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Dos estilos en pos del voto en el Centro de la ciudad

 En la elección de diputado local en el distrito 05 con cabecera en el Centro de Acapulco, compiten “dos amigos”, según el candidato de la coalición PRI-PVEM, José Rubén Robles Catalán. Aunque Adela Román Ocampo, la abanderada del PRD, dice que ella tiene “muy claro” que enfrenta a uno de los principales implicados en la masacre de Aguas Blancas y replica que no es amiga de “ese señor”.

A dos semanas de la elección del 6 de octubre, en este distrito en el que hace tres años ganó el PRD, Robles Catalán se siente seguro de triunfar. Dice que confía en que su campaña está basada en convocar “a perredistas, a panistas y sobre todo a ciudadanos, no sólo a los del PRI”. Así, “ciudadanos”, una palabra que Robles repetirá incontables ocasiones.

En un recorrido vecinal en la colonia Morelos, en la calle Independencia, el pasado miércoles 18 por la tarde, Robles se acerca al reportero, acompañado de uno de sus colaboradores de campaña. Como para insistir en lo que Robles espera para la elección, su acompañante le pregunta: “Ahora dónde vamos, licenciado”. El candidato, de vasta experiencia en la política priísta que se hace en Guerrero, le responde: “Esto es confidencial, pero aquí entre nos ahorita tengo dos reuniones privadas, una con perredistas y otra con panistas”.

Ese mismo día, por la noche, al asistir a una cena mexicana todavía por las fiestas patrias organizada por un grupo de simpatizantes que la apoyan a ella y al candidato del PRD a alcalde, Alberto López Rosas, a la perredista se le pregunta cómo va en las encuestas.

“Mira –responde–, no he pedido ninguna encuesta, pero sí te puedo dar un dato de nuestros brigadistas: ellos fueron apenas a una colonia en la que había 25 casas; en 23 le dijeron que iban a votar por Adela, en una por Robles y en la otra dijeron que todavía no sabían”.

 

Una tarde de reunión vecinal y visitas domiciliarias

Son las 6 de la tarde del miércoles 18 y el notario público José Rubén Robles Catalán se dirige hacia la colonia Morelos para encabezar un acto de campaña.Abordo de su camioneta, el priísta va reconociendo que su partido necesita “recuperar la confianza de la gente”, frase en la que insiste en los dos actos a los que asiste esa tarde.“Antes las campañas eran distintas”, recuerda. “Los candidatos tenían la mesa puesta, era cosa de mítines donde el político llegaba, las multitudes lo esperaban, escuchaba algún discurso de bienvenida con el que la gente lo arropaba, y luego hablaba el candidato, sin más”.

Ahora, agrega, “no es igual, hay que tener un trato directo con los ciudadanos, ir casa por casa, escuchar a los ciudadanos, no a uno, ni a dos, a los que sea, ya no es igual, se acabó”.

–¿Al licenciado Robles, como político de larga trayectoria que vivió ese estilo de campañas, le ha sido difícil cambiar de estrategia?

–No, Robles Catalán se adapta fácilmente a las circunstancias. Soy un hombre con gran vocación para la política. Yo nací para ser político.

Su vehículo llega a la calle Corregidora, de esta colonia Morelos en la que por cierto, vive la candidata perredista Adela Román. Baja del auto y el estruendo de la tambora, la tarola y las trompetas le da la bienvenida.

El priísta efectivamente sabe que son ya otros tiempos y saluda de mano a las casi cien personas que lo esperan. No deja sin apretón a ninguna. Camina, además, con unos modernos tenis blancos Adidas, y viste una formal camisa oscura a cuadros y pantalón recto sin pinzas color gris.Pese al estilo del candidato que quiere proyectar no pasa ni un minuto para percatarse de que “el PRI”, aquella maquinaria de otros tiempos, sigue allí. El equipo de campaña de Robles demuestra perfección en la política del tricolor. Como reloj ni un engrane falla. Además de la banda del chile frito está el líder seccional,  el de la porra, el del altavoz, el fotógrafo de la campaña, el que anota en una libreta los nombres de los asistentes y les pide sus teléfonos para llamarlos –o llevarlos– a votar el día de la elección, el que reparte las playeras, el que guía al candidato, y la mujer que dirige el discurso que lo arropa, que reconoce en Robles “su honestidad y su valentía”.

