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Xavier Carreto A

El Congreso de Guerrero

 El Congreso local en nuestra entidad está integrado con 46 legisladores, 28 son de mayoría y 18 son plurinominales. En la actual legislatura, la número 56, la cual concluye su encargo el próximo noviembre, 30 diputados pertenecen al Partido Revolucionario Institucional, 14 al Partido de la Revolución Democrática, 1 al Partido Acción Nacional y 1 al Partido de la Revolución del Sur.

Con está composición el PRI tiene dos tercios de legisladores, es decir, tiene mayoría calificada, lo cual le permite hacer con ella prácticamente cualquier cosa, desde modificar nuestra Constitución Política local hasta aprobar la cuenta pública del gobierno estatal y de los 77 ayuntamientos que tenemos en Guerrero. El Congreso local es nuestro Poder Legislativo.

Los guerrerenses no le hemos dado la importancia que merece nuestro Congreso y esa indiferencia nos ha salido muy cara, sobre todo vista por el mal uso que nuestros gobernantes han hecho de los recursos públicos que deben servir para impulsar el desarrollo de Guerrero.

Aunque nuestros legisladores locales lo saben muy bien, porque así lo dice la Ley Orgánica del Poder Legislativo del Estado de Guerrero número 286, en su cuarto considerando: “Que en la actualidad la función del Poder Legislativo, no debe circunscribirse a expedir leyes que regulen al conglomerado humano y a los órganos de gobierno, sino que debe rescatar su importante función fiscalizadora respecto del ejercicio presupuestal y de la actuación de los órganos de la administración pública, es decir, el Poder Legislativo debe ejercer con mayor vigor su función de órgano de control, en el que se analicen y discutan ampliamente los planes y programas de gobierno”.

Sin embargo, esta esencial función fiscalizadora no se lleva a cabo y menos se vigila el cumplimiento de los planes y programas de gobierno como el educativo y el de salud; los resultados están a la vista tenemos una educación pública de la más baja calidad y pésimos servicios de salud, entre lo más evidente.

No es exagerado afirmar que este descuido nuestro, de desentendernos de nuestro Congreso, mantiene a esta entidad sureña en los últimos lugares de lo bueno y en los primeros de lo malo. Sabemos, por ejemplo, que somos la entidad con más población analfabeta; con mayor rezago educativo, o sea, que muchos guerrerenses no han terminado su educación primaria y secundaria y menos profesionistas tenemos; la mayoría de nuestra gente vive en la pobreza o en la pobreza extrema que no tienen ni para comer; somos los que tenemos más niños desnutridos; me entero, recientemente, que somos después de Oaxaca la entidad con más población sin acceso a los servicios de agua potable y estamos en primer lugar de impunidad, ya que más de 95 de cada 100 delitos que se cometen en suelo guerrerense no tienen castigo.

Otras funciones no menos importantes que realiza nuestro Poder Legislativo son: expedir anualmente la Ley de Ingresos del Estado, señalando las contribuciones necesarias para cubrir el presupuesto; dictar las disposiciones relativas a la seguridad pública; elegir, por el voto de las dos terceras partes de sus miembros presentes, a los magistrados del Tribunal Electoral del Estado y a los consejeros electorales del Congreso Estatal Electoral; discutir y aprobar los nombramientos de los magistrados del Tribunal Superior de Justicia hechos por el gobernador.

No es, por supuesto, tiempo para más lamentaciones, sino para actuar con prontitud y eficacia, en el momento en que podemos empezar a hacerlo, cuando estamos a una semana de poder participar en un nuevo proceso electoral con el cual habremos de cambiar a los integrantes de los 76 ayuntamientos y a nuestros diputados locales.

Escribimos hace una semana, en este mismo diario, el por qué no son confiables al interés de nuestra sociedad las propuestas de los candidatos que está haciéndonos el PRI, pues seguirán con la vieja y obsoleta práctica de hacer lo que el gobernador les diga como siempre lo han hecho los legisladores miembros de este partido.

Al gobernador Juárez Cisneros lo que más le preocupa de la elección del próximo domingo 6 de octubre es mantener la mayoría calificada priísta en el Congreso local que le permita seguir utilizando los recursos públicos a su antojo como lo viene haciendo en estos días al distraer enormes sumas de dinero para apoyar a los candidatos de su partido, lo cual está ampliamente documentado y denunciado por los partidos de la Revolución Democrática y Acción Nacional.

Por eso el gobernador Juárez ha hecho todo lo necesario para seguir ganando las elecciones para su partido, desde oponerse a la Reforma Electoral que hubiera permitido importantes modificaciones al Código Electoral del estado para propiciar un proceso electoral más equitativo; pasando por seguir decidiendo candidaturas en el seno de su partido y continuar utilizando el dinero público para promover en los medios masivos de comunicación locales a sus candidatos; y, sobre todo, regalando lo que no es de él a un pueblo necesitado.Tenemos afortunadamente los electores guerrerenses de donde seleccionar a nuestros futuros diputados locales, comprometidos con el pueblo y sirviéndole a él. Ahí están los candidatos del Partido Acción Nacional como Arturo Martínez Pérez, Alejandro Gutiérrez Sauri, Juan Isidoro Añorve Mejía, César Leonel Oregón Bernardino, Marco Antonio Dircio Calderón, Andrés Cristobal Valeriano Campos. Por otra parte, tenemos también buenos aspirantes del Partido de la Revolución Democrática como Gloria Sierra López y Mariano Dimayuga Terrazas.

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