Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Marcial Rodríguez Saldaña

El maxiengaño y los ejes viales

 En la parte final de la campaña para la alcaldía de Acapulco, cada vez más se distinguen los proyectos políticos en juego. El candidato del PRI, ausente en un principio de posicionamiento en la opinión pública, mal aconsejado y con ayuda de “los pinos” de Chilpancingo, buscó llamar la atención del electorado con propuestas espectaculares para ofrecer –que al fin esto no empobrece– como proyecto principal de su campaña el Maxitúnel de Acapulco, para que nadie pagara por su paso.

La propuesta se sustentó en las afirmaciones de que el Maxitúnel estaba en venta y en quiebra y que el gobierno federal con el aval del municipio de Acapulco debería comprarlo. Al paso de los días, esta propuesta populista exhibida con la tecnología de la mercadotecnia electoral –que ya envidiarían los expertos norteamericanos en comunicación e imagen política– se fue desvaneciendo hasta quedar en evidencia como un engaño a los acapulqueños, pues en una cartita de pocos párrafos, dirigida al candidato del PRD, Alberto López Rosas, le informa el gerente del afamado Maxitúnel, que no está en quiebra ni se vende. Hasta ahí llegó la gran apuesta de ganar votos mediante la espectacularidad pero sin soporte ni contenido.

Por lo contrario, López Rosas, a pesar de la recia contracampaña publicitaria en su contra, especialmente después de los debates, se ha sobrepuesto con la firmeza que le caracteriza y ha dado los pasos seguros hacia la presentación de sus propuestas de gobierno. Destaca entre ellas, la reorganización de la ciudad en 12 ejes viales, acompañados de una Costera alterna y de algunos puentes elevados en sitios de aglomeración vehicular.

Se trata de un planteamiento técnica y financieramente bien pensado y que lo puede asumir y ejecutar directamente el municipio. Es un proyecto dentro de una visión integral y estratégica del desarrollo de Acapulco, pues se trata de tener una circulación vehicular y peatonal tranquila, que serene a los ciudadanos que transitan por la ciudad, que no genere desesperación o psicosis, manejar de prisa que provoca a veces accidentes, disminuir la contaminación, darle mayor utilidad al tiempo invertido en traslados, mejorar la seguridad, desarrollar el turismo, pues con ello tendríamos una Costera como paseo turístico, que acompañada de otras medidas como seguridad, confianza en la inversión y mejoramiento de los servicios turísticos habría mayor captación de ingresos, más empleo, circulación de capital y crecimiento financiero del municipio para el desarrollo de los servicios públicos de calidad, de la economía y cultura del puerto.

A la par de la etapa propositiva de López Rosas, se desata una campaña de injurias, denuestos, calumnias que envilecen la contienda política y son signos de desesperación de una derrota anunciada; se gesta un plan en varias etapas para la jornada electoral, con el propósito de mancillar la voluntad de los electores; pero al mismo tiempo, la fuerza electoral de López Rosas se consolida como resultado del trabajo político directo en las calles, comunidades, barrios y colonias desde las más pobres hasta las más urbanizadas lo empiezan a proclamar como el seguro vencedor de esta contienda en donde los ciudadanos acapulqueños definirán el rumbo y futuro de este municipio con sapiencia para no retroceder al pasado sino seguir avanzando.

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