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CORRILLOS

 * Gritos y política en el Poder Judicial

 Las actividades de asesoramiento jurídico en que se ha incolucrado el magistrado Miguel Barreto Sedeño con su partido, el PRI, han avivado las pugnas entre los dos grupos que se disputan el control del Poder Judicial: el que encabeza el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Raúl Calvo Sánchez, y por el otro, el del magistrado Luis Camacho Castañón.

El pasado viernes 11, antes de la sesión del pleno del Tribunal –en el antiguo edificio del Congreso local–, Camacho Castañón se acercó a Calvo para plantearle que en el orden del día se incluyera el caso de Barreto Sedeño, quien el martes 8 fue sorprendido por reporteros de El Sur en las oficinas de la denominada Casa de la Defensa del Voto Jurídico del PRI estatal, ubicadas en la colonia CNOP.

Barreto junto con la consejera estatal electoral suplente, y funcionaria del Congreso local, Guadalupe Pavía Miller, fueron sorprendidos elaborando los recursos de impugnación que presentaría la dirigencia estatal del PRI en busca de revertir los resultados en más de 30 municipios y 12 distritos donde sus candidatos fueron derrotados por los del PRD, PAN y PT en los comicios del domingo 6 de octubre.

Calvo Sánchez contestó a Camacho Castañón que no había motivo para que su propuesta se discutiera en el pleno porque Barreto ya había solicitado permiso de cinco días –a partir del 7 de octubre– y le explicaba que la Ley Orgánica del Poder Judicial establece que sólo cuando los permisos sean por un periodo de 15 a 30 días tiene que autorizarlos el Congreso local.

Sin embargo, Camacho le insistía en que el asunto se sometiera al pleno, y entonces la discusión llegó a los gritos al punto de llamar la atención del  resto de los magistrados que estaban ya ubicados en sus sillones. Servando Alanís Santos, quien forma parte del grupo de Camacho, leía la Ley Orgánica del Poder Judicial, y se percató de que Calvo Sánchez tenía razón.

“¡A mí no me grites!”, escucharon algunos magistrados que le dijo Camacho Castañón a Calvo Sánchez.

Y luego abiertamente Camacho retó a golpes a Calvo quien fingió no escuchar lo que le gritó su colega y tranquilamente se dirigió a su sillón y, como si nada hubiera pasado, dio por comenzada la sesión del pleno.

Al parecer, al grupo de magistrados que encabeza Camacho le molestó que Calvo Sánchez haya hecho declarado a los medios de comunicación que Barreto Sedeño tenía permiso por cinco días, lo que para ellos fue interpretado como una defensa del presidente del TSJ al magistrado supernumerario dedicado, en horas de trabajo, a tareas partidistas.

Pero esta no es la primera vez que se enfrentan magistrados del grupo de Calvo Sánchez con los que encabeza Camacho Castañón, quien es uno de los más veteranos en el Poder Judicial, pues desde el gobierno de Alejandro Cervantes Delgado ha repetido como magistrado y desde entonces ha sido ratificado como presidente de la Sala Penal.

Otra discusión que igualmente por poco llega a los golpes se escenificó en el restaurante La Casona –ubicado a tres cuadras del TSJ– cuando el camachista Servando Alanís y el recientemente nombrado por el Congreso como magistrado supernumerario, Miguel Barreto Sedeño discutieron airadamente luego de que Barreto presumió de  su buena relación con el gobernador René Juárez Cisneros.

Y es que, dicen algunos magistrados, el ex subprocurador de Justicia y denunciado por los partidos de oposición como “mapache electoral” en el gobierno del extinto José Francisco Ruiz Massieu, llegó al TSJ con aire de perdonavidas.

Es por eso que el grupo de Camacho Castañón aprovechó lo publicado el miércoles 9 en El Sur y en el periódico de circulación nacional Reforma para poner en evidencia al recomendado por el gobernador, y quien no es bien visto en el mundo de los jueces y magistrados que lo consideran un político convertido en impartidor de justicia.

Y es que en los últimos meses –después de la inhabilitación de los magistrados Jesús Martínez Garnelo y Miguel Maya Manrique así como de la juez, María del Pilar León Flores por haber dejado libres a un secuestrador– las diferencias en el Tribunal Superior de Justicia al parecer se dirimen a gritos, mentadas y amagos de golpes.Así, cuentan que a principios de este año, Camacho Castañon también retó a golpes a su colega Salvador Alarcón Memije porque éste siempre se oponía a los dictámenes de los proyectos de resolución de recursos de apelación de la Sala Penal que preside Camacho.Es por eso que Alarcón Memije –quien es familiar del ex procurador de Justicia y actual subprocurador de la PGR, Carlos Vega Memije– solicitó al pleno del TSJ su cambio a la Sala Familiar, al lado del figueroísta Fermín Alvarado Arroyo quien preside esta Sala, y que también llegó a la magistratura por la vía de la política y no del ejercicio de la abogacía en juzgados y tribunales.Así están las cosas en una institución que debiera ser ejemplo de moderación, y cuyos miembros debieran distingurise por su rectitud y honorabilidad.

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