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Arturo Martínez Nateras

Othón. ¡Honrar honra!

 Othón Salazar Ramírez ha dedicado su vida a la lucha política y social. Othón merece el reconocimiento y varios homenajes en vida.

El otorgamiento de la presea Sentimientos de la Nación por el Congreso del Estado es un acierto. La entrega entusiasta por el gobernador René Juárez lo enaltece. Honrar honra decía José Martí y hoy la frase adquiere un contenido y una calidad sublime. Me hubiera gustado leer en El Sur el texto completo de la intervención de Othón y resaltar el evento como la nota principal.

Othón encabezó la gran revuelta magisterial en la Sección Novena del SNTE cuando en los cincuenta y los sesenta luchar era exponer, arriesgar la vida y la libertad. Othón pagó su audacia con varios años de cárcel en Lecumberri en los años cincuenta. Perseveró, se mantuvo firme, sin claudicar, logró modificar la situación interna, ganó la Sección  y figura en la historia de México, en la enciclopedia de la izquierda mexicana como uno de los promotores del renacimiento del sindicalismo democrático; de la recuperación de la independencia política, orgánica e ideológica de la izquierda, especialmente del Partido Comunista. Othón fue un educador de luchadores de izquierda. Suman miles los y las maestras que todavía recuerdan sus discursos en la SEP… Othón luchaba y educaba a sus compañeros para avanzar, para triunfar a sabiendas de que la lucha por el desarrollo y la democracia no tiene fin.

Othón es un mexicano honesto y honorable. Tiene una forma de vida austera, es mucho más de lo que carece que lo que posee. Su patrimonio es moral.

Othón es amigo nuestro. Nunca ha dejado de serlo, aún cuando nos vemos poco y no han sido raras las diferencias que hemos tenido. Nuestra relación es de una básica comunidad de ideales, de coincidencias y disensos.

Los luchadores sociales cometen errores pero uno debe aprender a valorar las contribuciones realizadas. La fracción del PRD se ha cubierto de oprobio y nos ha donado una ofrenda de sectarismo dogmático, de ignorancia histórica y de enanismo mental. Lamento las desatinadas declaraciones del diputado Sebastián de la Rosa y el voto en contra del PRD. Así es esto de los dátiles en almíbar.

Conocí a Othón Salazar Ramírez desde los años de la lucha estudiantil. Participé invitado en varios de los eventos del MRM, en comités de solidaridad con Vietnam, por la Paz, en el FEP, etc. Compartimos decisiones difíciles desde la dirección del PCM, como la participación en el CEN del SNTE y en algunas secciones estatales. Sufrimos y lloramos el asesinato de Hilario Moreno, un querido maestro comunista. Durante la campaña electoral del PCM cuando postulamos a Valentín Campa como candidato a Presidente, en 1976, Othón arriesgó con todos los demás desde el principio cuando iniciamos la campaña en Guerrero, firmamos juntos un documento por un ejército democrático, iniciamos la lucha por la presentación de los desaparecidos. Othón fue diputado federal y un brillante tribuno; voz solidaria del movimiento sindical. Othón ganó la presidencia municipal de Alcozauca, originando la leyenda de la Montaña Roja que tan bien desenvolvieron algunos compañeros.

Othón debió ser candidato presidencial del PCM/Psum pero una maniobra sucia lo desplazó de una candidatura ganada democráticamente. Participó en el PRD y se fue, desilusionado de un partido que carece de historia y niega la historia de las organizaciones fundadoras; de la izquierda en general.

Othón no ha dejado de luchar, de gestionar. Es un suriano solidario que además ha sufrido verdaderas tragedías familiares. Lo tengo presente con sus modos  suaves de maestro e indio, su risa franca, una mirada noble y sincera. Sé de su miedo a las alturas, del pánico a transportarse en avión.

Me alegra mucho que el Congreso le haya asignado la presea y que René Juárez en un acto solmene de justicia se la haya entregado. Honrar honra.

Othón Salazar Ramírez es un luchador social y político progresista, un excelente orador, un mexicano que está en la hisotria de México y ocupa un lugar relevante en la izquierda socialista.

Mi alegría la comparten muchos compañeros, entre ellos sin duda María de la Luz y César Núñez Ramos.

Felicidades camarada.

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