Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Rubén Padilla Fierro

Avances democráticos

 El avance democrático que nuestro municipio y estado han experimentado en estas elecciones constitucionales del 6 de octubre es histórico e irreversible y es el resultado de la conjunción de múltiples factores.

El primero de éstos, es la madurez política de la población que harta de simulaciones ha esgrimido su mejor arma en contra de la corrupción, incapacidad e impunidad de gobiernos priístas que hoy representa la diferencia entre engaño y certeza de acceso a mejores condiciones de vida.

A la demostración de que el PRD elige hombres y mujeres honrados, probos y honestos que asumen su responsabilidad y trabajan a favor del pueblo, al “efecto” Zeferino, que en Acapulco demostró con dedicación, eficiencia, transparencia, disciplina y honradez lo que es un gobierno al servicio de la población y que trascendió a todo el estado.

Al rechazo a la imposición de candidatos y autoridades que han incumplido su cometido y han manejado la información y los recursos para satisfacer aspiraciones personales o de grupo desatendiendo a toda la población dejando a grandes sectores en el olvido total. A pesar de la falta de adecuaciones a las leyes electorales que sesgadas, favorecen todo tipo de ilegalidades y desviaciones a favor de quienes las elaboraron para mantenerse permanentemente en el poder.

Las reiteradas prácticas gansteriles que adoptan los operadores electorales en oficinas, calles, colonias y pueblos enteros así como la ceguera que cómodamente adoptan las autoridades correspondientes para dejar sin castigo a los infractores, que digo, a los criminales, a pesar de la prepotencia e impunidad con la que actúan, (y ahora ven esfumado su antes seguro botín) termina por inhibir su denuncia.

Sin estas prácticas a todas luces ilegales: la compra de votos y conciencias, la amenaza, el chantaje, el acarreo, la compra de credenciales para votar, la intimidación, la desmedida agresión física y verbal etc. el PRI no sería la segunda fuerza electoral, sino la última y su tendencia ha desaparecer sólo sería factible detener con cambios radicales. Renovar sus muy gastados candidatos de los que ya se comprobó fueron ampliamente derrotados tanto por la ineficiencia de su actuación siendo autoridades como por lo reducido, incendiario, manido y poco sustentado de su discurso, lo poco informados de los avances democráticos en todo el mundo, lo raído de su procaz e irrespetuoso lenguaje y comportamiento social, de su amplia contribución a enrarecer la competencia política, al uso desmedido de recursos que solo ellos saben de donde salen y que la sociedad infiere robados al erario público, a su pervertida alianza con partidos vacíos y de membrete y a la cauda de hechos delictivos que se han hecho públicos y que impunemente permanecen sin castigo.

En Acapulco y en todo el estado, la gente acudió a las urnas y emitió su voto con amplio sentido democrático, el resultado de ello permite hoy vislumbrar cambios radicales políticos y sociales que hacen suponer con base firme la superación en gran medida del gran rezago político y social que ha experimentado nuestra patria chica por décadas a pesar de las inmensas riquezas que en todo el territorio estatal han estado en espera de ser explotadas, que se deben traducir en empleos, desarrollo, acceso de servicios educativos, de salud y seguridad, y a la ansiada libertad de amplios sectores de la población olvidada y en la miseria.

La nueva composición de gobiernos municipales y de curules en el Congreso del Estado en manos del PRD y de la oposición en general es el inicio de la desaparición de gobiernos autoritarios y deshonestos que han incumplido su cometido por décadas, emanados y en permanencia  por voluntad de caciques que tras bambalinas se sirven del poder para su beneficio personal.

Caciques y gobernantes que escudados unos a otros eluden la acción de la justicia que poco a poco deberá alcanzarlos, desenmascararlos y hacerlos pagar por crímenes de lesa humanidad que impunemente cometieron al amparo del poder y del dinero.

El avance de la democracia a pasos agigantados en nuestra entidad federativa y en Acapulco tendrá necesariamente que administrarse con alto sentido de responsabilidad y conciencia social para no caer en poco tiempo en lo mismo que hoy se está combatiendo, deberá cuidarse de la participación de la sociedad en la toma de decisiones para lograr el crisol del cambio que todos queremos y anhelamos.

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