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El mismo día, una hora antes, en la calle 4 la candidata del PRD Adela Román Ocampo encabeza una caminata de visitas domiciliaras en la que se lleva unas tres horas. De la bocina del coche del perifoneo se escucha una pegagosa música: le llaman El rap de Adela.Con la perredista vienen no más de 20 personas de su equipo, en su mayoría mujeres. Algunas parecen amas de casa y otras explican que son profesionistas. No hay más. Casi todos pertecenen al Movimiento Ciudadano de Acapulco, que encabeza López Rosas.Adela Román va al frente del grupo y no la intimida la masa de concreto que frente a ella, en forma de andador con empinadas escalinatas, se levanta como una mole que de cerca engrandece una ilusión optica que hace verla como que se viene encima.Sube hasta la última casa donde se detiene, logrando que cual luz roja de un semáforo, frenen el paso sus acompañantes.“Buenas tardes”, dice la candidata al tocar una puerta, la única en su recorrido que nunca se abrió. Pide que los que reparten su propaganda echen por el piso algunos volantes que luego rascan las patas de un perro que se asoma a ladrar.

Sigue su caminar y otros vecinos le abren sus hogares. “Quién es Adela que yo la quiero conocer”, grita una señora que ya la espera afuera de su casa. Saluda a la candidata y le agradece que como síndica haya gestionado la pavimentación con cemento de este andador. Al ver que la maleza cubre una parte de las escaleras y que apunta su crecimiento en dirección a las viviendas, la perredista recomienda a un par de vecinos asomados que “hay que chaponar”, pues “los mosquitos también encuentran en esto un lugar apropiado para vivir, y al dengue todos estamos expuestos”.Adela Román recorre otro largo tramo en el que la escena de tocar puertas con sus manos, entregar propaganda y pedir el voto, se repite.Reparte un folleto de intenso color que además de sus propuestas tiene en algún lugar una pequeña foto en la que aparece con simpatizantes y con el candidato a alcalde López Rosas, a quien identifica como compañero del mismo grupo político. Da otro pequeño volante más modesto, fotocopiado, con la dirección de su casa de campaña y sus dos número telefónicos.

La inseguridad, preocupación de los electores del distrito 05

 Los candidatos de la coalición PRI-PVEM y del PRD del distrito 05 coinciden por separado en que el principal reclamo de los ciudadanos que han visitado ha sido por la inseguridad.Aquí en el Centro de la ciudad, de acuerdo con Robles Catalán, el agua ocupa un segundo lugar en las demandas de esta circunscripción, aunque Adela Román ni lo considera como una carencia cuando se le hace la misma pregunta. Ella dice que el sitio número dos de los problemas del distrito lo ocupa la falta de alumbrado.En la tercera prioridad vuelven a coincidir y dicen que los vecinos se quejan por el problema de la basura. Robles aprovecha para informar que él cuenta con unas brigadas con un total de 50 jóvenes que durante su campaña han recogido 7 toneladas y media de basura diarias. “Diarias”, repite. Dice que comenzó rentando ocho camiones de volteo, pero ahora sólo tiene circulando a cuatro “porque eso también me cuesta un dinerito, todo cuesta”.Adela Román señala que a ella le han expresado que también “son urgentes algunas calles, que requieren de pavimentación y los andadores”. Como otra demanda menciona “los apoyos” para las escuelas.

 

Otras dos candidatas que compiten contra la puntera perredista

 En el distrito 05, que hace tres años ganó el PRD y donde de acuerdo con la encuesta de Alduncin y Asociados puntea la candidata perredista Adela Román, dos de los llamados partidos pequeños –que según los opositores al PRI, surgen para hacerle el juego al tricolor– también tienen como abanderadas a mujeres.El PT tiene como su candidata a la promotora cultural Blanca Reina Aguirre, a quien el candidato a alcalde de ese partido, el ex priísta y ex perredista Alberto Mojica Mojica, había presentado en un principio como su posible candidata a primera o segunda síndica.Blanca Reina Aguirre –quien pertenece a la familia del ex gobernador priísta Angel Aguirre Rivero– finalmente fue registrada para contender por el mismo distrito de la perredista Adela Román y del priísta Robles Catalán.Otra es la candidata del Partido de la Sociedad Nacionalista, Adriana Sánchez, a quien se le llegó a ver en años anteriores tanto en los actos de campaña como en las oficinas de la dirigencia del PRI. Es visible su propaganda en algunas zonas, sobre todo en la península de Las Playas, donde tiene su casa de campaña.Hasta donde se sabe, Adriana Sánchez tiene su trayectoria en el magisterio institucional leal al PRI, primero como maestra, luego como supervisora y en cargos de la estructura administrativa de las dependencias gubernamentales del sector de la educación.

