Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Alfredo Arcos Castro

Legitimidad, gobernabilidad y conflicto

Constantemente se están intensificando los conflictos en el estado de Guerrero, tales hechos se expresan de distintas maneras: platones, manifestaciones en la vía pública, bloqueados carreteros, tomas de inmuebles de los ayuntamientos, secuestros a funcionarios, etc. En ese tipo de movimientos participan todos aquellos ciudadanos que están inconformes con la forma autoritaria en que ejercen el poder las autoridades, se siente excluidos por el sistema político vigente.

Dar una respuesta eficaz y eficiente a este tipo de problemas es demasiado complejo. Puesto que muchos de estos conflictos son de origen estructural. La práctica común de parte de los gobiernos es dar soluciones parciales, superficiales, de coyuntura. Sin llegar a la raíz del problema. En este entendido cabe preguntarse: ¿Cuál es la causa o causas que generan estos conflictos sociales?

Podemos afirmar que una gran mayoría de los problemas sociales que se han generado en los municipios tienen que ver con la falta de legitimidad en los procesos electorales, no se ajustan los principios de legalidad. Pero también se observa que las autoridades electorales no cumplen con las demandas más sentidas de la población. Por lo tanto la ciudadanía cuestiona, pone en entredicho el ejercicio del poder. Algunos ejemplos que ilustran lo dicho; imposición de los candidatos por los partidos políticos (dedazo), la no participación activa de los ciudadanos en la elección de sus representantes políticos, compra de votos con recursos públicos o privados, amenazas, terror, intimidación de parte de la autoridad establecida en contra de los partidos de oposición, uso de los recursos públicos para beneficio personal o de grupo, olvidándose que estos deben ser orientados para el beneficio de la comunidad.

Todo gobierno producto de elecciones sucias o corrompidas, no goza de legitimidad, toda autoridad que no cumple con las exigencias ciudadanas generan desconfianza e incertidumbre en la población. En estas circunstancias, el conflicto social no tarda en aflorar. La legitimidad democrática en sus dos vertientes: origen y el ejercicio del poder, es fundamental, permite elegir libremente a nuestros gobernantes con un amplio consenso, promueve la sucesión del poder en forma pacifica y ordenada, mantener la estabilidad social y contribuir para la paz social. Es un hecho, la no observancia del principio de legitimidad política trae como resultado un sin fin de conflictos y problemas sociales, que pueden generar la inestabilidad social y no permitir el avance y desarrollo del estado o país.

Los acontecimientos que ha vivido el país en estas dos últimas décadas, han proporcionado en los ciudadanos un profundo escepticismo en cuanto al quehacer de las autoridades en los diferentes niveles (federal, estatal y municipal). Este fenómeno empieza a ser preocupante, pone en peligro la convivencia y la gobernabilidad en el país. La gobernabilidad es importante para el buen funcionamiento de los gobiernos: es la capacidad de los gobiernos de dar una respuesta eficaz a las demandas ciudadanas (económicas, políticas, sociales y culturales). Un gobierno que se basa en el consenso y la eficacia, es un gobierno legitimo. De ahí, cada vez observamos que los gobiernos contemporáneos basan su legitimidad satisfaciendo las exigencias de amplios grupos sociales. Sin duda, la pérdida de consenso y eficacia de un gobierno trae como consecuencia la ingobernabilidad y por lo consiguiente la ilegitimidad del mismo a los ojos de los ciudadanos e incluso a una posible caída.

En este contexto, los gobiernos en Guerrero no han tenido la capacidad para dar una respuesta eficaz y efectiva a las demandas de la ciudadanía. Las causas pueden ser de índole: económico, ineptitud administrativa, falta de cultura democrática, desconocimiento de la ley, etc. Las instrucciones políticas, económicas, judiciales, salud y educación, no operan adecuadamente, no responden a las expectativas de la ciudadanía, sea perdido la confianza en ellas, su situación es demasiado vulnerable. Ante este escenario se hace presente, el conflicto social en cualquier momento puede explotar.

Para finalizar quisiera decir que los gobiernos podrán ser asumidos consiente y voluntariamente por los ciudadanos en la medida en que estos sean legítimos, eficaces, eficientes y honestos. De no ser así, los conflictos sociales tenderán a aumentar y radicalizarse. Y esto, por supuesto no es bueno para la paz social en Guerrero.

468 ad