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Pasillos invadidos por lápidas y asaltantes, en el panteón de Atoyac

 * Elaboran estudiantes muestra de calabazas decoradas con veladoras en la entrada de la ciudad

 Francisco Magaña, corresponsal, Atoyac * Pasillos invadidos y tumbas de hasta dos niveles, es el panorama del panteón municipal de Atoyac, el cual ya carece de espacios suficientes para albergar más criptas, aseguró el panteonero Félix Rea.

Indicó que cada año acuden miles de deudos a arreglar las lápidas de sus familiares hasta con una semana de anticipación a los festejos del Día de Muertos.

Pero consideró que las visitas deberían ser más frecuentes y no sólo en esta temporada, “pues el lugar es invadido constantemente por delincuentes y drogadictos”.

Félix Rea señaló que en estas fechas cientos de personas acuden desde temprano incluso con mariachis y tríos, “algunos traen comida para acompañar a sus parientes” después de la tradicional misa que celebra el párroco del lugar a las 10 de la mañana, cada 2 de noviembre.

Dijo que en Atoyac por tradición los cementerios se decoran con veladoras, flores de cempasúchil y coronas hechas con telas de seda.

Asimismo, en los hogares se elaboran altares en los cuales destaca la flor de bocote, típica de la región en esta temporada, con fotos de los difuntos, así como ofrenda entres las que destacan el mole, la carne de cerdo en chile rojo, picadillo de res, estofado, tamales nejos, atole de arroz de leche, dulce de calabaza, frutas de la temporada y pan de muerto, así como tequila, cerveza y sal.

El 30 de octubre –agregó– ya entrada la noche los hogares donde murieron niños son visitados por amigos de los familiares, “quienes con música de violines reciben a los angelitos que vienen a pasar el día 31 con sus parientes”.

Los minuetos recorren los hogares hasta las 6 de la mañana, hora en que los parientes lanzan cuetes en señal de que llegan, se cantan las mañanitas, así como música melancólica para recordar a los niños.En esta tradición se han incluido elementos contemporáneos, como los festejos de alumnos de diversos planteles escolares que fomentan la tradición con concurso de altares, elaboración de ofrendas.En este año también la ciudad lució diferente por la exhibición de calabazas que decoraron los alumnos del CBTIS 216, la cual iluminó las calles desde el jueves. Las calabazas estaban iluminadas con velas y veladoras, y fueron colocadas en una colina de la entrada a la ciudad, en columnas con base de madera.

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