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Esperan daminificados del albergue de la Unidad Deportiva de Chilpancingo la entrega de sus nuevas casas

La situación es incierta, pero confían en que el gobierno estatal cumpla con la fecha propuesta de junio, para que sean reubicados en la unidad que se construye al sur de la capital

 

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

Carlota Reyes Sandoval, de 75 años de edad, no tiene a ningún familiar cercano, el único era su hijo, Jesús Martín Granados, pero se lo mataron en un asalto hace 19 años cerca de Tlacotepec. Por eso hoy nadie la visita en el albergue instalado en la Unidad Deportiva de Chilpancingo, a donde fue a dar después de que el agua se llevó su casa que estaba a orillas del Huacapa, en la colonia Bugambilias, en septiembre del año pasado.
Su situación es incierta. Incluso, algunos de sus compañeros, en son de burla, le han dicho que a ella no le van a dar casa en la unidad habitacional que se construye para los damnificados, al sur de la ciudad. Le dicen que la van a llevar directo a un asilo de ancianos, pues no tiene quien la respalde.
“Si no me toca, Dios es muy grande, de alguna forma me ha de ayudar. Que quiere que le haga yo. Ni modo”.
Doña Carlota fue entrevistada el mediodía del 23 de mayo, en las instalaciones de la Unidad Deportiva Chilpancingo, sentada en medio de botes de agua, colchonetas y ropa amontonada a la entrada de la cancha de básquetbol, que sirve de albergue para las familias damnificadas por las lluvias de septiembre del año pasado.
Aquí, junto con doña Carlota, hay 135 personas de 33 familias, entre mujeres, hombres y niños que perdieron sus casas y todas sus pertenencias durante las lluvias de la tormenta tropical Manuel.
Con sus 75 años a cuestas, doña Carlota se apoya en una andadera para caminar, y durante los casi 9 meses que lleva en este albergue ningún familiar ha ido a visitarla, contaron sus compañeros de albergue.
Además, la misma anciana explicó que su único familiar directo y cercano era su hijo Jesús Martín Granados, a quien mataron hace 19 años en un supuesto asalto, cuando en una camioneta del servicio público se dirigía a Tlacotepec a visitar a unos familiares.
Entre sollozos, al recordar a su hijo muerto, manifestó que si él viviera “otra cosa sería, estuviera yo con él, no estaría aquí sufriendo las incomodidades, pues aunque nos atienden bien y nos traen comida todos los días, no hay como estar en la casa de uno”, dijo.
Reyes Sandoval es originaria de Corinillas, municipio de San Miguel Totolapan, región de Tierra Caliente, pero hace más de 10 años se vino a vivir a Chilpancingo, pues en su pueblo ya no le quedaban familiares que la ayudaran. La mayoría emigró a la ciudad de México, en donde también vivía su hijo Jesús Martín, de donde viajó hace 19 años para visitar a unos familiares en Tlacotepec, cuando lo mataron y doña Carlota se quedó definitivamente sola.
Cuando se vino a vivir a Chilpancingo, tomó un terreno en la zona federal, a orillas del río Huacapa, en la colonia Ampliación Bugambilias, al norte de la ciudad. Sin embargo, el destino le tenía reservada una nueva tragedia, pues la mañana del 15 de septiembre su casa fue arrastrada por el agua con todas las pertenencias que tenía dentro.
“Yo no vi cuando se la llevó el agua, yo me había salido antes a un albergue, y cuando regresé la mañana del 15 de septiembre, para ver cómo estaban mis cosas, vi que ya no estaba mi casa, no había nada”.
Carlota Reyes dijo que ella no cree que el agua se haya llevado su casa, “yo más bien creo que me la tumbaron con una de esas máquinas que les dicen mano de chango (trascabo), ¿pues cómo es posible que la haya tirado el agua si estaba bien plantada?”.
Sin embargo, está resignada, incluso si no le dan casa en la unidad habitacional que se construye al sur de la ciudad para los damnificados, “Dios es muy grande, me ha de ayudar”, manifestó.
La anciana dijo que ya quiere regresar al lugar donde vivía, “aquí tenemos todas las atenciones, no nos tratan mal, incluso nos dan de comer todos los días, pero no es como estar en la casa que es de uno, allá (en su colonia donde vivía) tenía yo mis gallinas, mis perros y mis gatitos que me hacían compañía. También tenía muchas plantas con las que me entretenía, por eso en caso de que no me toque casa, me voy a regresar allá”, insistió.
Explicó que ella no sabe si le van a dar casa, porque no asiste a las reuniones, “yo ya casi no puedo andar, solamente me muevo en taxi y para eso se necesita dinero, pero no tengo, por eso ahí lo que Dios quiera, si no me dan ni modo”, expresó con resignación.
En este albergue aún quedan 33 familias y 135 personas, entre mujeres hombres y niños.
El encargado, Alberto Bautista Blanco, informó que no existe certeza de que a todas las familias les va a tocar casa, porque no a todas las censaron y como consecuencia no cuentan con su folio, “pero el presidente municipal Mario Moreno Arcos nos dijo que a quienes no les den casa, él los va a apoyar con un terrenito para que ellos construyan sus viviendas”.
Sin embargo, agregó que es seguro que a la mayoría les van a dar casa, pues de las 33 familias, unas 30 fueron censadas y cuentan con folio. Agregó que la mayoría de las familias ya están ansiosas por salir de aquí, “porque no hay como estar en tu propia casa, y aquí hay muchos problemas internos”.
Informó que, incluso, la noche del jueves la Policía Federal se llevó detenido al damnificado Antonio Benítez Guerrero, porque se peleó con una pareja a la que estaba filmando cuando estos estaban platicando, “le reclamaron que por qué los filmaba y aquél les respondió de mala manera, les dijo que él tiene que tener pruebas de todo, porque en el albergue no se hace nada sin que él sepa”, dijo que los agraviados llamaron a la Policía Federal y se llevaron detenido a Antonio y al otro con el que discutió, pero éste contó con el respaldo de la mayoría de los damnificados que atestiguaron a su favor, por lo que sólo se quedó detenido Antonio Benítez.
Alberto Bautista informó que el detenido es una persona muy conflictiva y que cuenta con muchas denuncias en su contra, porque toma fotografías o filma con su celular a los niños cuando estos se están bañando. Agregó que también ha querido meterse a los baños de las mujeres, por lo que muchas familias fueron a pedir que no lo dejen libre, porque si no, regresará más agresivo al albergue y es seguro que ejercerá venganza en contra de quienes lo denunciaron.
Dijo que, incluso, la mujer a la que grabó cuando platicaba con su marido, está embarazada y resultó lesionada al ser jaloneada por el tipo, por lo que al mediodía del viernes 23 de mayo aún estaba hospitalizada.
Agregó que por estos conflictos y por las incomodidades, como la falta de agua, a veces hasta para bañarse, ya quieren irse pero que tienen que esperarse hasta que les entreguen las casas.
Alberto Bautista Blanco manifestó que esperan que las autoridades de los tres órdenes de gobierno cumplan su promesa, de que será el 15 de junio próximo cuando les entreguen las casas, “por lo menos hasta ahorita sigue la promesa en pie, no nos han dicho otra cosa”.
Si las autoridades cumplen con el plazo prometido, seguramente será hasta entonces cuando se sepa si doña Carlota Reyes Sandoval recibirá su casa o regresará al lugar donde vivía, antes de las lluvias de septiembre del año pasado.

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