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No acepto resultados; hubo presión a los electores: Bolívar Navarrete

Maricela Santos, corresponsal, Zihuatanejo * Cuando los resultados preliminares apuntaban a que el PRI prácticamente perdió Zihuatanejo luego de 48 años de haber gobernado este municipio, el candidato de la Alianza para Todos, Bolívar Navarrete Heredia dijo que aunque existía una tendencia adversa no la aceptaba debido al hostigamiento y la presión que hubo durante el proceso, con lo que se intimidó a los electores en su libre ejercicio del voto.

“Yo sabía que estaba competida, pero a estas alturas puedo decir que en el resultado del PREP del CEE hay una diferencia, pero no la acepto en este momento, tengo que reunirme con mi estructura a analizar casilla por casilla”, dijo.

Dejó entrever que podría promover una impugnación por la “presión”, “persecución”, “intimidación” y el “hostigamiento” que asegura que desató la presencia de dirigentes nacionales del PRD al frente de las brigadas cazamapaches y de la vigilancia aérea montada por ese mismo partido en un helicóptero belt 206 placas XAEQM con un plan de vuelo local contratado a la Servicios Corporativos SA de CV.

Al filo de las 21 horas, el candidato priísta salió junto con su esposa Socorro Manzanares a responder ante la tendencia desfavorable, pero no aceptó que perdió, porque el proceso electoral todavía no terminaba y advirtió que no aceptará los resultados “porque fue una elección presionada”. Nunca dijo tampoco que iba adelante. Obviamente los resultados del conteo que llevaban en la oficina instalada en la casa de campaña concentraba un mayor número de casillas pero el acceso era restringido.

Pidió a sus seguidores tomar con sensatez y responsabilidad los resultados, pero a la vez los llamó a estar atentos al desenlace del proceso “porque no puedo pensar que la elección la arrebaten en forma violenta”. Pero abajo, en la casa de campaña había caras largas y débiles esperanzas de que el voto de la sierra revertiera esta tendencia.

Sólo algunos líderes fieles al PRI se concentraron la noche de ayer en la casa de campaña. “Ya nos la partieron”. “Espérense, esto no se pierde hasta que se termina”. “Acuérdense que así estaba cuando (Jorge) Allec”. “Hay que esperar la sierra”. “Vamos abajo”.

Esas eran las frases de los 80 priístas que empezaron a aglutinarse en torno a la casa de campaña.

Navarrete Heredia estaba ilocalizable después del cierre de las casillas, y la gente que empezó a llegar a la casa de campaña platicaba en corto con dirigentes priístas como el ex alcalde azuetense Eric Fernández Gómez que les daba ánimos. La llegada de Navarrete al filo de las 21:10 horas fue lo único que provocó ovaciones y saludos. Las mujeres reunidas corrieron a abrazarlo y a darle ánimos. Unas cuantas porras a favor del PRI se escucharon, justo cuando algunos perredistas ya hacían caravanas en vehículos voceando las siglas de su partido por las calles azuetenses.

Para entonces se manejaba entre rumores de la casa de campaña que las tendencia claramente favorecía al PRD, pero abajo la gente que se reunió esperaba con ansias informes de los resultados que no se estaban cantando a grito abierto, sino en un salón cerrado al que sólo tenían acceso algunos dirigentes y cercanos colaboradores de la campaña de Navarrete, quien había perdido incluso por 34 sufragios la casilla 1602 donde votó besando la papeleta al arrancar la jornada electoral.

La esperanza en la casa de campaña era que la diputación del distrito 12 fuera ganada por Eric Fernández Ballesteros, sobre el perredista Víctor Buenrostro Marín, aunque ya se sabía que el PRD ganaba en Petatlán, Coahuayutla y La Unión.

En el estacionamiento de la casa de campaña, estaban los aspirantes a regidores Marina Sánchez, Víctor Reyes López y el del Verde Ecologista Victorio Robles Blanquet quien fue uno de los primeros en reconocer que la tendencia no les era favorable a los de la Alianza para Todos en el caso de la elección de ayuntamientos.

El ex perredista Freddy Santiago Ake que apoyó a Navarrete en este proceso yacía desplomado en un sillón mientras se escuchaba entre dientes “también perdimos Vallecitos”, que era una de las comunidades de la sierra azuetense que esperaban ganar.

“También perdimos Pantla”, otra de las comunidades lidereadas por el priísta Ruperto Maciel Vargas de la Unión de Ejidos Azuetenses que tiene presencia en casi toda la zona rural de Zihuatanejo.

“También perdimos Ixtapa” decían algunos. “Hay que esperar la sierra” llamaban otros.

Apenas iniciadas las votaciones, Navarrete Heredia –quien sufragó junto con su esposa Socorro Manzanares– denunció que simpatizantes de su candidatura “fueron visitados en forma violenta por ciudadanos del PRD que con lujo de violencia llegaron y se introdujeron a los domicilios” ubicados en las colonias Morelos, Emiliano Zapata y Nuevo Amanecer en donde supuestamente eran coaccionados e intimidados por personas que tocaban a sus puertas y empezaban a grabar en video por la presunta existencia dádivas, que aseguró que no fue comprobada.

Pidió frenar “el hostigamiento y la presión de parte de quien sabemos que están aquí haciendo su trabajo”, dijo en alusión a las brigadas cazamapaches del PRD, contra las que aseguró que se integró una denuncia ante el Ministerio Público por amenazas y allanamiento de morada, pero esta denuncia fue negada por esta dependencia.

Reconoció que la dirigencia del PRI municipal organizó un grupo que denominó “cazaporros” para responder de esta forma a las brigadas cazamapaches perredistas, pero se deslindó de estar al frente de esta labor así como de los reportes generados al respecto.

Por su parte, consideró saludable el hecho de que el proceso electivo fuera vigilado “por todos lados para que se lleve a cabo con tranquilidad, seriedad y responsabilidad ciudadana”.

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