Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Carlos Pérez Aguirre

Infaustas injerencias

 

 

Una grave crisis, incubada desde un aparato de Estado representado por actores sumamente anquilosados y corrompidos, ha generado un desgaste y deterioro del partido que hasta ahora había sido el más emblemático de la izquierda, el PRD.

Esta triste situación se presenta en una de las entidades con mayor tradición de expresiones libertaria y democrática como lo ha sido y lo es Guerrero, estado que por su situación de aislamiento ancestral presenta graves problemas de pobreza, sojuzgamiento caciquil, y aguda antidemocracia; por ello los movimientos sociales y las manifestaciones de inconformidad han llegado a tomar matices de aguda inconformidad y violencia, de la cual los movimientos guerrilleros dan fe.

Esa actitud aguerrida de resistencia, ha tenido su razón de ser en las duras condiciones sociales y planteado necesidad de actuar para modificarla, con lo cual se ha contribuido, y mucho, a forjar en el país en los últimos años esa conciencia de cambio democrático, pero ello ha costado mucho.

Entre esos saldos se encuentra una cuota de mártires que fueron inmolados porque pensaban en un mejoramiento integral de las condiciones sociales y económicas de la entidad, ellos con muchos otros fueron el cimiento que ayudó a forjar el duro proceso de transición a la democracia en que nos encontramos inmersos, pero que ahora un pequeño círculo de amigos y familiares de un gobernante, coludidos con liderazgos inmaduros y faltos de principios reparten puestos y nombramientos a personajes sin ideología, sin moral, sin compromiso con los ciudadanos, pero con muchos deseos de enriquecerse y servirse del poder, sin importarles reproducir con mayúsculas los viejos vicios de aquellas corrientes priistas más atrasadas, corruptas y retrógradas.

Porque recordemos que la democracia de estos tiempos está sustentada en la integración de la gama de grupos y corrientes de izquierda, que desarrollaban su labor renovadora, fundamentalmente en las universidades, centros de enseñanza, sindicatos y organizaciones campesinas. Con la corriente más avanzada y progresista del priismo encarnada en varios dirigentes de los cuales Cuauhtémoc Cárdenas es el más emblemático.

Con ello habrá que recordar que la fundación del Frente Democrático Nacional dio una enorme fuerza al movimiento de democratización en el país, gestando la actual alternancia en el poder. Pero en Guerrero de manera ingenua de parte de algunos dirigentes locales –y de manera calculada y perversa de parte de otros–, se le permitió la entrada a una corriente priista que nunca había demostrado su pensamiento democrático y reivindicativo de la ciudadanía, sino muy por el contrario había demostrado siempre que había actuado en sus tres vertientes pérfidas; Corrupción, represión y nepotismo.

Se está gestando un regreso a los peores esquemas del pasado, en donde el cacicazgo totalizaba las posiciones de poder en todos los aspectos desde lo económico, lo político y evidentemente dentro del aparato de gobierno. Para logarlo tácitamente se adquiere a los liderazgos partidistas fundamentalmente del partido en el gobierno –pero no solamente– que sin mayor perspectiva y mucho menos moralidad, aceptan este sojuzgamiento, traicionando todo, compañeros, pasado, principios y ciudadanos. Sin reparar en que estos ciudadanos, al sentirse traicionados, evidentemente los abandonaran, si no lo creen deberán echarle una vista al basurero de la historia, en donde ya se encuentra en el pasado reciente el Zeferinismo y lo que este representaba.

No entienden que los tiempos han cambiado y el nepotismo de las tres familias gobernantes que realizan injerencias infaustas, con las acciones de rechazo pronto sucumbirá, pero su huella y desprestigio, seguramente los estigmatizara por siempre.

 

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