Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Eduardo Castañón Suárez

El PRD en cifras y algo más

 En 1989 el PRD llega y se instala en Guerrero. A su inicio incipiente y con poca presencia pero ya de cajón posesionado en ese año de varios municipios de la entidad, comienza su cruzada por tierras surianas. Y es que para las elecciones celebradas ese año el PRD obtuvo la victoria en ocho municipios, tres de ellos en Tierra Caliente: Ajuchitlán del progreso, Cutzamala de Pinzón y Zirándaro; tres más en La Montaña: Alcozauca de Guerrero, Metlatónoc y Xochihuehuetlán; y dos más en Costa Grande: Petatlán y Tecpan de Galeana. Estos ocho municipios representaban 11 mil 790.30 km2 de extensión territorial, en cuanto a su población, gobernaba para 236 mil 603 habitantes apenas el 9.03 por ciento de la población total del estado según las cifras del INEGI.

Para 1993, año de nuevas elecciones, el PRD obtuvo el triunfo en seis municipios conservando Alcozauca de Guerrero en la Montaña y Zirándaro en Tierra Caliente. Los otros cuatro municipios en los que gobernó por primera vez fueron: Atoyac de Alvarez y Coahuayutla en la Costa Grande, Malinaltepec en La Montaña y Teloloapan en la Zona Norte. Aunque en esas elecciones perdió Tecpan y Petatlán importantes cabeceras en costa grande, los canjeó por Atoyac y Coahuayutla. Y fue precisamente con el gobierno de María de la Luz Núñez Ramos en Atoyac y la práctica del municipio libre cuando el PRI inicia su salida a cuenta gotas del escenario político guerrerense con Rubén Figueroa a la cabeza. Para ese entonces el PRD gobernaba en 9 mil 785.20 Km2 y a 194 mil 387 habitantes.

Es 1996 un año crucial para el partido del sol azteca. De seis municipios que obtuvo en el 93 incremento su cuota en 300 por ciento obteniendo el triunfo en 18 ayuntamientos de la entidad, por lo que gobernaría a 504 mil 650 habitantes ubicados en una extensión territorial de 15 mil 467 km2. Su presencia política en quedó distribuida en Tierra Caliente con Ajuchitlán, Cutzamala y Pungarabato. La Montaña con Alcozauca, Malinaltepec, Metlatónoc y Xochihuehuetlán; la Zona Norte con Apaxtla, Cocula, Iguala y Teloloapan. La Costa Chica con Azoyú, Cuajinicuilapa, Florencio Villareal, San Luis Acatlán. La Costa Grande con Benito Juárez (San Jerónimo) y Coahuayutla. La Zona Centro con Juan R. Escudero (Tierra Colorada). Los triunfos obtenidos en ese año seguramente se vieron favorecidos por el desequilibrio interno que sufrió el PRI por el caso Aguas Blancas y la salida de su líder de Casa Guerrero. La corriente democrática hacía justicia y demostraba a todo México que en Guerrero el PRD era la opción del cambio.

Fue 1999 un año de sorpresas para Guerrero y la elite política nacional. El PRD ya le pisaba la sombra al PRI en Acapulco, pues en las elecciones de 1996 el partido del sol obtuvo 47 mil 90 votos contra 54 mil 188 del PRI, una diferencia de 7 mil 98 votos a favor de este último. Al parecer era cuestión de apretar en donde los cuatro alcaldes priístas se equivocaron durante el trienio 96-99. Las metidas de pata y las borracheras de Juan Salgado en el momento de la tragedia de Paulina y sobre todo la ineptitud del ayuntamiento en pleno para resolver los grandes problemas que dejó el huracán, influyeron en los ciudadanos para emitir el voto de castigo en contra de los candidatos del PRI y a favor de la planilla de Zeferino Torreblanca la cual no sólo obtuvo los 7 mil 98 votos para empatar al PRI sino que lo rebasó con 3 mil 913 votos. En esa ocasión el PRD obtuvo el 51.81 por ciento contra el 42.62 del PRI del total de los votos efectivos. La historia estaba escrita, las aves de rapiña abandonaban Acapulco. Para el trienio de 99-02 el Partido de la Revolución Democrática gobernaba Acapulco; Alcozauca y Malinaltepec en La Montaña, repetía con Apaxtla y Teloloapan además de adjudicarse Buenavista de Cuéllar y Copalillo en la Zona Norte; en Costa Chica se adjudicó Ayutla y Cuautepec; repitió en Juan R. Escudero y se llevó Quechultenango y Tixtla en la Zona Centro. Sólo Coahuayutla le salvó de perder presencia en la Costa Grande. La superficie gobernada en ese periodo por la mancha amarilla era de 12 mil 669.60 km2, poblada por 872 mil 461 habitantes el 33.29 por ciento de la población del estado.

