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Una odisea de humillaciones y engaños, buscar trabajo en Acapulco: desempleados

Salvador Serna

Mediante un sondeo, personas desempleadas señalaron que encontrar un trabajo digno en Acapulco es toda una odisea y que han sufrido todo tipo de engaños, humillaciones y vejaciones al momento de ser entrevistados por las encargadas de recursos humanos de hoteles, tiendas departamentales y dependencias de gobierno estatales y federales.
Federico Aguilera Guzmán, entrevistado afuera de las oficinas del Servicio Nacional de Empleo, explicó que: “el año pasado salió una vacante de mesero en el hotel Princess. Le dije a la de Recursos Humanos que tenía como cuatro años que no mesereaba por razones de estudios y ella me dijo que no había problema y me puso a llenar una solicitud de empleo de tres hojas en español y en inglés. Me tardé casi 2 horas en terminarla, se la entregue y me entrevistó”.
“Cuando le repetí que no había mesereado últimamente, me preguntó que en cuánto tiempo podría acostumbrarme de nueva cuenta a cargar la charola de banquetes, las cuales son muy grandes. Le contesté que máximo en una semana y ella me dijo que no, que era mucho tiempo, que muchas gracias. Eso fue todo. En total perdí cinco horas de mi vida por el trayecto de ida y regreso a mi casa. La gente de Recursos Humanos del Princess no tiene sentimientos, son unos negreros y no valoran el tiempo de la gente que está necesitada de trabajo”.
Por su parte, Jorge Gordillo Solís compartió su mala experiencia al querer desempeñarse como orientador electoral: “Yo entregué e hice el examen para supervisor o capacitador electoral del IFE, INEGI y el Instituto Electoral del Estado de Guerrero. Soy licenciado en Educación y bueno es una autentica mafia para entrar ahí. Los consejeros electorales sólo meten a sus amigos y a las mujeres guapas y no se fijan en los conocimientos. Yo me gané un puesto para supervisor en las pasadas elecciones para gobernador y me bajaron a capacitador. La consejera me explicó que era por cuestiones de fuerza mayor porque tenía que quedar bien con uno de sus jefes. Yo preferí no quedarme porque eso es acto de corrupción y en el INEGI es prácticamente lo mismo, hasta me pidieron dinero para quedarme con un puesto eventual, son los más corruptos de todos”.
Por su parte, Gloria Cruz Zepeda subrayó que ha tenido amargas vivencias al acudir a ofrecer sus servicios a instituciones gubernamentales federales: “soy contadora pública. Tengo varios años tratando de entrar a la Aduana de Acapulco o a la Auditoría del SAT en Acapulco. Pero ahí las encargadas de recursos humanos sólo le dan oportunidad a los que les simpatizan o amigos de sus conocidos. Un amigo mío así logró entrar al SAT que esta detrás del restaurante El Zorrito, de la Costera. Mi amigo ha tratado de ayudarme pero ya me dijo resignado que le caigo mal a las de recursos humanos y que mejor le busque por otro lado. Traté de hablar con su jefe pero nunca me recibió. Insisto, yo tengo Maestría en Ciencias Contables y no me dieron ni siquiera la oportunidad de entrevistarme. Los del SAT hacen nepotismo descarado”.
Finalmente, Bárbara Angelito González, que aseguró tener vasta experiencia como vendedora en tiendas de centros comerciales aparte de dominar el inglés y francés, dijo que intentó ingresar a una “famosa tienda departamental del centro comercial La Isla, es la tienda preferida de los capitalinos. Fue terrible, me hicieron perder mi tiempo y dinero en pasajes. Más tardé en ingresar mi solicitud que en lo que me atendieron. Sentí que me discriminaron porque vivo por el lado poniente de Acapulco, en la Jardín Palmas”.
“Me discriminaron por donde vivo y a un amigo de Piedra Roja también lo hicieron sentir mal. Sólo 6 minutos duró la entrevista y me hice de ida y vuelta casi 2 horas de camino. No tienen trato con la gente. Dos veces me ha sucedido así. Creo que la gente que recluta se le olvidó que un tiempo estuvo desempleada como yo lo estoy ahora”, finalizó.

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