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Guadalupe Eguiluz, las dificultades adicionales de una mujer candidata

  * Venció a la campaña de descalificaciones y calumnias para demostrar que no tiene ambición de poder y que le interesa gobernar para buscar un cambio y para servir, explica en entrevista

 Maribel Gutiérrez n Guadalupe Eguiluz Bautista, presidenta municipal electa de Tlalchapa, postulada por el PRD, será la primera mujer que gobierne este municipio, y es una de las dos mujeres que estarán el frente de alcaldías en el próximo trienio en Guerrero.

Entrevistada sobre las dificultades adicionales que tuvo por su condición de mujer para ganar la elección, expone que se enfrentó a muchos obstáculos, desde la resistencia de quienes decían que ¿cómo va a gobernar aquí una mujer?, hasta ataques en los periódicos locales que desconocían sus méritos propios y decían que su candidatura era una imposición de su esposo, el presidente del Comité Ejecutivo Estatal del PRD, Martín Mora Aguirre. Al final, ganó, y estima que fue con el voto mayoritario de las mujeres.

Tlalchapa, en la región de la Tierra Caliente, es uno de los municipios más pequeños del estado, con una población aproximada de 22 mil habitantes y 9 mil 500 electores.

Aquí, Guadalupe se propone concentrase en resolver las demandas de obras públicas, que han sido prácticamente abandonadas por los gobiernos priístas.

–Se sabe que el PRD tuvo muy pocas candidatas mujeres a presidentas municipales.

–Sí, fuimos dos, la candidata en Zitlala y yo.

–¿Cómo fuiste electa y a qué problemas te enfrentaste por ser mujer?

–Fui electa en una convención municipal, concurrida, participatva. La dificultad se presentó por la división del partido por corrientes, que hacen una guerra sucia de descalificaciones, de difamaciones en la campaña interna; pero este problema se superó y mi contendiente, J. Carmen Olascoaga Salmerón, que no tiene corriente pero lo impulsó el M-27, se sumó después a la campaña.

–¿Te atacaban porque eres mujer?

–Me atacaban por el tiempo de lucha, decían que era cacique del PRD, que querían gente nueva, que ya dejáramos de estar al frente del partido.

“Yo decía que era incongruencia, porque su corriente (el M-27) tenía los mismos 13 años que nosotros en la lucha.

“Las caras nuevas van a depender de la gente que se interese en el proyecto. En Tlalchapa, muchos compañeros sólo se acuerdan del PRD en tiempos electorales, se dedican a sus negocios y profesiones y llegan en el momento de las candidaturas y quieren un partido abierto.

“Yo creo que no es democracia que se trate de marginar a los que estamos luchando desde hace mucho tiempo. Necesitamos abrir las puertas y que llegue gente nueva, pero no a condición de que se vayan los viejos”.

–¿Qué opinas de que el PRD sólo tuvo dos mujeres candidatas a alcaldesas?

–Es lamentable, porque las mujeres debemos participar más.

“No coincido en que se nos otorguen los espacios a las mujeres de manera gratuita. Si no tenemos más espacios es que nos ha faltado participar. Esto se debe a que no todas estamos decididas a abandonar a los hijos, porque participar en política significa a veces abandonar a la familia, sales y no sabes si tus hijos comieron, te vas y están los niños dormidos, regresas y están dormidos. Somos pocas las que nos decidimos.

“En el momento y en el lugar en que vivimos se considera como obligación de la mujer atender las cuestiones del hogar. No hemos cambiado en eso.

“Creo que el primer obstácuo para que una mujer participe es el esposo porque no ayuda para que la mujer se desarrolle en otra actividad más que la casa, si el hombre compartiera la labor de la casa habría más mujeres que participan”.

“Los hombres siempre tratan de estar en los espacios de dirección y de elección. La mujer tiene que luchar, primero con el esposo, después con los compañeros y con la sociedad.

“En Tlalchapa había compañeras que decían que cómo iban a estar gobernadas por una mujer”.

–¿En la campaña tuviste problemas de discriminación por tu condición de mujer?

–Recibí ataques de parte de la prensa, que considero son actos discriminatorios, decían me impuso Martín, como si yo no tuviera méritos propios. Se me difamó de esa forma en casi todos los medios, se me tildó de imposición de Martín.

“Al final creo que votaron más mujeres por mí por el hecho de que soy mujer. En las visitas domiciliarias les daba las razones para que nos apoyemos entre nosotras, les hablaba de los problemas que tenemos de género, y creo que en la votación tuve más apoyo de las mujeres”.

“En la campaña me enfrenté a tres cosas: Primero, la prensa me atacó mucho, voceaban diario los periódicos, decían que fui impuesta, que he vendido movimientos, plantones, que me he hecho rica de la política. Pienso que eran notas pagadas por el candidato del PRI.

