lo mejor de bandas setenteras como Santana, War y Mandril, con un origen común: el rescate de la cultura mexica como fuente primaria de espiritualidad.

Durante casi dos horas llevaron al público al deleite de una música hecha con el corazón para el espíritu de los asistentes quienes se dejaron llevar por las aguas jamaiquinas del reggae, la exhuberancia sonora de la salsa y el frenético ritmo del merengue.

Por si eso fuera poco, la banda lanzó consignas antibélicas y dedicó una canción a la paz y en contra de la política de guerra de Estados Unidos en Irak.

Ya con el público en la bolsa y para cerrar su presentación, sin duda la más completa de un grupo en vivo en este malogrado festival, brincaron las vallas de seguridad y se mezclaron con el público en un frenesí bailable que mostró que ahora, mas que nunca, aún hay grupos estadunidenses que están más allá del fulgor oropelesco de la fama y que entienden a la música como un vínculo espiritual.Al final de su presentación, Raúl Pacheco, guitarrista y vocalista de la banda, dijo que obtuvieron una buena respuesta del público para ser la primera vez que estaban en Acapulco y sostuvo que “ojalá que la gente haya disfrutado del concierto y lo que nos hace felices es poder contactar con todo tipo de gente…”.Agregó que el Grammy que ganaron es importante pero no lo más relevante. Lo que nos interesa es llevar nuestra música por todo el mundo…Sobre sus diversas influencias explicó que les gusta la música árabe, tradicional de México de sudamárica y de Estados Unidos el funk. Tras comentar que en el grupo existe la diferencia porque  hay blancos, morenos y latinos, finalmente precisó que “somos un club de vatos locos que luchan por la paz en el mundo”.

 Amanecer con Roger Sánchez

 Esa misma noche, uno de los mejores DJ invitados a este espectáculo musical, Roger Sánchez, mostró sus dotes como mezclador para beneplácito de sus seguidores.El estadunidense brilló la mañana del domingo en el mains Stage con un sonido house que recupera la mejor tradición del afrolatin beat con la escencia rítmica de este ritmo nacido en Chicago.Durante poco más de dos horas y ya con el alba despuntando, el disckjockey mantuvo bailando al medio millar de valientes que esperaron su aparición en lugar de José Padilla, quien canceló de último momento su participación.Another chance y Days go bay fueron dos de sus piezas más bailadas por los ravers quienes tambien escucharon sus mezclas rítmicas de discursos como el I had a dream, de Martin Luther King.

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