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Cumple 19 años desaparecido Gilberto Romero; la OCSS pide su presentación

*Los campesinos masacrados en Aguas Blancas iban a protestar a Atoyac para saber de su paradero, recuerda Benigno Guzmán

Redacción

La Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS) pidió la presentación con vida de su compañero desaparecido hace 19 años, Gilberto Romero Vázquez.
En un documento firmado por el fundador de esa organización, Benigno Guzmán Martínez se menciona que este 24 de mayo se cumplieron 19 años de la desaparición de Romero Vázquez.
“Gilberto era de San Martín de las Flores, Atoyac. Un hombre trabajador, sencillo como muchos campesinos, vivió y creció entre la pobreza y las injusticias. A temprana edad como muchos de sus familiares y vecinos de su barrio conoció la represión que con la guerra sucia de los años 70 desataron los gobiernos de aquellos tiempos”, se lee en la misiva.
“Como muchos sierreños, su corazón se dolía cuando veía la injusticia y eso lo hizo participar políticamente, primero en la Coalición de Ejidos de la Costa grande, después en el PRD y por último con nosotros en la OCSS”, agrega.
Expone que el 3 de mayo de 1995, “recibimos al entonces gobernador Rubén Figueroa Alcocer en el local de la OCSS, en Tepetixtla. Previamente en dos reuniones, funcionarios de su gobierno nos quisieron convencer de que lo recibiéramos con música y apapachos junto a los priistas, en el centro del pueblo. Nos negamos y lo recibimos con nuestras demandas y nuestras consignas de lucha”.
Dice que Figueroa llegó acompañado del jefe de la Novena Región Militar, el general Tomás Salgado Cordero.
“Ese día Gilberto Romero leyó el pliego petitorio general en el que planteábamos las necesidades de nuestros compañeros en los municipios de Coyuca de Benítez, Atoyac, Petatlán, La Unión y Coahuayutla. Entre ellas la de la salida del Ejército y las corporaciones policiacas de la sierra. El gobernador se fue muy molesto de su reunión con nosotros”, recuerda.
“Unos días después, el 18 de mayo, Gilberto fue uno de los compañeros que participaron en la toma del Ayuntamiento de Atoyac. En ese tiempo la presidenta municipal era María de la Luz Núñez Ramos, originaria de La Pintada, comunidad que pertenece al municipio de Coyuca de Benítez”, agrega.
“Ese día nos manifestamos en Atoyac, apoyando las demandas de nuestros compañeros en ese municipio. La Presidenta quiso negarnos la participación a los que éramos de otros municipios diciendo que no teníamos derecho a protestar allí por no ser de Atoyac, a lo que respondimos que sí era posible que una mujer que vivía en una comunidad de Coyuca fuera la presidenta municipal de Atoyac, también era posible que participáramos en las protestas los que no éramos de Atoyac. Muy enojada se dirigió a Gilberto Romero Vázquez diciéndole ‘después de todo esto quiero hablar contigo’”, relata.
“El 21 de mayo comenzó en la Costa Grande un despliegue militar y policiaco sin precedente para los tiempos de paz. Militares en vehículos blindados y con armamento de alto poder acompañados de policías judiciales y motorizados establecieron retenes, patrullaron carreteras y llegaron a los poblados. En varios lugares de la sierra hubo descontento ante las arbitrariedades cometidas en este operativo, entre ellas tres asesinatos”, menciona.
Recuerda que el 24 de mayo “fue el último día que su familia vio a Gilberto Romero.
Nuestro compañero fue víctima de otra guerra sucia, la de los 90’s, que aún no tiene una comisión de la verdad”.
“El 28 de junio, cuando nuestros compañeros fueron masacrados en el vado de Aguas Blancas del municipio de Coyuca de Benítez nos dirigíamos a Atoyac para exigir su presentación con vida”, añade.
“¿Cuántos años deben pasar para que este caso sea investigado?, ¿Se castigará a los responsables intelectuales y materiales?, ¿Cuál es la responsabilidad que tienen en esta desaparición la entonces presidenta municipal y Rubén Figueroa Alcocer?”, pregunta.
“Como en todas las desapariciones por razones políticas los familiares, amigos y compañeros seguimos esperando para verlo con vida y nos preguntamos ¿Quién podrá devolvernos los años que nos robaron de su presencia?, ¿Cómo se puede resarcir el dolor de la ausencia?”, dice.
Mientras tanto, “en la OCSS lo seguimos recordando para que el polvo del olvido no cubra su memoria y los responsables intelectuales y materiales no crean que podrán quedar impunes”.

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