Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Héctor Manuel Popoca Boone

Chantajes presupuestales, no

 A Don Alejandro Cervantes Delgado, por sus enseñanzas

 Al principio no creí que fuera así. Ni pasaba por mi mente que pudiera haber mala intención. Cuando el gobierno federal empezó a hacer recortes presupuestales a los gobiernos estatales, pensaba, sanamente, que eran por una baja en los ingresos federales, ya que tenemos un sistema fiscal poco consistente en sus aspectos recaudatorios.

En ese entonces, comenzaba a oírse voces que decían que los recortes presupuestales eran una forma de presión del gobierno federal a los gobernadores, para provocar el respaldo político necesario, a fin de coaccionar a los diputados federales a que aprobaran la frustrada reforma fiscal foxiana.

No hubo reforma fiscal y continuaron los recortes presupuestales. Pero hubo un hecho que empezó a parecerme raro. A la par de los recortes, el gobierno federal presentaba subejercicios presupuestales de consideración, es decir, recursos económicos que no ejercía y que representaban más del doble que lo recortado por la tijera hacendaria. La lógica y el sentido común indican que no debe haber recortes presupuestales ahí en donde no se gasta el prespuesto. Empecé a creer que estaban actuando con perversidad.

La malevolencia me fue confirmada a propósito de la reforma eléctrica. Vuelven a ser los recortes presupuestales una arma de presión para que los estados de la República otorguen su visto bueno político para que la inversión privada, que mayoritariamente será extranjera, incursione en la generación y distribución de energía eléctrica en nuestro país.

“Los estados y municipios serán los que más sufran en caso de no prosperar esa iniciativa, ya que las participaciones fiscales estatales disminuirán para destinar los recursos a la modernización del sector energético”. Tales fueron las palabras y el mensaje presidencial dado en una reunión con gobernadores estatales.

Pero por otro lado, lo inicuo de los recortes presupuestales, es el hecho de que más de 20 mil millones de pesos de excedente, han registrado los ingresos que Pemex ha entregado al erario público, en virtud de los buenos precios prevalencientes en el mercado mundial. El secretario Francisco Gil desdice lo anterior y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) a su cargo, continua haciendo recortes presupuestales a los gobiernos estatales, a la fecha suman 42 millones de pesos. Una cosa queda en claro, no hay consistencia y transparencia en la información de los ingresos que recibe el gobierno federal.

El principal problema, irritante y común, que trataron los gobernadores estatales en las tres conferencias nacionales que han tenido, fue precisamente el recorte presupuestal que la SHCP les ha hecho a sus participaciones fiscales. De tal magnitud han sido, que algunos gobernadores le han planteado seriamente al gobierno federal, la devolución de la responsabilidad de atender el sector educativo o de salud, ante las carencias económicas que tienen para afrontar la demanda que la población hace de esos servicios.

De cada diez pesos de ingresos fiscales, en promedio, siete los controla y administra el gobierno federal, dos pesos, los gobiernos estatales y un peso, los gobiernos municipales. De ahí la gran dependencia económica de todos respecto del gobierno federal. Es justo reconocer que los gobiernos estatales y municipales tienen facultades recaudatorias que no han hecho uso de ellas, porque cobrar impuestos implica un costo político que no desean asumir.

Los recortes presupuestales acumulados que Guerrero ha sufrido durante la era foxiana ascienden a mil millones de pesos. Quizás para algunos estados ricos, dicho monto no sea importante y preocupante; pero para nosotros, en estas tierras del sur, de pobreza y miseria atroz, es todo el dinero del mundo. Somos de los tres estados que más recortes han sufrido. Definitivamente no meremos eso.

Tamaña reducción de recursos económicos, provoca que disminuya de manera significativa el margen de maniobra de los gobiernos estatales, no nada más para impulsar el desarrollo, sino también para mantener la gobernabilidad. Por lo que respecta a la Secretaría de Desarrollo Rural a mi cargo, está reducida a su mínima expresión en lo funcional y operacional. Definitivamente es jugar con fuego. Porque como dice René Juárez, de la ingobernabilidad a la inseguridad pública regional y nacional sólo hay un paso.El gobierno federal debe buscar el consentimiento de los gobiernos estatales y consensuar sus propuestas de reformas estructurales nacionales mediante el diálogo y el convencimiento. El tratar de hacerles “manita de puerco” con los recortes presupuestales no es sano ni juicioso ¿O usted qué cree?PD.–Florencio Salazar Adame exuda por cada uno de los poros de su piel rencor y resentimiento contra René  Juárez Cisneros. En el fondo no le perdona que le haya ganado la carrera a la gubernatura estatal y además, lo culpa de que el PRI no lo haya elegido como candidato a senador. Eso hace que sus análisis políticos sean extremosos y guarden poca objetividad. Poco falta para que le recrimine al gobernador de que llueva o deje de llover. En política, el detalle está en los matices.

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