 Elecciones y triunfos 2002

 En este año que ya casi termina, el proceso electoral sin duda fue agotador para algunos y apasionante para otros. Al iniciar el año el divisionismo latente del PRI se acentuó más con la candidatura sospechosa de Ernesto Rodríguez Escalona en Acapulco. Por su parte, el PRD que en ocasiones no canta mal las rancheras, hacía gala de su propio divisionismo interno pues en plena contienda política y con todas las miradas atentas al proceso electoral, había reproches a la candidatura de López Rosas y a su planilla. Con el ejemplo de Acapulco, la lucha de campaña política en todo el estado de Guerrero se tornaba dura y llena de sorpresas. Al finalizar la contienda electoral el pasado 6 de octubre y con la evidente victoria en Acapulco de López Rosas, el PRD volvió a cimbrar a la elite estatal y nacional al conservar Acapulco y ganar para su causa Zihuatanejo y recuperar el municipio de Iguala. Aunado a lo anterior logró 12 curules en el Congreso del Estado. Con estos triunfos, el PRD le arrebató parte del poder económico, demográfico y político al PRI y a Juárez Cisneros. Las cifras en el reparto geográfico para este trienio quedaron como sigue: para el PRD, 30 municipios. Seis en Tierra Caliente: Zirándaro, Tlalchapa, Ajuchitlán, San Miguel Totoloapan y Acapetlahuaya. Seis más en Costa Grande: Coahuayutla, La Unión, José Azueta, Petatlán, Benito Juárez y Coyuca de Benítez. Otros cuatro en la Zona Norte: Teloloapan, Ixcateopan, Iguala y Tepecoacuilco. Dos en la Zona Centro: Chilapa (en coalición con el PT) y Quechultenango. Tres en Costa Chica: Tecoanapa (en coalición con el PT), San Luis Acatlán y Copala. Nueve en La Montaña: Acatepec, Tlacoapa, Malinaltepec, Metlatónoc, Alcozauca, Copanatoyac, Cualac, Xochihuehuetlán y Cuetzala. Y por último Acapulco. Fuera de toda especulación el PRD gobernará a un millón 701 mil 363 habitantes. Esto es, el 55.25 por ciento de la población total del estado.

El furor político que hasta estos momentos ha desatado el PRD en la sociedad no es eterno. Aunque las tendencias muestran un PRD encumbrado y apuntando hacia Casa Guerrero, la moneda sigue en el aire. Ya un candidato comentaba: “Las elecciones se ganan con el voto”, y ¿cómo ganará el partido del sol azteca esos votos? Si bien es cierto que la administración municipal de Zeferino Torreblanca ayudó, en el caso de Acapulco, a la ciudadanía a concientizar su voto, en las administraciones públicas venideras adjudicadas al PRD una mala imagen política, administrativa, social y financiera de los municipios en que gobernará dará al traste con todos los éxitos logrados hasta ahora. Por consiguiente, la dirigencia local y nacional no debiera apostar al buen papel que puedan desempeñar las autoridades públicas en los municipios y estados que gobierna para garantizar el voto. Para el caso el buen gobierno transparente, incluyente, político y social será un valor agregado en la conservación del poder político y crecimiento del Partido de la Revolución Democrática.

Hoy la sociedad se muestra más observadora y calificadora de la administración pública porque quizás al fin ha comprendido que los recursos monetarios que maneja el gobierno provienen de su bolsillo. Pareciera que el “votar por el que sea al fin que son los mismos” va pasando a la historia. El concientizar el voto a través de la evaluación de la obra pública es sinónimo de madurez política en la sociedad. En el caso de Guerrero el “partido cercano a la gente”, si es que quiere preservar su presencia, deberá trabajar mucho en la labor social y política independientemente de la tarea que les toque a las autoridades municipales y estatales. Deberá ser el enlace entre cada uno de los municipios que gobierna de manera que las experiencias administrativas, jurídicas, financieras y sociales en las que han tenido éxito algunos ayuntamientos sean compartidas con los de nueva adjudicación y los que ya posee. Nuestro estado vive aún en un gran atraso social. El pueblo no quiere promesas de campaña, quiere soluciones reales a problemas reales. El pueblo necesita pulirse y cualquier partido político puede hacerlo. La ignorancia engendra ignorancia. El conocimiento engendra calidad de vida. Si el PRD quiere la gubernatura deberá reorganizar su estructura política, colocar al frente a sus hombres más capaces, involucrarse y poner sus ojos en la sociedad. Las prácticas del famoso “me toca a mí” deberán erradicarse. El próximo año electoral más que considerarse ganado por cualquier partido político, dejará al descubierto las deficiencias de unos y las virtudes de otros. Ni PRD ni PRI pueden apostar al número de población o municipios que en esos momentos gobiernen pues ambos estarán en las mismas condiciones en torno a la influencia política que ejercen en el estado. El PRI por su lado, se apoyará en la estructura del gobierno estatal con René Juárez a la cabeza; mientras que el PRD sustentará su lucha basándose en la estructura municipal de Acapulco, Zihuatanejo e Iguala. Así el panorama, todo parece indicar que en el mejor de los casos, las coaliciones entre partidos serán temas interesantes en la agenda política estatal. Las dirigencias locales del partido del sol deberán trabajar duro en la labor social y política en los municipios que en los próximos meses gobernará, no pueden ni deben descuidar un solo metro de tierra. Al mismo tiempo, deberá insistir y cuidar que los ayuntamientos que le representarán practiquen gobiernos transparentes en las finanzas, incluyentes y democráticos para con la sociedad. Si el PRD quiere dirigir Guerrero, deberá ganar en las próximas elecciones para diputados federales cuando menos los distritos 1, 3, 5, 9 y 10 en donde hasta el momento tiene mayor influencia. El distrito 2 con Iguala de por medio será para PRD y PRI la manzana de la discordia. Alguna vez Henry Ford dijo “si crees que fracasarás, estás en lo cierto”.  * El autor colaboró en la Coordinación para la adhesión de las mujeres en la campaña de Alberto López Rosas.  [email protected]

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