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Exponen en el Fuerte de San Diego el óleo del siglo XVIII Vista del puerto de Acapulco

 * El cuadro muestra el festejo porteño por la llegada de una de las naos de Manila

 Xavier Rosado * El óleo sobre tela del siglo XVIII Vista del puerto de Acapulco de autor anónimo ha sido incorporado a la sala de exposición permanente del Museo Histórico Fuerte de San Diego gracias al préstamo a largo plazo llevado a cabo por el coleccionista de arte Manuel Creixell.El museo recibió en comodato esta pintura que muestra una escena costumbristas representando la feria de la Nao de China, celebrada anualmente con motivo de la llegada de los galeones de Manila con su carga de mercaderías y especias procedentes del lejano oriente y que representa un documento que destaca la vida cotidiana de los habitantes del puerto en esa época.En el ángulo inferior izquierdo muestra uno de esos galeones atracado al muelle mientras que en el ángulo de la derecha se puede percibir una parte del Fuerte de San Diego.

La directora del Fuerte de San Diego, Julieta Gil Elorduy, explicó que en el siglo 18 un bando solemne anunciaba el comienzo de la feria anual de Acapulco, que se efectuaba generalmente entre los meses de enero y febrero, con una duración de 30 días.“La inauguración la llevaba a cabo el virrey y acudían cientos de mercaderes, principalmente de México, Oaxaca, Puebla, Michoacán y Guerrero, siendo los de la capital quienes introducían la mayor cantidad de dinero, ejerciendo un verdadero monopolio por lo que eran llamados filipinos”, dijo la directora del museo. Agregó que después de un largo y peligroso viaje de veinte o más días, los arrieros con sus recuas, (filas de animales de carga), llegaban al puerto llevando algunos productos locales, propiedad de los grandes comerciantes para vender en la plaza. Estos señores en cambio, formaban caravanas de carruajes custodiados por escoltas para proteger las grandes cantidades de dinero necesarias para comprar la seda, perlas, porcelanas, marfiles, biombos, abanicos, especias y otros artículos asiáticos, imágenes que se ilustran en el lienzo que se exhibe en la sala de exposiciones permanentes.

“Con la feria, Acapulco mostraba una creciente animosidad donde una gran concentración de comerciantes, arrieros, trabajadores del puerto, vendedores ambulantes de alimentos y bebidas, vecinos y curiosos atraídos por la gran circulación de plata contribuían a fortalecer la economía novohispana y en particular de los acapulqueños dedicados a proporcionar alimentación, hospedaje y otros servicios. Concluida la feria, Acapulco volvía a su tranquilidad provinciana”, expresó Gil Elorduy.El cuadro representa la distribución de Acapulco como población en la que el Fuerte de San Diego, una construcción que aparece como recinto municipal y la iglesia rodeada por una modesta cerca son las tres edificaciones que conforman los edificios públicos del poblado, rodeado de chozas con techos de paja y en la plaza principal un ruedo para peleas de gallos. También aparece en la obra un galeón que arriba para comerciar en Acapulco. Esta pintura estará expuesta en forma permanente en el Museo Histórico Fuerte de San Diego.

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