Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Alejandro Díaz Garay

Un Congreso plural

En una inédita sesión el Consejo Estatal Electoral (CEE) resolvió asignar 17 de las 18 diputaciones plurinominales a las seis fuerzas políticas más importantes de Guerrero, quedando acéfalo un escaño, que lo deseaban todos: PRI-PVEM, PRD, PAN, CD y PT.

La nueva correlación de fuerzas quedó de la siguiente manera: PRI con 22 diputaciones, PRD con 18, PAN con 2 y CD, PT y PAS con una diputación cada uno. En total suman 45 curules.

Resalta el que el PRI haya perdido ocho diputaciones de las 30 que posee en la 56 Legislatura, pero más significativo resulta el no poder alcanzar siquiera la mayoría simple (50 por ciento más uno).

No queda claro el criterio que utilizó el CEE para haber declarado desierta una diputación, aunque matemáticamente resulta más fácil lograr mayoría de 45 que de 46. Un ejercicio elemental lo dice todo. Si el PRI tiene 22 votos que impulsen una iniciativa del gobernador, requeriría de un solo voto para obtener mayoría en la 57 Legislatura. Si por el contrario hubiese sido asignada la pluri número 18, para obtener mayoría el PRI requeriría del apoyo de su bancada más dos votos.

Es claro que este escenario le conviene al Ejecutivo estatal, quien probablemente opine que del mal, el menor. De cualquier manera, esta nueva composición marcará una clara frontera entre los poderes Ejecutivo y Legislativo.

Una de las asignaturas pendientes es la realización de una reforma política del Estado que permita hacerle frente a las profundas y crecientes desigualdades sociales en lo económico y en lo político.

En el nivel federal en 1997 se tuvo una legislatura plural sin mayoría de ninguna fuerza, esta se mantuvo en el 2000, y ha sido fructífera la recomposición de las fuerzas políticas, siendo un freno al poder omnipotente del que gozaban los presidentes del país en el pasado, poder que no estaba exento de abusos, desvíos de recursos y endeudamientos impagables.

En el nivel municipal desde 1999 Acapulco fue ejemplo para el estado de Guerrero, al contar con un cabildo plural, que se tradujo en menor corrupción, asignación más eficiente de los recursos y mayor obra social.

A partir del 15 de noviembre se renovará el poder Legislativo y empezará con la aprobación de la ley de ingresos y el presupuesto de egresos de la entidad para el 2003, así como las correspondientes a los 76 ayuntamientos recientemente electos, mismos que entrarán en funciones a partir del 2 de diciembre del presente año.

La alternancia que vive actualmente Guerrero está siendo capitalizada por el PRD en detrimento del PRI, que representa la herencia del viejo sistema político.

Detrás de la mancha amarilla se ha situado un ente cuya fuerza resulta imperceptible fuera de las coyunturas, pero que hace acto de presencia a menudo observando formas de organización diferentes a las acostumbradas. Lo hizo en 1968 en un movimiento estudiantil, demostró su solidaridad y gesto humanitario en 1985 con el temblor –contrario a la clase política que resulta ser fría, calculadora y de doble discurso; en 1988 demostró que sí era posible el cambio, pero le fue negado su ascenso al poder; en el 2000 logró derrocar al viejo sistema político entregándole la estafeta a un falso Mesías que aun no logra entender que se debe mandar obedeciendo –ni lo entenderá jamás.Esa fuerza que a veces despreciamos empieza a ser la fuerza motriz del cambio de mentalidad, del cambio de concebir al poder. Es la sociedad civil la que ha hecho posible las contundentes victorias del PRD; no entender esto producirá un descontento en cadena y lo que tanto tardó en llegar se esfumará de la noche a la mañana.El gran reto es hacer de la sociedad civil una sociedad política y en esta fase nadie mejor que Antonio Gramsci podría ilustrarnos sobre el momento que vive la democracia en Guerrero. Enhorabuena.

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