Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Xavier Carreto A.

Un nuevo disfraz para seguir engañando

A Rubén Padilla Fierro, un ciudadano de vanguardia

En su reciente visita a tierras africanas para participar en la Cumbre sobre Desarrollo Sustentable, el presidente Vicente Fox se reunió con Organizaciones No Gubernamentales mexicanas concurrentes a este mismo evento. En su intercambio de opiniones con estos grupos de ambientalistas nacionales, el primer mandatario escuchó quejas acerca del desempeño de los dirigentes del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), a quienes los asistentes a Johannesburgo llamaron farsantes; ofreciendo, asimismo, que en los próximos días ampliarían sus comentarios en nuestro país.

No es la primera vez que los dirigentes del PVEM han sido señalados de ser un partido de oportunistas que se han beneficiado con cargos de elección popular y las prerrogativas que el Instituto Federal Electoral les ha otorgado, al erigirse en defensores del medio ambiente, lucha con la cual no han cumplido, pues nuestro país hoy está catalogado como el territorio de América Latina más deforestado.

La historia triste del PVEM es bastante conocida, su fundador Jorge González Torres, padre del actual dirigente el famoso “niño verde”, manejó a este remedo de organización política como un negocio familiar, heredando a su hijo la presidencia en una convención amañada que provocó la salida de algunos de su reducida militancia. Así también es oportuno recordar que al no serle otorgada la titularidad de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales en el gabinete del presidente Fox, González Torres abandona la alianza con el Partido Acción Nacional que tan buenos dividendos les había dejados a los verdes, en el proceso electoral del 2 de julio del 2000.

Ese es el PVEM que, ahora en este proceso local guerrerense, se presenta en una alianza con el Partido Revolucionario Institucional para que, con este nuevo disfraz, se trate de engañar a los electores guerrerenses con el manido lema de un Proyecto Compartido. Esta es una alianza con un partido inexistente en el ámbito guerrerense, pues en el proceso electoral local del 3 de octubre de 1999, no alcanzó ni el 1.5 por ciento de la votación total apara conseguir al menos un regidor, en el ayuntamiento de Acapulco. Es el Partido Verde que propició que sus escasos miembros lo abandonarán al no ser tomados en cuenta para la conformación de esta alianza pactada por su dueño el “niño verde” y los priístas, en la ciudad de México, ante el enojo de algunos priístas guerrerenses por la asignación de posiciones a los verdes que no se merecen en detrimento de reconocidos militantes del tricolor.

El PRI, en su propósito de volver al poder en el municipio de Acapulco y mantener su mayoría calificada en el Congreso local, no duda en buscar nuevas formas de presentarse ante el electorado guerrerense para tratar de convencernos que son otros, que han dejado atrás sus conocidos y criticados vicios. Sin embargo, deben admitir que a la ciudadanía ya no se le puede engañar, pues sus prácticas obsoletas y contrarias al interés popular las siguen utilizando.

El reparto de dádivas y un intensivo uso de los medios de comunicación masiva comprados con los recursos del erario público siguen siendo los mejores instrumentos utilizados por los priístas, encabezados por el gobernador Juárez Cisneros, para tratar de convencer a un electorado cada día más exigente.

Esta alianza huele a tranza como lo dijo Carlos Alvarez Reyes, al advertirnos que la promoción para la compra del Maxitúnel que viene haciendo el diputado federal con licencia y candidato aliancista, Ernesto Rodríguez Escalona, es un negocio para éste por la diferencia que existe entre el valor actual del Maxitunel y el que le otorga el legislador con licencia.

Por otro lado, puntualizó el ex secretario de Administración y Finanzas del ayuntamiento de Acapulco que la adquisición de esta vía pondría en riesgo la obra pública municipal al comprometerse los recursos de los ramos 28 y 33 que servirían como avales de esta transacción. Además es pertinente señalar que la prioridad para los acapulqueños no es adquirir el Maxitúnel, sino modernizar la obsoleta red que distribuye el agua potable –para luego no andarla entregando en pipas– y construir las suficientes plantas tratadoras de aguas residuales.

A los acapulqueños ya no se les engaña con disfraces verdes y propuestas demagógicas que los priístas están presentando en este proceso electoral, los ciudadanos de este puerto queremos continuar progresando con obras concretas, ejecutadas con un honesto y transparente ejercicio de los recursos públicos.

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