Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Se quejan vecinos de los fraccionamientos Miramar I y II que las autoridades no les ofrecen alternativas

*Los afectados por la tormenta tropical Manuel el año pasado dicen que no saben si serán reubicados y ni siquiera se les ha presentado algún proyecto preventivo

Karla Galarce Sosa

Cientos de casas de los fraccionamientos Miramar I y Miramar II se encuentran en completo abandono y prácticamente sepultados sus cimientos, con más de un metro de tierra que fue arrastrada por el agua durante las inundaciones que provocó la tormenta tropical Manuel.
Algunas familias acudieron desde la ciudad de México a limpiar las casas que aún no terminan de pagar, y que adquirieron con créditos de interés social.
A ocho meses del paso de los meteoros, se incrementó el número de viviendas en venta, principalmente de los fraccionamientos La Ceiba y Rinconada del Mar, donde se observan carteles hechos a mano, pintas en las ventanas o lonas impresas que fueron colgadas en alguna parte de la vivienda.
En un recorrido por la colonia Luis Donaldo Colosio, así como por los fraccionamientos Miramar I y II, y La Ceiba ayer al mediodía, los vecinos coincidieron en que ninguna autoridad les ha dicho si serán reubicados; nadie les ha presentado algún plan de evacuación en caso de otra inundación o les han mostrado proyectos preventivos para evitar que vuelvan a producirse inundaciones.
Las casas en la zona, comentó el representante de la agencia inmobiliaria Century 21, quien omitió su nombre y que mostraba una casa en uno de los fraccionamientos adyacentes a la colonia Luis Donaldo Colosio, dijo que después de las inundaciones se había “complicado vender en la zona Diamante” de Acapulco.
La zona Diamante del puerto, fue la más  afectada durante las inundaciones que provocó la tormenta Manuel en septiembre pasado, miles de familias que pasaban unos días de descanso en Acapulco, fueron sorprendidos por el aumento en el nivel del agua en sus colonias, y tuvieron que abandonarlas. El agua alcanzó en algunas zonas más de dos metros de altura. La Marina y el Ejército impidieron el paso de los colonos a sus casas después del aumento en el nivel del agua, principalmente entre el canal meándrico que alimenta a la laguna Negra de Puerto Marqués, el brazo del río de La Sabana y terrenos de humedales que fueron rellenados cerca de la laguna de Tres Palos.
La mayor cantidad de propietarios de casas en los fraccionamientos más afectados, comentaron los vecinos, son provenientes de la ciudad de México que no recibieron beneficios como indemnizaciones, tarjeta de apoyo para enseres domésticos o que simplemente dejaron perder su patrimonio.
Fue el caso del empleado de gobierno, Roberto Briones Ruiz, quien explicó cómo él mismo pidió ayuda a sus compañeros de trabajo para sacar con palas y carretillas la tierra que durante 8 meses ocupó su casa.
Frente a la vivienda se observaron montones de arena y lodos secos que originaban polvo con el viento. En la cuadra de enfrente hay casas inconclusas que la empresa constructora abandonó también a medio construir.
“Regresé en diciembre después de la inundación porque cuando éstas ocurrieron no nos dejaban pasar”, recordó Briones Ruiz.
Mostró las marcas que el agua dejó impresas en las paredes de su casa. La altura superó el metro y medio; y el lodo rebasó el metro.
“Allí se ven los niveles de la tierra, lo más obscuro es lo que estaba cubierto por el lodo. Los baños, las habitaciones, todo quedó cubierto”, señaló.
Cuando se desarrollaba la charla con el afectado que radica en la ciudad de México, había un grupo de cinco jóvenes que se resguardaban del sol bajo una cabaña y preparaban de comer. Se habían trasladado en una camioneta desde su ciudad de origen y llegaron al centro de Acapulco el viernes a la media noche.
Roberto Briones comentó que en esa parte del fraccionamiento han habido reuniones, pero no se han ofrecido alternativas a quienes radican en otros estados del país, pero que adquirieron una casa de segunda residencia en Acapulco y que fue severamente dañada.
Acusó que se han registrado saqueos porque la empresa constructora no resguarda los lugares.
“Llegué a las 12 de la noche y aquí como a la 1, si hubiéramos querido meternos a las casas, nadie se da cuenta, la constructora ya no hace caso de nada”, reclamó.
En los fraccionamientos Miramar I y II es donde se observó una mayor cantidad de casas abandonadas. Muchas de ellas carecen de medidores de agua o de luz, tienen las ventanas rotas; otras no tienen herrería de protección y tampoco tienen puertas o fueron derrumbadas por el agua.
Para llegar al lugar se tienen dos rutas, una de ellas es la entrada de la colonia Luis Donaldo Colosio y la otra es por el ejido de Llano Largo, ambos convergen al puente de La Marquesita, por donde atravesará la vía que conectará la caseta de cuota Metlapil con el Macrotúnel.
Otros de los afectados comentaron que aunque los seguros hicieron efectivo un seguro de daños, los 20 mil pesos que les dieron no alcanzaron para pagar las reparaciones que permitieran habitar de nuevo sus casas.
Hicieron un exhorto a las autoridades para que el gobierno federal ofrezca alternativas y sean reubicados, otros pidieron obras que impidan que haya más inundaciones o que las empresas inmobiliarias les devuelvan su dinero.
“Yo compré aquí porque estaba bonito, con pasto y no había ningún problema, e incluso me entusiasmó que hubiera una tercera etapa en construcción (al frente de su casa), pero en vez de comprar cosas que nos benefician, adquirimos problemas”, lamentó Roberto Briones al final de la plática que sostuvo con este medio durante sus labores de limpieza.

468 ad