Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Héctor Manuel Popoca Boone

Disminuir los embarazos de las adolescentes

 

Independientemente de que los diputados locales aprueben o no la iniciativa de ley para despenalizar el aborto, verdaderamente urge que nos propongamos diseñar y llevar a cabo políticas públicas eficaces, hoy ausentes o insuficientes, tendientes a prevenir los embarazos en las adolescentes. Fenómeno que cada día crece más ante la impavidez de la mayoría de nosotros: gobiernos, partidos, iglesias, Ongs y padres de familia.
En un reportaje, Mariana Chávez Rodríguez (Revista Contenido abril / 2014) da a conocer que una de cada dos jóvenes que han iniciado su vida sexual queda embarazada y que las preñadas que atendió el Instituto Nacional de Perinatología –especializado en embarazos de alto riesgo– ascendieron el año pasado a 2 mil 836 jovencitas ¡menores de 16 años!
La mayoría llegó en el segundo o tercer trimestre de gestación, pues tratan de ocultarlo por miedo a la reacción de sus padres, o porque no creen que puedan estar en un estado de gravidez y adoptar medidas de control prenatal adecuadas ni tomar precauciones al hacer actividades de riesgo durante ese periodo, principalmente juegos, deportes, adiciones o estar expuestas a la violencia física.
También señala la periodista cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS)  que indican que el riesgo de muerte para madres de 15 años o menos es 60 por ciento, mayor que el de madres de 20 años o más; principalmente al sufrir trastornos por hipertensión, hemorragias e infecciones en el aparato genitourinario.
Los bebés de estas jóvenes tienen al nacer un 60 por ciento de probabilidades de presentar cuadros de desnutrición, prematuros, con alto riesgo de complicaciones cardiacas, hidrocefalia, complicaciones gastrointestinales, perturbaciones respiratorias o deficiencias cerebrales.
L@s jóvenes mexicanos entre 12 y 19 años que empezaron a tener vida sexual activa (la mayoría de ellos la iniciaron a los 15 años) en el año de 2013 subió a 23 por ciento, a diferencia del 15 por ciento que eran en 2006. Cada vez hay más adolescentes de temprana edad que ejercitan su sexualidad sin mayor precaución. Ante eso, más vale prevenir que lamentar porque siempre la curiosidad mata al gato.
Con sólidos programas de planificación familiar y educación sexual un menor número de jovencitas quedarán embarazadas y se reducirán así el número de abortos inducidos. Sobre todo en Guerreo que se ubica en tercer lugar nacional con un 7.3 por ciento de madres entre 15 y 17 años.
El embarazo en las adolescentes representa la cuarta causa de deserción escolar, sobre todo por la vergüenza, el ambiente hostil o burlón para su persona en las escuelas o por los cuidados y el tiempo que el bebé requiere. El embarazo no deseado representa un quiebre importante para un proyecto de vida sano y próspero para las adolescentes.
Por otro lado, las jóvenes contemplan el embarazo como una fuga o salida porque provienen de familias disfuncionales o violentas, acatan costumbres sociales de matrimonios de corta edad, son consecuencia de una violación intrafamiliar o bien lo convierten falsamente en ilusión de vida matrimonial, sobretodo en la clase social baja.
Son diversos los factores que concurren para que haya una precocidad sexual que desemboque en embarazos no deseados: el bombardeo cotidiano con mucho contenido erótico o pornográfico en la publicidad comercial de la televisión, prensa, películas, internet o en las modas, haciendo creer inconscientemente a los jóvenes que son inmunes a consecuencias no esperadas del acto sexual.
Las muchachas de las clases ricas no tienen mayores problemas con los embarazos no deseados ni con los abortos inducidos. Papá y mamá cubren económicamente todo para ocultarlos de todos.
PD1. Desde hace más de un año está suspendida la construcción del centro comunitario para la mujer indígena en Ayutla, como parte del cumplimiento de sentencia de la CIDH a favor de Inés Fernández Ortega. El gobierno federal no ha dispuesto nada. El gobierno estatal está puesto y el gobierno municipal sigue en la inopia.
PD2. No tengo fiebre delirante de precampaña anticipada. ¡Pero yo también quiero $acrificarme por Guerrero!

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