Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Humberto Musacchio

LA REPÚBLICA DE LAS LETRAS

*Ariel de Oro para Ripstein

La Academia Cinematográfica, la misma que lamentablemente olvidó lo que el cine mexicano le debe a Efraín Huerta, decidió entregar el Ariel de Oro a Arturo Ripstein, tal vez el más premiado de nuestros realizadores, pues ha recibido una treintena de distinciones y tres veces ha sido candidato a la Palma de Oro de Cannes. Su brillantísima trayectoria, iniciada con Tiempo de morir, lo hace indudablemente uno de los grandes artistas de la pantalla grande, aunque, en plan autocrítico, ante el reportero Hugo Lazcano se definió como “antipático, pesadito, demandante y difícil” durante el trabajo de filmación, aunque fuera de los sets tampoco es precisamente el rey de la simpatía. Pero eso es lo que menos importa, pues se trata de un cineasta que hizo su primera película a los 21 años, Tiempo de morir, con guión de un escritor colombiano que meses después entraría al Olimpo de las letras, Gabriel García Márquez. En 1986 rodaría El imperio de la fortuna, basada en una historia de otro figurón literario, el inmenso Juan Rulfo. Brincos dieran muchos realizadores de cualquier parte del mundo por trabajar con personajes de ese tamaño.

Premio a Tatiana Bilbao

La arquitecta mexicana Tatiana Bilbao recibió en París el Global Award for Sustainable Architec-ture, distinción que otorga la Cité de l’Achitecture et du Patrimoine, organismo avalado por la UNESCO. La ahora premiada es una capitalina nacida en 1972, titulada en la Universidad Iberoamericana donde ha sido profesora. Cuenta con un brillante historial que incluye obras como el Jardín Botánico de Culiacán, el Parque Tecnológico del ITESM, la funeraria Ventura Tangassi de San Luis Potosí, la Casa Ajijic del lago de Chapala o la Casa Universo levantada en Puerto Escondido sobre un proyecto de Gabriel Orozco. El artista chino Ai Wei Wei la invitó a formar parte del grupo de jóvenes arquitectos que trabajó con él en la Sala de Exposiciones del Jinhua Architecture Park  de Zheijiang, China. Actualmente, esta profesional mexicana está ocupada en una obra en Mongolia y otra en Lyon, Francia. Cargada de premios nacionales e internacionales, es, a no dudarlo un orgullo de la arquitectura y de los mexicanos.

Rius, homenaje y crítica

Se está preparando un libro de homenaje a Eduardo del Río, Rius, y la generosa antologadora le pidó un texto al autor de esta columna, donde se dice que para entender el inmenso valor de la obra de este caricaturista hay que recordar lo que era México en los años 60, “sin prensa libre, sin partidos políticos dignos de ese nombre, sin oposición parlamentaria”; un país donde “toda disidencia era reprimida sin miramientos”. Para los jóvenes que deseábamos democracia y libertades, había dos respiraderos: Siempre! y Política, revistas que leíamos con avidez, y en las que brillaba el talento del monero michoacano, quien decía con gracia inigualable aquello que no podría expresar una sociedad sometida. A Rius lo seguimos también en Los Supermachos  y en Los Agachados, insuperado monumento a la crítica política. Lo tuvimos en Oposición, la revista del Partido Comunista Mexicano, y más de una vez fue víctima de agresiones por su valor cívico. Lamentablemente, en el genial y valeroso monero habitaban algunos prejuicios inaceptables: en sus dibujos se burlaba de los intelectuales, especialmente de los poetas, a los que representaba como seres afeminados, y la representación que ofrecía de cualquier judío era la del explotador mezquino. La homofobia y el antisemitismo son, deben ser inaceptables, pero en el caso de un hombre con la inteligencia, la valentía y la sensibilidad de Eduardo del Río, esos prejuicios resultan  incomprensibles, aberrantes, tristemente inexplicables, manchas indelebles en una trayectoria por otras razones tan entrañable y ejemplar. Es una pena.
Premio Nadal de Novela 2015

Para aspirar al Premio Nadal 2015 y los 18 mil euros que lo acompañan, hay que enviar, antes del 30 de septiembre de 2014, una novela inédita que no esté participando en otros concursos a Ediciones Destino, Avda. Diagonal 662-664, 08034, Barcelona, España, con la indicación expresa “Para el Premio Nadal de Novela”. Es requisito que la obra no haya sido premiada en otros concursos y que el autor garantice la autoría y originalidad de su texto, que no es copia ni modificación de ninguna otra y que tampoco corresponde a un autor fallecido. La extensión mínima es de 150 páginas, a doble espacio, tamaño  DIN A4 (averígüese qué es eso) y hay que presentar un ejemplar del original en CD u otro soporte digital como archivo de Word PDF y otro en papel junto al cual irá el nombre del autor, documento nacional de identidad o pasaporte y domicilio. Si la obra está amparada por seudónimo, éste deberá ir en sobre aparte. Los convocantes a este premio, en forma ciertamente tramposa, aclaran que el dinero del premio se entregará al ganador por la cesión de derechos de edición, lo que en realidad significa que no hay tal premio, sino un mero anticipo de regalías, a cambio del cual el ganador cede en exclusiva a Ediciones Destino los derechos de explotación “para todos los países y lenguas del mundo” y de Marte, Venus y Júpiter si se descubre que está habitados. Igualmente, para quienes no obtengan el premio, la editorial convocante tiene “derecho de opción preferente”. El fallo del jurado se hará público el 6 de enero de 2015.

Breviario…

Falleció el pasado miércoles Fernando Chávez Roa, impulsor de varios proyectos culturales, entre otros la segunda época de la estupenda revista Artes de México, que se ha mantenido navegando en las expertas manos de Alberto Ruy Sánchez y Margarita de Orellana. @@@ Murió en el Distrito Federal Patricia Jacobs Barquet, mujer que impulsó la educación superior. Desde esta columna enviamos un abrazo a su hermana Barbarita y a otros deudos. @@@ Se realizó en la UNAM un homenaje a Efraín Huerta, lo que está muy bien, pero lamentablemente se anunció con demasiada premura, lo que impidió que muchos interesados nos enteráramos con la debida anticipación. Hay que celebrar al Gran Cocodrilo, pero por favor, dejen que participe todo aquel que haya leído los poemínimos y otras obras del amado maestrazo de Silao.

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