 

El priísta: “leyes buenas”; la perredista: “Congreso autónomo”

 El acto que preside José Rubén Robles Catalán se localiza en la calle Corregidora, a unos cuantos pasos de la iglesia de la Morelos.Mientras el candidato habla, se escucha como fondo un canto religioso de la misa que a esas horas oficia un cura, al tiempo en que unas palomas revolotean.

“Gracias por permitirme asistir a este encuentro ciudadano”, expresa Robles de entrada. El priísta se compromete a que en caso de ganar y llegar al Congreso del Estado, votará “leyes justas, leyes buenas, nunca leyes que vengan a perjudicar al pueblo”. Eso lo hará, agrega, “con los demás señores diputados”.

Promete que será un diputado “que no se ande escondiendo cuando ustedes vayan a verlo”. Más adelante indica que “Robles Catalán no tiene derecho a fallar, porque ya ha sido varias veces diputado”. Después dirá que ofrece hacer “un papel digno y decoroso”.

Los aplausos lo interrumpen y se escucha un grito del coordinador de la porra, que los demás siguen: “Eso eso eso, Robles al Congreso, eso eso eso, Robles al Congreso”.

El candidato de la coalición PRI-PVEM del distrito 05 también aprovecha para promover el voto a favor de su correligionario, el abanderado a alcalde Ernesto Rodríguez Escalona, con quien disputó hace tres años la candidatura del tricolor a presidente municipal.

“Yo le he dicho a Ernesto que también busco el voto por él, pero le he dicho que queremos un presidente de puertas abiertas, que esté dispuesto a atender a todos, y que si no cumple, yo mismo con ustedes haremos una gran alianza para hacer que él nos cumpla”.

Otra vez los aplausos y una nueva porra: “Con Robles al frente, Ernesto presidente, con Robles al frente, Ernesto presidente”.

Termina la reunión vecinal y su equipo de campaña le dice que lo llevarán caminando unas cuadras adelante a lo que será otro breve encuentro en la calle Independencia, afuera de la casa de una priísta que lo espera con una manta de bienvenida y un collar de popotes con flores rojas de plástico.

Aquí Robles dirige otro discurso, con un tono y contenido radicalmente distintos. Ahora es un Robles que conmueve y que dice: “A mí me golpeó la pobreza, a mí me golpeó la miseria, pero eso me ha fortalecido y me mantiene en la lucha”.

Cuenta la historia que varias veces ha repetido en otras campañas: la que dice que fue vendedor de periódicos, de gelatinas “y de todo lo que fuera lícito” para poder ayudar a su familia. Había días, asegura, “que Robles Catalán no comía”. Luego remata su mensaje diciendo que “hay tantos problemas en nuestro distrito, que a veces no puedo ni dormir”.

En un tríptico que en ocasiones aprovecha para repartir personalmente, Robles Catalán ofrece trabajar “por la justicia social para los niños de la calle”; también promover iniciativas de ley “para proteger el medio ambiente y evitar la contaminación”, al igual que para dar protección “a las madres solteras, a los infantes y a los discapacitados”.

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 Mientas el candidato priísta estaría en las reuniones privadas “con perredistas y con panistas” que dijo que tendría, a las 9 de la noche del miércoles 18 la candidata perredista Adela Román llega ataviada de blanco con una larga mascada verde que cae de sus hombros, a una cena mexicana todavía con motivo de las fiestas patrias.