“También me enfrenté a la estructura del gobierno municipal, desde el presidente, los vehículos, haciendo campaña, comprando voto con recursos del ayuntamiento, porque el presidente personalmente los entregaba, invirtió al menos un millón de pesos, que es la participación municipal de septiembre.

“En tercer lugar me enfrenté a la gente del M-27, que realmente nunca se sumó a la campaña; hacía contracampaña.

“Hubo una guerra sucia con volantes anónimos, salía uno todos los días, amanecían en las casas, me pusieron la Malinche, me atacaban porque nací en Cutzamala, sacaron un volante con ocho razones para no votar por Guadalupe en Tlalchapa.

“Fue una campaña muy agresiva, costó mucho trabajo luchar contra esa campaña, fue agresiva, sucia, pensé que mis adversarios eran caballeros, pensé en una campaña de respeto, pero aparte de la guerra sucia en volantes y medios manejaron una campaña agresiva, principalmente los panistas con ataques personales.

“Esa campaña dio como resultado menos votos de los que esperábamos. Esperábamos ganar por lo menos con 500 votos de diferencia, pero no alcanzamos esa ventaja. Mucha gente se dejó llevar por las descalificaciones, se desmoralizaron con las calumnias, o se dejaron llevar por la compra del voto”.

–¿Qué hiciste para combatir esa campaña?

–Nosotros trabajábamos de 5 de la mañana a 12 de la noche o 2 de la mañana. Trabajamos tres veces más que los del PRI y del PAN.

“Yo resistí por la necesidad de demostrarles que lo que decían es falso. No podía retirarme, porque una derrota significaba que lo que se decía podía ser cierto. Tenía que ganar para desmentir esos ataques que decían que yo tenía ambición de poder. Yo no tengo ambición de poder, tengo  vocación de servicio, estamos luchando por un proyecto diferente, queremos demostrar nuestras intenciones de cambiar, de servir, de trabajar”.

–Ya habías sido candidata a presidenta municipal.

–Sí, había sido candidata a presidenta en 1996. Fui diputada local de 93 a 96, y pedí licencia para buscar la Presidencia Municipal en 96, que perdí por 114 votos. Ahora gané por 163 votos, tuve 2 mil 283, el PRI 2 mil 120 y el PAN 931.

–¿Ahora fue más fácil para ti que en la campaña anterior?

–No, esta campaña fue 10 veces más difícil, fue muy agresiva.

Estudiante, empleada pública, agricultora, bracera, perredista, diputada y alcaldesa

La única presidenta municipal que tendrá el PRD en Guerrero y una de las dos en el estado (la otra es la priísta que ganó en Azoyú, Consuelo Ibancovichi Muñoz), Guadalupe Eguiluz Bautista, tiene 41 años y es madre de siete niños.

Nació en Los Capires, en el municipio de Cutzamala de Pinzón, en la misma región de la Tierra Caliente.

Con su familia, se trasladó desde niña de Los Capires a Tlalchapa en 1972, cuando en su lugar de origen mataron a su papá.

Sus abuelos maternos vivían en Tlalchapa y ella con su mamá y sus hermanas llegaron a este lugar para protegerse de la violencia en Los Capires.

Terminó la primaria en Tlalchapa, y estudió la secundaria en Chilapa, en un internado de monjas. Estudió la preparatoria en la ciudad de México, en la Prepa 6 de Coyoacán, de la UNAM, y entró a la Facultad de Ciencias, a la carrera de actuario, que no concluyó.

Dejó sus estudios universitarios porque se casó y sus obligaciones como madre no le permitieron seguir. En el DF vivió varios años, y trabajó como contadora en oficinas públicas.

Regresó a Guerrero en 1984, para dedicarse a sembrar melón. Con su esposo, Martín Mora, puso una huerta en Los Capires, pero no les fue bien en el negocio. Los dos se fueron a Estados Unidos en busca de trabajo en 1985 y estuvieron allá tres años.

Cuando regresaron, en 1988 estaba el movimiento cardenista en apoyo a la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas. Al año siguiente participó en la integración del PRD.

Cuando habla de lo que ha pasado dice: “Me siento muy contenta. He sido ama de casa, universitaria, bracera, diputada, di clases, contadora, empleada de gobierno, agricultura, he sembrado sorgo, melón, pepinos”.

–¿Cuál es tu propuesta de gobierno más importante?

–Atender el renglón de la obra pública, la educación, la salud, el deporte, la cultura.

“En Tlalchapa hay carencia de servicios públicos, los caminos están intransitables, no hay agua, falta luz y drenaje, porque los gobiernos priístas no han hecho nada.

“Tengo la propuesta de crear la dirección de la juventud, de atención a la mujer, al deporte.

“Otro punto importante es atender la seguridad pública porque en el sur del municipio hay muchos asaltos, y han violado maestras.

“Queremos un gobierno de puertas abiertas, propositivo, incluyenmte. Invitamos a todos los contendientes a que se sumen”.

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