Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Alfredo Arcos Castro

Legitimidad cuestionada

 En toda democracia la aceptación es indispensble tanto para alcanzar el poder como para conservarlo. En la democracia son los ciudadanos quienes eligen y evalúan a los gobiernos, nadie mas tiene la facultad de hacerlo. Los procesos electorales como legitimidad de origen garantizan que los gobernantes tomen decisiones consensuadas, sin embargo puede perderse si se gobierna mal y los resultados pueden ser catastróficos. Pensar que la legitimidad democrática es eterna es un grave error. Para mantener el poder los gobernantes deben ganarla día tras día.

El mayor o menor nivel de la democracia de un gobierno depende del grado de legitimidad. Todos sabemos que la democracia es un proceso constante y permanente, la legitimidad puede ir de más a menos y de menos a más. Lo más usual es que los gobernantes empiecen su gestión con mucha legitimidad –y seguramente con mucha esperanza– y con el paso del tiempo la van perdiendo. Frente a todo esto podemos concluir que la democracia tiene que ver mucho con la legitimidad, esto es, a mayor grado de legitimidad, mayor grado de democracia; lógicamente, a menor grado de legitimidad, menor grado de democracia.

Sin duda, los procesos electorales no son toda la experiencia democrática sino apenas una pequeña parte de ella. El proceso de la democracia inicia apenas con la elección o designación de los representantes políticos, proceso que se fortalece si después de ello hay una participación permanente entre gobierno y ciudadanía. Lo contrario sería la perdida de legitimidad y por ende la necesidad de iniciar un nuevo proceso que garantice la elección de nuevos gobernantes con mayor responsabilidad. Esto confirma la tesis de que la democracia es un proceso permanente y que sufre altibajos dependiendo de la química que se dé entre el gobierno y los ciudadanos.

El ejemplo que nos pueder servir para comprender mejor lo anteriormente dicho es el caso del gobierno del estado de Guerrero. Un gobernante que asumió el poder con amplio margen de legitimidad, incluso una de las votaciones más altas en la historia política del estado. Sin embargo, al paso del tiempo, ésta fue de más a menos. Este fenómeno lo podemos comprobar con el fracaso del PRI en los procesos electorales para elegir presidentes municipales y diputados locales. Se podrá decir y argumentar muchas cosas para tratar de atenuar la crítica al gobernador, pero en la práctica todos tenemos conocimiento de que él es el responsable político de su partido, y por lo consiguiente los resultados obtenidos tienen que ver con el ejercicio del poder practicado durante estos tres años de gobierno. No cabe duda que la imposición y la mala administración del gobierno fueron las causas que influyeron para que los ciudadanos votaran en contra del PRI.En este caso, el mensaje de los ciudadanos a través de su voto fue que el PRI no está haciendo las cosas bien y que sus gobernantes no cumplen con las demandas de  la ciudadanía, no han satisfecho en gran medida las necesidades de su pueblo. La democracia es un proceso continuo, constante, permanente, en donde la legitimidad es central, si se pierde de vista este binomio las cosas pueden ser adversas. Simplemente hay que ver lo que sucedió este 6 de octubre en donde el PRI prácticamente se derrumbó, incluso los resultados electorales apuntan a que el próximo gobierno del estado de Guerrero sea de la oposición. Usted que piensa amable lector.

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