La reciben unos 50 integrantes del grupo Decide –que en su mayoría son profesionistas– y que también esperan la llegada del candidato a alcalde Alberto López Rosas, quien asiste acompañado de su esposa y de su inseparable candidato a síndico administrativo, el doctor en derecho Marcial Rodríguez Saldaña, ex rector de la UAG.

Adela Román tiene una breve intervención con la que se lleva un largo aplauso. Conocida por sus enfrentamientos públicos con el alcalde Zeferino Torreblanca durante el actual gobierno municipal al que pertenece como síndica con licencia, aprovecha para destacar la obra del presidente municipal. “En este gobierno que encabeza Zeferino, no les hemos fallado”, dice la ahora candidata.

Centra su mensaje en la autonomía que debería tener el Congreso del Estado “como la fuente del poder político de Guerrero”. Explica que ella concibe al Poder Legislativo local “como una instancia al servicio de la sociedad, no del gobernador”.“Si tuvieramos un Congreso autónomo, René Juárez no estaría repartiendo dinero del erario a favor de sus candidatos, los candidatos del PRI”, señala. “Pero el pueblo le va a dar la espalda a René Juárez este 6 de octubre, a pesar de tantas dádivas que reparte a diestra y siniestra. El quinto distrito lo vamos a retener, aquí la gente no se vende por una despensa ni por bicicletas”.

La propaganda que reparte de casa en casa, incluye lo que llama sus “propuestas de trabajo”, entre las que destacan:“Municipalizar el transporte público”; “revisar y reformar las leyes en materia de salud y poder canalizar mayores recursos para que todos los ciudadanos, principalmente las mujeres que siguen siendo el sector más vulnerable, reciban la mejor atención”; “impulsar una reforma integral” a la Constitución del estado, en la que queden “debidamente” considerados “los derechos de los pueblos indios”; “reformas convenientes” a la ley de la Codehum; “reformar la Ley de Coordinación Fiscal, con el objetivo de supervisar que los recursos lleguen oportunamente al municipio”; “reformar la Ley Orgánica del Municipio Libre”; e impulsar “ante el Congreso de la Unión la Ley Reglamentaria del artículo 115” de la Constitución.

 

El inevitable tema de Aguas Blancas

 José Rubén Robles Catalán presentó una demanda penal por difamación y calumnias en contra del dirigente de la Organización Campesina de la Sierra del Sur, Benigno Guzmán Martínez, porque hace unos días lo volvió a señalar como uno de los responsables de la masacre de Aguas Blancas.La denuncia quedó radicada en la averiguación previa TAB/BH/ 771/2002, de la Agencia del Ministerio Público del Fuero Común de Barrios Históricos, el pasado lunes 16.El abogado defensor de Robles, Uriel Fernández Peláez, argumenta que su cliente “ha sido objeto de descrédito y deshonra” por las declaraciones de Benigno Guzmán, quien ha afirmado además que el candidato priísta a diputado local por el distrito 05 también “mandó a asesinar al abogado Norberto Flores Baños”, y que “ordenó la desaparición de perredistas de Ometepec”, además de que “no tiene ética profesional ni calidad moral”.Robles Catalán dice que con la demanda no está amenazando con la cárcel a Benigno Guzmán. “Le estoy dando la oportunidad de que rectifique por la vía legal”. El priísta, por lo pronto, ya ratificó su denuncia.

La perredista Adela Román asegura que en su campaña no ha utilizado el tema de Aguas Blancas en contra del abanderado del tricolor, quien era el secretario de Gobierno de Rubén Figueroa Alcocer cuando ocurrió la masacre, y a quienes algunos de los testigos aseguran haber visto sobrevolar el lugar de la matanza a bordo de un helicóptero.Ella afirma que “no hay necesidad, la gente ya lo sabe, y aunque yo no lo quiera es un tema inevitable”.En uno de sus discursos de campaña, Adela Román expresó en alusión a Robles y a la masacre: “Yo no tengo sobre mis hombros ninguna recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, en todos mis años que llevo en el servicio público; yo no me he manchado las manos de sangre”.Y al preguntarle sobre el tema, Adela Román suelta: “Ese señor navega con bandera de buena gente, cuando es uno de los chacales de la política nacional. Hay gente que necesita morir para que la historia la juzge, pero a ese señor, aún en vida, la gente ya lo juzgó, y vaya, qué juicio”.

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