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Por llamadas telefónicas, el Ejército ha logrado dar golpes a la delincuencia

Benito Jiménez / Agencia Reforma

Ciudad de México

Cinco presuntos delincuentes fueron abatidos por el Ejército luego de que recibieron llamadas que advertían sobre hombres que disparaban a personas en la región del Pánuco, en Veracruz.
Un reporte militar refiere que testigos pidieron auxilio a la 19 Zona Militar, con sede en Tuxpan, Veracruz. El informe, fechado el 22 de diciembre, indica que tres llamadas coincidieron en que cinco sujetos “estaban matando a personas” en el poblado de El Higo.
Esta es una de las 124 mil 838 alertas ciudadanas que ha recibido la Secretaría de la Defensa, hasta enero pasado, para denunciar a hombres armados, el trasiego de droga, secuestros y extorsiones, principalmente, las cuales van al alza en los últimos años.
Desde que el Ejército inició el programa de denuncia ciudadana, el 15 de enero de 2008, han recibido 86 llamadas al día, en promedio.
La Marina suma 7 mil 172 denuncias, también desde 2008, de ciudadanos que han solicitado de su apoyo para atender asuntos contra el crimen organizado, es decir, un promedio de cinco alertas al día.
Mientras que la Policía Federal, que contabiliza las denuncias anónimas desde el inicio del sexenio, acumula 354 mil 140 llamadas, esto es, 245 avisos ciudadanos diarios.
El diputado José Luis Ovando, presidente de la Comisión de Seguridad Pública en San Lázaro, celebró que las denuncias ciudadanas reporten un alza, aunque adelantó que aún los ciudadanos no confían plenamente en las autoridades.
“Nos hace falta mucho por avanzar en el tema, sí ya puede haber un incremento en las denuncias, aunque hemos visto que la ciudadanía aún no confía plenamente en sus autoridades y debe crecer aún más esa confianza, debe haber un mayor trabajo en la depuración y, sobre todo, que se vea que esas denuncias sirven al ciudadano”, dijo el legislador panista.
Ovando lamentó, por otra parte, que todavía existe una conducta social que tiende a no denunciar los delitos que ocurren frente a su casa.
“La aspiración es que se eleven aún más las denuncias ciudadanas y que ayuden, como pasó en Nuevo León con la captura de El Árabe (Enrique Aurelio Elizondo Flores, considerado uno de los asesinos más crueles de Los Zetas), tras una denuncia ciudadana”, recordó.
El panista consideró que las autoridades deben animar a la gente a denunciar, a hacer sentir seguro al denunciante, y dar seguimiento a lo expresado en la alerta ciudadana.
Edna Jaime, de México Evalúa, centro de análisis de políticas públicas, criticó que la inmovilidad de los cuerpos policiacos locales, que se han visto rebasados por el crimen organizado, haya dado paso al actuar de las Fuerzas Armadas en materia de seguridad pública.
“El aumento de las denuncias ciudadanas me parece sintomático, ante la falta de confianza de los ciudadanos en las policías, pero también muy sintomático por lo poco que hemos construido y que se tenga que recurrir a las Fuerzas Armadas para asuntos de seguridad pública”, añadió la activista.
Jaime remarcó que el aumento de las denuncias ciudadanas no siempre va de la mano con la confianza en las autoridades ni con la baja en los delitos de alto impacto.
“Hay plazas donde sólo se denuncia al Ejército y no a la Policía Federal porque piensan que puede estar infiltrada o tener represalias”, externó.
Delatan hasta a El Chapo

Denuncias telefónicas las hay de todo tipo.
Por supuesto algunas son bromas. Pero la mayoría no. Hay reportes de personas secuestradas, denuncias sobre bodegas con armas o fosas clandestinas. Inclusive una de esas llamadas fue para delatar la ubicación de Joaquín El Chapo Guzmán.
Apenas en febrero, la Policía Federal recibió una denuncia anónima que aseguraba que el capo del Cártel del Pacífico se encontraba en una casa de Los Cabos, Baja California Sur.
Así, los agentes ingresaron a una residencia de Punta Ballena donde capturaron a un jardinero, una sexoservidora, un piloto y una cocinera, además de decomisar dos camionetas, granadas, un fusil y un lanzagranadas, pero de El Chapo… nada.
De acuerdo con fuentes militares, los mismos delincuentes pueden estar detrás de las denuncias para hacer caer a miembros de organizaciones rivales o incluso a sus propios compañeros.

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